Yanela y yo nos veíamos casi todos los días; cuando la llevaba a la escuela, en las noches en la biblioteca. Algunos domingos salíamos, pero no era muy frecuente, ella había conseguido otro trabajo los Domingos y bueno. Un día fui a su trabajo en la tarde. El dueño del local estaba de viaje, así que Yanela se encargaba por unos días sola de eso. Así que fui a acompañarla.
-Salgamos.
Ella sonrío.
-Amor este domingo tengo doble turno, lo siento. -Dijo cortes mente-
-Lo sé:
Entonces me miro curiosa:
- ¿En la semana? -Dijo sonriendo mientras terminaba de colocar una bandeja con panes de canela en el horno-
-El sábado. Sé que no trabajas los días sábados, salgamos.
Me miro sonriente, demasiado sonriente como juguetona.
-Está bien.
- ¿Esta bien?, ¿Así de fácil?
-Sí, ah, pero-Entonces se acercó- Yo decidiré a dónde iremos.
-Está bien.
Ese día nos quedamos aún después de cerrar la repostería, nos quedamos estudiando, y luego la llevé en mi auto a su casa.
Me encantaba acompañar a Yanela en su trabajo, aprovechaba para llevarle el almuerzo, traía para los dos, así era más fácil lograr que comiera.
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¿Estas hablando conmigo?
RomansaEsta es una historia basada en el siglo 20. Trata sobre como un conductor de televisión inteligente, carismático, codiciado por muchas jóvenes de aquella época, y algo mujeriego. Cree que el amor es solo una especie de estereotipo, algo irreal, u...