Era sábado por la mañana estaba esperando a Yanela frente a la biblioteca que estaba unas cuantas cuadras de su casa. De hecho, empecé a esperarla ahí para llevarla a su escuela o para salir, así su madre no se enteraría, sin embargo, esta vez vine sin mi auto a petición de ella.
-Hola -Dijo cuándo estaba frente a mí, y yo por distraído ni siquiera me había dado cuenta. Estaba vestida realmente bonita, con un vestido rosa pálido floreado y unas balerinas rosa pálidas, con una cartera blanca, una canasta de carrizo y unos guantes de malla blancos, bastante de verano. Muy esbelta, reluciente. Su cabello rubio completamente suelto, libre, ondulado suave -
-Hola amor- Dije feliz-
-Vamos -Hizo colocando su brazo como típico joven caballeroso para llevarme-
Me reí de ese gesto y la tomé del brazo:
- ¿A dónde vamos?
-A la iglesia. -Dijo firmemente sujetando mi brazo-
- ¿Qué?
-Sí, era eso o decirte que no cuándo me invitaste a salir el sábado.
-Pero no sabía que este era tu plan.
-Voy todos los sábados, así que si quieres salir tendremos que ir allá- Respondió determinada-
La mire exasperado y con los ojos como platos:
-No puedo creerlo, esto es, es, es como una trampa, me siento estafado. Yo no voy a la iglesia.
Se empezó a reír de mi comentario, y luego se puso seria:
-Si quieres salir es ahí a dónde iremos hoy, es sábado.
-Definitivamente esto no estaba en mis planes.
-Bien, entonces quédate o ve a dónde quieras, pero yo iré a la iglesia.
Empezó a caminar, en realidad algo coqueta ella sabía que iría, y lo detestaba, tenía razón. Solo me reí y corrí para alcanzarla.
-Está bien- Dije al alcanzarla- Esto esta raro, las iglesias ni siquiera abren en sábado.
Caminamos algo bastante, la pasamos conversando y riéndonos.
Al llegar unas mujeres me dieron la bienvenida, todas vestían con vestido. Ella me dejó en manos de ellas mientras hacía algunas cosas, la mire con cara de ex terminación juguetona, a lo cual ella devolvió una cara de alegría y falsa inocencia.
El programa estuvo sugestivo, cantamos oí aun hombre predicar apasionadamente, que de cierta manera me encantó. Al finalizar todos se reunieron en la salida y se dieron la mano, me gustó que fueran muy amigables conmigo, muy amables, sin saber quién era yo. Vi como los niños buscaban a Yanela, al parecer ella era la maestra de unos chicos pertenecientes a una clase llamada PRIMARIOS. No sé si fueron exactamente ellos, pero un grupo de chicos se me acercaron y me preguntaron si yo era su novio, a lo cual respondí que, si mientras la observaba sin que ella lo notará, se estaba riendo, tiene una sonrisa maravillosa. En eso un niño me pateó despacio, pero lo suficiente para que le prestará atención-cuídela- dijo él.
Saliendo de la Iglesia de la alameda, Yanela y yo nos fuimos conversando, ella me llevó a un parque:
- ¿Qué hacemos aquí?
Extendió una manta, se quitó los zapatos se sentó en la manta y colocando su canasta de carrizo que llevaba en la manta sacó lo que al parecer sería nuestro almuerzo. Se veía delicioso.
- ¿Qué es?
-Nuestro almuerzo- Dijo mirándome-
Sonreí:
- ¿Lo hiciste tú?
-Sí, ahora quieres bendecir los alimentos para empezar a comer.
- ¿Cómo?
-Así- Agarro mis manos y oró a un Dios para que bendijera los alimentos, para bien del cuerpo y bendiga a los necesitados-
Esa tarde almorzamos tequeños, tallarines verdes con queso, y jugo de maracuyá.
Al terminar, la ayude a guardar todo, aunque casi no me dejó hacer nada. Terminando nos recostamos yo sentado apoyado en un árbol, ella apoyada en mi pecho y rodeada entre mis brazos adelante de mí.
Nos quedamos suspirando y conversando por un momento, le hice unas preguntas sobre ¿Por qué con todo lo que sabe seguí creyendo en un Dios?, a lo que ella respondió que exactamente porque sabe todo lo que existe es porque cree.
Después de que nos quedamos un momento dormidos, me despertó para volver a la iglesia a lo cual respondí con un gran asombro- ¿Enserio? - Pensé.
Salimos de la iglesia como a las 6:30 pm. Un hermano me hizo prometer que visitaría constantemente su iglesia, y bueno luego luego acepté, porque era una razón más para ver a mi hermosa Yanela todos los sábados posibles.
Caminamos Yanela y yo hasta su casa y luego regresé a la mía, muy extrañado por todo lo acontecido ese día. Mi madre es religiosa, guarda el domingo, yo por el contrario no creo en esas cosas ni en santos ni dioses, etc. Para mí eso son mitos, y menos creería en una religión que guarda el sábado.
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¿Estas hablando conmigo?
RomantikEsta es una historia basada en el siglo 20. Trata sobre como un conductor de televisión inteligente, carismático, codiciado por muchas jóvenes de aquella época, y algo mujeriego. Cree que el amor es solo una especie de estereotipo, algo irreal, u...