『16』

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No pasó mucho tiempo para que entre mimos, caricias y besos ambos jóvenes terminaran plácidamente dormidos, víctimas de la agradable sensación de estar entre los brazos de la persona dueña y causante de sus mas tiernos y cursis sentimientos actuales

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No pasó mucho tiempo para que entre mimos, caricias y besos ambos jóvenes terminaran plácidamente dormidos, víctimas de la agradable sensación de estar entre los brazos de la persona dueña y causante de sus mas tiernos y cursis sentimientos actuales. Sin embargo, aún en los brazos de morfeo, el otro no dejaba de presentarse entre sus sueños, tan perfecto con facciones que les arrebataban el aliento de una forma que jamás habían creído posible, como si fuesen dos adolescentes regresando a los quince años.

Aunque claro, eso no iban a decirlo en voz alta.

Lamentablemente, la lucidez volvió a SeungMin de forma lenta. Dormir nunca le fue una actividad placentera en lo absoluto; por más que le ayudase a que el tiempo pasara más rápido y, por ende, no tuviese que fingir una satisfactoria existencia de más, le daba cuerda suelta a sus pensamientos más autodestructivos en forma de pesadillas lúgubres. Pero, para su sorpresa, la ensoñación que tuvo no pudo más que hacerlo feliz, demostrándolo con la adorable sonrisa que inundó su rostro al encontrarse con el de su doctor frente a él.

El mismo JeongIn tenía una bonita expresión de alegría, emanando tranquilidad por donde se le viese con sus largas pestañas cayendole suavemente en los pómulos, sus labios algo entreabiertos en una respiración relajada y unos cuantos mechones de cabello rebelde tapando parte de su cara. 

‒ Tan lindo.. ‒ dijo sin dudarlo, como si se le resbalase de la boca mientras dejaba una caricia en el bello rostro impropio, acabando poco a poco con la distancia socialmente aceptable pero sin generar un toque.

Eso no podría haber sido dicho con tanta confianza si el pelinegro estuviera consciente, ni tampoco aquel acercamiento; su seguridad yacía y dependía del hecho de que el médico dormitaba serenamente, de otro modo su cabeza explotaría de la verguenza.

‒ ¿Acaso dijiste que soy lindo?

Bueno.. La suerte no estaba mucho de su lado.

Se apartó de su menor casi con brusquedad, cuidando de no lastimarlo ni mucho menos tocarlo; ya sentía su corazón martilleando en su pecho con la intensidad suficiente para escucharse por toda la silenciosa habitación, no necesitaba que se le saliera del tórax a causa de contacto físico con aquella provocación de infartos andante. Además, como predijo, sus mejillas se encontraban tan rojas que si fuese humanamente posible estarían humeantes.

‒ ¿C-cómo? No, nono, claro que no, seguro estabas soñando.. 

JeongIn asintió ya totalmente despierto. No iba a dejar pasar esa oportunidad ni porque le pagaran, y menos si significaba ver a su lindo paciente tan nervioso simplemente por darle un cumplido.. Aunque mentiría si dijese que SeungMin no había sido el protagonista de su sueño previo..

Pero eso él no tenía por qué saberlo.

‒ Ajá.. Toda la razón ‒ respondió sarcásticamente, viendo al castaño sentado a una distancia exagerada que para él era lo mínimamente prudente, por ello se incorporó un poco, apoyado en sus antebrazos ‒ ¿Por qué estabas tan cerca?

『My Hell』៸៸【SKZ】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora