XVI

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Me siento en el interior de mi coche con la mirada fija en el parabrisas, después de limpiarme un poco el corte que me hizo el hijo de puta en el pómulo, empiezo a considerar que no es una buena idea ir a ver a Katia de esta forma. Observo el reloj, han pasado ya 15 minutos de la hora acordada, estoy en el estacionamiento de la cafetería, debatiéndome entre si entrar o no.

Mi teléfono comienza a sonar, al ver el identificador veo que es Katia. Suspiro pesadamente, tomo la llamada llevando mi teléfono a mi oído.

—Katia— Susurro— Yo...

—Mas vale que traigas tu trasero aquí dentro, odio que me hagan esperar— Katia suena molesta, llevo la vista al cristal de la cafetería y una molesta Katia me ve con el ceño fruncido— Cancelé muchas cosas para verte, así que ven aquí

—No puedo— Respondo y bajo la mirada— No quiero que me veas como estoy

La llamada se corta, recargo mi cabeza sobre el asiento, un golpe en mi ventana hace que me sobresalte, ahí se encuentra Katia.

—Baja la ventana— Mis cristales son polarizados por lo que ella no puede verme— Vamos Marcus, abre

Bajo la ventana lentamente, veo como abre los ojos y suelta un jadeo— No es nada...

—¿Qué demonios ha pasado?— Suelta sorprendida, abre la puerta y se inclina a ver mejor mi rostro— Dios mío, ¿Quién te hizo esto?

—Tuve una pelea en el gimnasio— Murmuro bajo— Con un imbécil hijo de puta

Me mira con el ceño fruncido, se cruza de brazos— ¿Por qué te has peleado con alguien?

—Estaba defendiendo a un amigo— Me mira seria, decide darle la vuelta al coche y subir del lado del copiloto

—No entiendo— Abre mi guantera, la veo rebuscar, pero no sé qué busca— ¿Dónde está tu kit de primeros auxilios?

Extiendo mi brazo detrás del asiento, lo recojo para después darselo— Aquí tienes, pero me he limpiado ya

Se queda en silencio, la veo sacar algunas torundas y llenarlas de alcohol, se gira en mi dirección y las aplica sobre el golpe, siseo de dolor, ella parece determinada a hacerme sufrir, siento mi pómulo arder.

—Pondré una bendita, limpiaste pero necesita cerrar

—No es nada Kitty— Intento apartar su mano, pero ella me mira seria

Después de un momento, la observo. Pasa su dedo sobre mi mejilla, me quedo sin palabras, sin saber como reaccionar.

—¿Nunca pensaste ser actor de Hollywood?— Trago saliva y niego con la cabeza— Probablemente te hubiese ido muy bien ahí también

—Kitty hoy hueles a duraznos— Al estar tan cerca de mi puedo percibir su aroma, dulces duraznos— Es mi fruta favorita

La veo sonrojarse, se aclara la garganta y lame sus labios, si no se mueve en un minuto voy a besarla.

—Debe ser mi jabón de ducha— Suelta en un susurro, lleva su dedo a lo largo de mi rostro hasta dejar su mano sobre mi cuello— ¿Te gusta ser un actor porno?

Su pregunta me descoloca por completo, anteriormente en cuanto me preguntaban eso, mi respuesta era siempre la misma.

Me encanta, es lo mejor del mundo.

Pero justo ahora, no sé que responder— Yo... creo que... si

Ella me sonríe y asiente, se aleja acomodándose en su asiento, acomoda las cosas del botiquín y lo coloca a sus pies— ¿A dónde vas a llevarme?

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