『O8』

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JiSung, a pesar de haber pasado gran parte de su vida sabiendo que sería un profesional de la salud mental y varios años estudiando para ello, no gozaba de un autoestima muy sano.

─ Lindo.. ─ pensó en voz alta observándose detenidamente a través del espejo de su baño con los ojos entrecerrados en pura incredulidad ─ ¿Lindo de dónde?

Después de unos cuantos sonrojos y comentarios vergonzosos más de parte de su paciente, se fue a su hogar agradeciendo ese término de turno. Por fin dormiría como se debe en vez de en una oficina sin calefacción y con una terrible posición que atentaba contra su salud postural.

Su cuello todavía lo recriminaba por eso.

Pero los halagos de su mayor por apenas unos meses todavía no desaparecían de su cabeza, resonando en las paredes de su autodesprecio constante tan fuera de lugar que inclusive sonaba extraño.

Le había dicho que era lindo.. Lindo, adjetivo que describe a una persona u objeto agradable a la vista, y por más que se miraba en todos los ángulos posibles, de cerca y un poco más lejos, no lograba percibir la lindura que MinHo había visto en él, llegando siempre al mismo resultado.

De lindo no tenía nada.

Su cabello estaba dañado, sus mejillas eran muy grandes al igual que sus dientes, en especial los frontales; sus labios eran chiquitos, algo abultados y su rostro era demasiado delicado. Además, era bastante bajito, algo rellenito y tenía manos muy pequeñas.

Podría seguir así una eternidad, pero tampoco se odiaba tanto.

─ Tal vez estaba delirando.. ─ suspiró con algo de diversión decidiendo que no iba a pensar más en eso, para luego salir de esa habitación y volver a su comida: unos deliciosos y suculentos fideos instantáneos.

Naruto envidiame, pensó como el infantil que era absorbiendo la exquisita pasta.

Aun con su trabajo en mente, papeles por rellenar y casos que revisar, se acostó en su preciada cama intentando mantener su ansiedad a raya debido a los pendientes acumulados, porque aunque disfrutaba del orden y de tener las cosas listas antes del tiempo límite, procrastinar le salía en automático, sin mucho esfuerzo y de manera inconsciente.

Pasado un tiempo ya se encontraba completamente concentrado, en ocasiones acomodando sus lentes mientras leía los documentos que debía terminar lo más pronto posible, y cuando estuvo más cerca de mañana que de ayer sólo necesitaba algunas firmas por aquí, unas correcciones por allá y todo estaría finalmente listo.

Uno de sus últimos papeles lo revisó ya sin lentes y casi dormido, optando por dejar lo demás para mañana.

─ Lee MinHo.. ─ una sonrisa inconsciente le pintó el rostro al volver a pensar en ese bonito peligris.

Y durmió con su imagen viva en su mente.

Después de haber descansado como era debido, en una suave y cómoda cama en lugar de la fría y oscura oficina, se sentía renovado, inclusive más joven y tal vez con mucha más energía.

Aunque eran las cuatro de la mañana y la última vez que vio el reloj eran las tres..

Viéndolo de forma positiva, fue la mejor hora de sueño de su vida.

De todas formas tenía otras cosas de las cuales preocuparse aparte de sus entrecortados períodos de descanso, como lo era la interacción que tuvo con Lee MinHo apenas hacía unas horas.

『My Hell』៸៸【SKZ】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora