『My Hell』៸៸【SKZ】

『O6』



El menor de la familia Kim se encontraba desparramado en su cama con evidente aburrimiento y quizás otra emoción que no se alcanzaba a percibir físicamente. Sus ojos no se despegaban del blanquecino color que cubría el techo de su habitación, como si fuese la cosa más divertida del mundo, y no lo era, pero le servía de distracción que era justo lo que necesitaba.

─ SeungMin ─ la puerta fue abierta casi en cámara lenta, dejando ver a su perfecto hermano mayor.

Recalquemos, perfecto.

─ WonPil.. ─ dijo a modo de saludo, con una voz bastante baja ─ ¿Qué te trae por aquí?

La interrupción al hilo de pensamientos que ahora ya no recordaba fue suficiente para que se sentase en su colchón, observando fijamente al pelinegro mientras adoptaba una leve sonrisa.

─ Yo.. ─ comenzó, ya algo ansioso ─ sólo quería saber si.. ─ rascó su nuca, en una clara señal de nerviosismo por recibir la misma respuesta de siempre ─ ¿Quieres salir?

SeungMin endureció un poco su expresión, borrando ese intento de sonrisa que sólo le dedicaba a su mayor ─ creo que la respuesta es obvia, igual que la vez anterior, y la anterior a esa ─ se recostó de nuevo perdiendo la poca energía que había conseguido ─ no quiero sal-..

─ Pero.. ─ lo interrumpió, con un pequeño rastro de esperanza ─ podrías conocer a mis amigos..

WonPil se mantuvo en el umbral de la puerta, y una mueca de tristeza o más bien de preocupación inundó sus facciones ante la clara negación del contrario.

Llevaba preocupado por él hacía bastante tiempo, pero a pesar de su profesión no podía encontrar una forma de acercarse, de ofrecer su ayuda sin verse demasiado invasivo, pero era inevitablemente distinto pensar en un paciente y luego en su hermano.

Su lindo hermanito menor.

─ Repito, no quiero salir ─ miró al muy ligeramente más bajo un segundo, y luego regresó al interesante techo blanco.

─ Bien.. ─ suspiró, mirando por última vez al castaño ─ te traeré algo lindo cuando vuelva.

Y sin pronunciar otra palabra, abandonó la habitación con los ánimos por el suelo.

SeungMin casi nunca salía de su cuarto para otra cosa que no fuese comer. A pesar de ello, el espacio de esas cuatro paredes no era triste ni mucho menos lúgubre, pues tenía colores claros y un gran ventanal por el cual la luz solar entraba libremente, aparte de que mantenía el lugar con un gran orden y limpieza por ser básicamente su hermoso escondite del mundo.

No tenía amigos con quienes hablar, aunque tampoco es como si los quisiese o necesitase. No habló en ninguna ocasión con sus compañeros de clase, y ahora en la Universidad no había mucha diferencia, por no decir ninguna.

Alejado de todos nadie podía hacerle daño ¿No?

Era conocido por jamás salir de su hogar de no ser estrictamente necesario y nunca haber pronunciado palabra alguna en presencia de alguien que no fuese un profesor. Además, tenía un aura misteriosa y una apariencia adorable que no demostraba su edad, lo que llamaba la atención de ciertas personas.

Parecía un tierno cachorrito.

Sin que estuviese enterado era bastante popular entre chicos y chicas que no apartaban su mirada de él. Su belleza natural era inevitablemente apreciada y muy conocida, pero al ser tan callado y sin que nadie supiese algo que no fuese su nombre, provocaba o más curiosidad o que algunos terminasen su interés ahí.