Colores

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Las calles se muestran como siempre iluminadas por las vitrinas de las tiendas y por las luces que cuelgan desde sus postes. Llevo puestos los audífonos, pero aunque la música vaya con el volumen a tope puedo oír en mi mente los múltiples sonidos que son típicos de los caminos pavimentados. Puedo oír el ruido que generan los autos, los árboles estableciéndose por el fuerte viento y el sonido de los zapatos de las personas que caminan a mi alrededor. No sé si toda la gente pensará de la misma forma que yo, pero siento que con música todo se ve distinto mientras caminas. Muchas veces a medida que camino y una canción aleatoria aparece dentro de mi lista la caminata cambia completamente conforme el ritmo y letra de esta. Ahora que lo pienso, no solo cambia conforme a la música, también cambia conforme los sentimientos que llevas en el momento. A veces siento que hay caminos que son más coloridos, otros que cuyas luces son tenues y otros que son más oscuros o de lleno no puedes distinguir qué es lo que está delante de ti. Pero a veces incluso el camino más oscuro se ve iluminado si lo que tus ojos quieren ver es más colorido. Suelo caminar desde el trabajo a mi casa, lo disfruto bastante. Con el pasar de los días he ido memorizando el trayecto, he ido viendo e identificando cada detalle. Estoy recién saliendo del edificio en donde trabajo, en la esquina debe estar el carro de panes que siempre huele tan bien, quizás mañana compre uno para la once. En la siguiente esquina tengo que doblar a la izquierda y seguir derecho casi todo el camino, doblo en una avenida principal y tengo una vereda bastante amplia. Tengo que cruzar la calle de todo modos para llegar a mi casa, cada día me voy por una calzada distinta y voy descubriendo lo que tiene que ofrecerme la calle. Hoy no crucé inmediatamente y fui caminando derecho hasta llegar al semáforo que está por llegar a mi hogar. Es un día tranquilo, me fue bastante bien en el trabajo. Siento que el camino tiene un color muy relajante, un color que hace recordar al bello cielo de verano o al calmado cielo después de una lluvia torrencial. Creo que es la mejor forma de describir el color que adorna el camino por el cual estoy transitando hoy. A veces me pongo a pensar y me doy cuenta de que el camino sigue siendo el mismo, lo único que cambia son las canciones que llevo puestas y por supuesto, yo mismo. Pero, aunque sepa que el camino no es lo que cambia, sigo sintiendo que los pasos que doy van imbuidos con una energía completamente distinta, que aquel edificio que veo un día y pasa totalmente desapercibido, al dia siguiente, se ve totalmente destacado y no puedo evitar clavar mi mirada en el, que aquel puesto de tortas que en todo momento estuvo al costado mio, ahora se ve totalmente apetecible y espero tener algo de dinero en mi billetera para comprar una. A medida que pasan los días voy conociendo todos los lugares, todas las paradas y con ello voy conociendo a la gente del sector. Ha pasado poco más de un año en donde camino día a día por la misma calle, podría decir que me sé de memoria esta calle y que hasta el más ínfimo detalle que cambie lo podré notar. Hoy el chico de que se pone a vender bebidas a mitad de camino no vino, la señora que se ha puesto a vender flores esta última semana ha estado viniendo constantemente, creo que se va a quedar en esta esquina durante un buen tiempo. Estoy por llegar a casa, el local que ha estado siendo reparado está abierto, pasaré a dar un vistazo. Apenas voy entrando comienzo a sentir ese típico olor a nuevo, el olor a los plásticos recién salidos de su caja. El piso de cerámica está reluciente y combina con los estantes y luces. En estos estantes están los productos, se vende todo tipo de insumos para pastelería y de productos para poder hornear y hacer repostería de cualquier tipo. Últimamente he tenido ganas de cocinar algo dulce, le preguntaré a la encargada. Me tomé mi tiempo para observar primero, mientras lo hacía una chica me habló: "Muy buenas tardes ¿Puedo ayudarte en algo?" -"Claro que si, he estado queriendo hacer un queque de chocolate, pero no conozco los ingredientes necesarios para poder hacerlo, de casualidad ¿Sabes los ingredientes y que molde

me sirve para poder prepararlo? Luego de hacerle esa pregunta empezó a dictarme las cosas y empecé a echarlas en una canasta que me pasó. En total no fue mucho dinero, tiene buenos precios este local. Una vez en mi casa vi una receta en internet para poder hacer el queque, para mi sorpresa, la chica que estaba en la pantalla era la misma que me había atendido hoy. Luego de terminar la receta y de haber dejado que reposara el queque, lo probé y estaba mejor de lo que esperaba, me lo comí casi todo ese día. Hoy en la mañana me quedaban dos trozos de queque, guardé uno y lo envolví con unas servilletas y el otro lo acompañé de un rico café. Salí al trabajo como es de costumbre y de camino experimenté un color que no había experimentado antes. Antes había visto el camino de color rojo, luego de un día intenso en donde he querido explotar e incluso de un color que bordea el negro cuando la ira no puede esconderse, pero esta vez el color rojo es tenue, es casi rosado. No sé qué significa. Los colores pueden cobrar muchos significados dependiendo de la persona, la percepción que da un color puede variar, pero hay dos que no se consideran colores, sino expresiones como tal. El blanco y el negro. Se dice que el blanco es la combinación de todos los colores y el negro es la ausencia de esta y que por lo mismo, como no son colores, no son parte de la rosa cromática. A medida que avanzó el día y cuando iba de vuelta a casa, el camino se tornaba blanco. Las luces, el tenue sol del atardecer, todo se veía blanco. Llegué a la tienda y de mi bolso saqué el pedazo de queque que había preparado y se lo di a la chica, le dije que muchas gracias tanto por los ingredientes como por la guia de como prepararlo. Desde ese día fui mucho más seguido siempre con la excusa de querer cocinar algo. Pasaron los días y el camino cambiaba de color cada vez que pensaba en ella al punto de quedar blanco, se combinaban tantos colores que simplemente empapaban las calles de blanco. Dentro de las tantas veces que fui al local, me invitó a comer una noche la chica, bastante avergonzado, pero feliz acepté. Llegué a casa y tomé una ducha, me cambié de ropa y me subí en mi moto. No uso mucho la motocicleta, por lo general prefiero usar mis propias piernas para ir al trabajo, pero nunca está de más tener un vehículo para movilizarme a lugares mucho más lejanos. Si bien, no camino y no llevo puesta música, el camino toma un color de todas formas. Hoy el camino va solo adornado por las luces de los focos y de las tiendas que aún siguen atendiendo, son las 10 de la noche y por primera y última vez, el camino se puso negro. Por primera vez, todas las luces que se encontraban en las orillas del camino se apagaban una a una, los colores se saturaban y solo estaba aquel color, aquel tono negro el cual jamás había visto.

A la mañana siguiente en todos los periódicos y canales de televisión hablaban de lo mismo, hablaban de un sujeto que tuvo un accidente en moto y como su vida acabó estrepitosamente.

Historias cortas vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora