VIII

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El clima frío contrastaba con la cálida mano de James tomando la suya, su respiración nerviosa en su oído y las gotas de sudor resbalando por su cuello, estaban en el límite de la entrada a las propiedades Potter y la ansiedad se había apoderado del de lentes que en busca de consuelo tenia recargada su cabeza sobre su hombro, en una pose tan extraña que lo debía estar lastimando por la diferencia de estaturas y sin embargo se negaba a dejar.

Con pequeños círculos que hacia su pulgar sobre el férreo agarre de la mano del Gryffindor espero hasta que fuera el momento indicado para hablar, cuando sus músculos se relajaron lo suficiente y su respiración se normalizo lo separo de si viendo la determinación en su mirada, asintiendo lo obligo a volver a una postura decente y se cubrió más con la túnica que portaba buscando calor

—Si no quieres hacerlo puedo volver a Malfoy Menor, Lucius estará contento con recibirme—hablo, negando con la cabeza y poniendo una sonrisa avergonzada James le respondió —No es eso Severus, quiero hacerlo, solo estoy un poco nervioso, no todos los días les dices a tus padres que serán abuelos.

—De verdad James, si no estás seguro de esto, no lo haremos.

—Lo estoy, no hay ni una pequeña duda en mi sobre ser el responsable de este bebé, ni en presentarte a mis padres. Solo detente un segundo y piensa en que estamos haciendo, no solo es causarle un ataque cardíaco a mi madre, es el primer paso de la familia que seremos Sev— termino besando castamente su mejilla, apenas un roce cariñosos demostrando su punto, viendo como el nerviosismo de James se disolvía, el suyo aumento haciéndolo preguntar con temor.

— ¿Y si no es tuyo?, que pasara si es de Remus o Sirius y se lo has presentado a tus padres como su nieto—atrapando con ligereza su labio inferior entre sus dientes espero una respuesta con su boca secándose en expectativa, besando ahora su frente James volvió a hablar sin despegar los labios de su pálida piel —Seguirá siendo su nieto, no me importara nunca la sangre si me permites ser su padre y seguir a tu lado, ha estado tan poco tiempo con nosotros y ya lo amo con la misma intensidad que te amo a ti.

Reprimiéndose a responder a la declaración de amor del Gryffindor paso sus brazos por el abdomen del más alto sintiendo como le era devuelto el abrazo y con un tono de voz bajo agradeciendo. Minutos después recuperando su actitud del momento sentimental caminaron juntos con un brazo del león sobre sus hombros dándole calor hasta llegar al imponente portón de la Mansión Potter que rezaba sus iniciales.

A los segundos fueron recibidos por un elfo domestico que habiendo reconocido la magia de su amo salía en su búsqueda para recibirlo mediante aparición, una vez dentro del hogar de James con las brasas crepitantes para dar calor apareció una mujer mayor, de cabello pelirrojo junto algunas canas resaltando y una bonita túnica de un verde suave, sonriendo en bienvenida a su hijo abrió sus brazos esperando que en un acto ligeramente infantil James se acurrucara en ellos y pasando un rato posara su mirada en él.

Saludando con timidez vio a un hombre que aparentaba la misma edad que la mujer pelirroja entrar al lugar, más concentrado en el libro que traía entre sus manos que en la reunión de personas en su sala y solo con un pellizco de su esposa prestando atención para levantar su ceja en confusión a su dirección.

Mientras tanto James regreso a su lado y lo sujeto de su mano permitiéndole sentir un poco más de seguridad, haciendo así que el Gryffindor los presentara —Padres, me alegra verlos, este es Severus Snape, mi pareja, Sev ellos son Fleamont y Euphemia Potter.

Cruzando su mirada atónita los dos magos adultos en la habitación se miraron entre ellos confundidos por la seriedad en el actuar de su primogénito e intentando romper la atmósfera incomoda solo atino a murmurar —Un placer conocerlos.

VulnerableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora