Capitulo 7.

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Merlon acompañaba al pequeño Rubén hasta lo alto de una colina cerca del pueblo de Karmaland, un lugar donde solamente ellos dos conocían, un lugar especial en el que se podía sentir una vibra tranquila y algo nostálgica...Un lugar en el que había dedicado mucho de su tiempo para conmemorar la muerte de su madre.

Al principio no pudo asimilarlo bien, lo único que había hecho fue correr hacia lo desconocido y gracias a ello había llegado aquí... a Karmaland, ¡pero bueno! Esa es una historia que ya conté capítulos atrás.

No se dio siquiera el tiempo de llorar en aquel trágico momento...en lugar de ello siempre se preguntaba el porque de lo que hizo, no había notado ningún comportamiento extraño de parte de ella, mucho menos el mismo día que lo hizo todo había pasado tan normal a sus ojos. Recordando su despedida...

-Quiero que le eches muchas ganas el día de hoy
y si veo que te portaste bien, a la salida iremos por un helado
el que tú quieras...-

Aquellas palabras le habían parecido sumamente extrañas, entonces...¿porque le había prometido algo sabiendo que simplemente no lo iba a cumplir? En lugar de ello le había roto el corazón en mil pedazos, algo que le costaría mucho sanar.

Solo que no nos desesperemos, hay que recordar que el tiempo lo cura todo.

Pero no hay porque culparse...una poca parte de las veces nos damos cuenta del dolor que están pasando aquellas personas que tienen pensamientos suicidas, la mayoría pide ayuda pero no saben recibirla. ¿Como le dices a tu hijo de seis años que no quieres estar más en este mundo? Que lo tienes que dejar porque quieres irte a un lugar mejor, un lugar en donde todo está bien...

"¿Porque habría de querer matarse? ¡Lo tenía todo!"

Muchas veces tenerlo todo no sirve de nada si no te sientes bien contigo mismo y eso exactamente es lo que le pasó a la madre de Rubén, aunque... ¿están realmente seguros de que fue un simple suicidio lo que acabó con la vida de esa bella mujer? Solo eso dire.

[...]

Cuando llegaron a la cima, Merlon dio media vuelta dejando a Rubén totalmente solo en aquel lugar, pero así lo había preferido el pequeño niño...necesitaba un momento a solas para poder hablar con su madre, sabía que ella estaba en un lugar mejor pero aún podía sentir su vibra rodearlo en todo momento y se había intensificado más al momento de llegar.

Se acercó a pasos lentos hacia la única tumba existente en ese lugar, frunciendo el ceño confundido, encima de la lápida había un ramo de margaritas perfectamente acomodadas y sin ningún rastro de que se encontraran marchitadas, en cambio se veían en un muy buen estado. Impecables.

No le tomo tanta importancia acostándose en el suave pasto a un lado de la tumba no sin antes haber dejado sus flores a un lado de aquellas lindas margaritas y miro al oscuro cielo, el cual estaba siendo iluminado por unas hermosas estrellas y una luna brillante en medio de todo. La nostalgia junto con la tristeza inundó su cuerpo de un momento a otro, pequeñas lágrimas comenzaron a salir recorriendo sus mejillas mojandolas a su paso.

Los recuerdos inundaban su mente, las veces que había sido feliz, las risas y sonrisas que había tenido cuando su familia estaba unida, cuando estaba viva. Se encontraba solo en el mundo, sin poder sentir de nuevo la calidez de los brazos de su padre o las palabras tiernas que solo una madre te podría dar. Lo único que pudo hacer fue cantar...

"we had some good times, didn't we?
we had some good tricks up our sleeve
We goodbyes are bittersweet
But it's not the end
I'll see your face again
You will find me
And you will find me
In places that we've never been
For reasons we don't understand
Walking in the wind..."

Esa era una de las tantas canciones que su mamá solía cantarle por las noches, siempre intentando alegrarle el día y sus mañanas. Recuerda la vez que llego llorando de la escuela, una niña le había dicho que su gorro de oso era tan feo como su cara. Su mamá inmediatamente se pasó todo el día intentando subirle el ánimo a su niño, logrando su cometido al final del día, según ella.

Aunque...cuando su mamá se fue después de arroparlo, lloro toda la noche, rogando con todas sus fuerzas que su héroe viniera pronto. Siempre lo hacía claro, pero esta vez lo hizo con más sentimiento...¿su héroe lo iba a querer a pesar de tener una cara fea? Aún no lo sabía con exactitud, pero le aterraba la idea de que no lo hiciera.

[...]

Esa noche de Luna llena y cielo despejado un niño lloraba desconsolado al lado de la tumba de su difunta madre, anhelando volver a sentir el calor de sus brazos rodearlo, y las palabras de aliento que su padre le brindada a la hora de sentir miedo...

Lo único que se pudo escuchar a lo lejos fue el aullido de lo que parecía ser un lobo, no se escuchaba tan lejos de donde estaba...pero en ese momento lo que menos pensaba era en su bienestar, si el lobo lo quería matar, que lo hiciera ya no le tenía miedo a la muerte.
Hasta que en sus vagas memorias recordó los hermosos aquellos ojos morado de ese niño...y por segunda vez

Pudo sentir que algo en su pecho se movió


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¡Por cierto! ¿Quieren que apresure un poco las cosas entre Rubén y Samuel?
O ¿todo a su tiempo?

Los quiere -A

Soldier and King  ||Rubegetta||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora