Salí del castillo, no podía ver más a Fred y a los demás, en el suelo, tirados... No lo soportaba.
Estaba todo destruido, gente entrando cuerpos inconscientes, y Harry no estaba por ningún lado. Había ido al bosque prohibido, tenía que vencer a Voldemort él solo. Como lo había hecho 17 años atrás. Y yo sabía que iba a poder. Tenía que poder. No me podía imaginar una vida sin él.Recordé todos los momentos importantes de nuestra amistad, y me detuve en el abrazo de cuarto año, antes de que saliera a luchar con el dragón. Ese abrazo sincero y amistoso que habían confundido con algo más... Y pensándolo bien no me había molestado, ¿a quien podría molestarle que se rumoree que es novia del salvador del mundo mágico? Luego las noches solos en aquella carpa de campaña, el frío, el hambre... No era justo. Pero por suerte todo terminaría hoy. Mi corazón me lo decía.
En eso veo una multitud acercarse al castillo, y entre ellos distingo a Hagrid. Me alegré por unos segundos hasta que vi a Voldemort. Miré a Hagrid, estaba consternado, y cuando me vió bajó la mirada... En sus brazos estaba Harry, y... No. No podía ser. No era posible. ¡Me había prometido que volvería! Grité con todas mis fuerzas.Algo dentro mío se movió: hacía menos de tres horas había besado a Ron, sin saber por qué, por un impulso... Pero ahora desearía haber besado a Harry. Aunque sea por primera y última vez.
Me detuve un segundo. Esto no podía quedar así. Voldemort no podía ganar. Miles de personas morirían, magos y muggles. Ya no había nadie que pudiera pararlo. Salvo que...
Busqué en el bolsito de cuentas hasta que lo encontré. El giratiempos. Yo podía hacerlo, podía arreglarlo. Y lo iba a hacer. No iba a dejar ir a Harry tan fácilmente.Trece mil setecientos cincuenta...
Ciento cuarenta mil...
Ciento cuarenta y ocho mil novecientos veinte eran las vueltas que debía dar. 17 años, por 365 días, por 24 horas... Me llevarían al día anterior a que los padres de Harry murieran.
En el tiempo que tardé en dar las vueltas al giratiempos hice un plan, era sencillo y esperaba que eficaz: les enviaría un patronus avisando lo que iba a pasar. Y esperaba que me creyeran.Me aparecí en Godric's Hollow, era un pueblo muy diferente al que fuimos en Navidad. Más animado, más colorido, con más vida. Aunque se notaba que estaban en tiempo de guerra. Habia algunas construcciones destruidas y nadie caminaba por las calles. Fui a la Iglesia que estaba frente al cementerio que fuimos con Harry. Desde allí mandé el patronus.
-Lily, James, escuchenme. Sé que no me conocen, y podrían no creerme, pero realmente espero que sí lo hagan. Mañana Voldemort vendrá a buscarlos, más exactamente a Harry. Una profecía dice que él será quien lo venza. Colagusano los delató. Por favor, cuídense. Si pueden refugiarse en algún lado que nadie conozca, mejor. Solo les puedo decir que quiero mucho a su hijo.Con el corazón en la boca terminé de hablar. En serio esperaba que me hicieran caso. Pero lo que venía ahora era lo más difícil: volver a mi tiempo. Esperaba no haber cambiado muchas cosas, o sea que todo estuviera igual salvo Voldemort muerto y Lily y James vivos. Eso era todo lo que pedía.
Y eso fue.Apenas volví todo estaba como lo recordaba en sexto año: Hogwarts se veía majestuoso, como siempre, y me alegré. Cambié mi ropa y me puse la túnica del colegio. Era 2 de mayo, o sea que debíamos estar por terminar el curso. Entré al gran comedor, y por poco grito al ver a Harry y Ron sentados juntos en la mesa de Gryffindor. Me acerqué:
-¡Harry! ¡Ron! No saben qué alegría me da verlos.
- Disculpa, ¿y tú eres...?
- Hermione Granger, ¿Quién más sino?
- Ah, Granger. Si. ¿Y se puede saber por qué de repente nos diriges la palabra?
- Yo, no...
- No importa. ¿Te podrías marchar? Estamos comiendo. - Por poco me pongo a llorar, pero por suerte no se notó. Cuando me estaba yendo, Harry me llamó:
- Granger, espera. - Me di la vuelta esperanzada:
- ¿Se puede saber qué diablos haces con una túnica de Gryffindor? ¿Qué pasó, se te ensució la tuya? ¿No tienes una de repuesto?
- Eh... No, pasa que... Me confundí y en la lavandería me llevé esta. Porque la mía es de...
- Ravenclaw, obviamente. - completó Ron. - ¿Qué te pasa, te olvidaste hasta en qué casa estás? Suerte que tienes la cabeza pegada al cuello. - Harry rió y siguió:
- Parece que la sabelotodo debe estar enamorada... - Me di la vuelta, más avergonzada que nunca, y fui corriendo a la biblioteca. Tenía que averiguar todo lo que había cambiado. Considerando como me trataron, no pareciera que fuéramos amigos... Y eso me entristecía. Pero tampoco nadie salió a defenderme. ¿Quienes se suponía que eran mis amigos?...........
Llegué a la biblioteca y busqué todos los libros que pude sobre los últimos 17 años, incluidas fotos de los cursos, campeonatos, torneos de casas, y fui a buscar mis registros de notas.
Me senté, respiré profundamente. "Lista o no, aquí voy" pensé.
Empecé por mis notas, que eran lo que menos había cambiado. Tenía las mismas clases, solamente que en diferentes horarios porque no casa, efectivamente, era Ravenclaw. Busqué fotos, reconocía a Luna, a Cho, a Padma Patil, entre otros pero yo aparecía en muy pocas, y siempre alejada. Con la mirada como vacía. "¿Y como no si mis dos mejores amigos casi no me reconocen?" Seguí revisando papeles, resulta que los padres de Harry si me habían hecho caso, y viven felices en Godric's Hollow. Dumbledore había encontrado y destruido todos los horrocuxes, y finalmente vencido a Voldemort, hacía varios años. Era un héroe para todos, pero por alguna extraña razón no había aceptado el cargo de Ministro de la Magia y se quedó como director en Hogwarts. Me hacía muy feliz saber que él, Cedric, Fred, todos estaban vivos. Y más que nada Harry. Aunque yo no fuera parte de su vida, aceptaría eso y más con tal de que esté vivo y sea feliz. Hablé con Madam Pince, y parece que eso no había cambiado, me trató como de costumbre. Luego me dirigí a la sala común, y a medio camino me di cuenta que tenía que ir a la de Ravenclaw. Como todas las salas comunes, el resto de los estudiantes no sabían dónde se encontraba, así que di vueltas por el castillo hasta que me encontré a Luna.
- ¡Hola! ¡Luna! - corrí hasta ella
- Oh, hola Hermione. ¿Qué pasa? Te noto un poco confundida. ¿Por qué tienes una túnica de Gryffindor?
- Larga historia. Un asunto en la lavandería, pero creo que tengo otra en la sala común. ¿Me acompañas?
- ¿Por? ¿No puedes ir sola? Estaba haciendo algo aquí...
- No, si, seguro pasa que... Bueno, resulta que me olvidé la contraseña.- Luna rió.
- ¡Eso es imposible! Sabes que la contraseña es un acertijo. No creo que con tu mente te sea muy difícil, ¿Verdad?
- Si, no sé qué me pasa, pero no pude resolverlo. Por favor, Luna...
- Bien, te acompaño.Llegamos a la sala, y empecé a subir las escaleras. Entré al cuarto que correspondía a séptimo año, y reconocí mi cama al instante. Todo estaba como los años anteriores, salvo que en vez de color escarlata, azul. Revisé mis cosas y encontré cartas de mamá y papá, mis libros, agendas, cuadernos de notas. El bolsito con maquillaje que nunca usaba. Pero estaba buscando algo en especial... Mi diario. Y por fin lo encontré. Antes de sentarme a leerlo, revisé en mi agenda si no tenía tarea atrasada o alguna clase en las siguientes horas. Era viernes, y parecía todo en orden. Asi que me tiré en la cama, cerré las cortinas, y con ayuda de un Lumos leí mi vida.
Cuando terminé, quería llorar. Me dormí llorando. A la mañana siguiente sabía que seguramente tenía la nariz roja, los ojos hinchados y aspecto de medio muerta, así que decidí quedarme en la cama por la mañana, pensando en todo lo que había pasado. Según mi diario, mi vida era exactamente igual a la que recordaba, con la pequeña gran diferencia de que me habían asignado a Ravenclaw en vez de a Gryffindor. No conocí a Harry y a Ron, quienes se convirtieron en los chicos populares. Harry no tenía ninguna cicatriz, pero su cabello azabache, sus ojos verdes y su carisma y valentía lo habían posicionado muy bien entre las chicas. Y por lo que entendí, yo estaba enamorada de él. Pero no lo demostré nunca de ninguna manera, y me resigné a estudiar y solo estudiar. Sabía que no podía acercarme a él. No era linda, tampoco tenía ningún tipo de amistad con él. ¿Por qué iba a tenerla? La sabelotodo insoportable de Ravenclaw, con la cual compartía solo un par de clases a la semana, antisocial, orgullosa, y sin apellido. Cuando llegué a Hogwarts sabía solo lo que había llegado a leer antes de entrar sobre el mundo mágico. Era una vida bastante triste, para ser sincera. Pero por lo menos no había guerra. Y eso me dejaba tranquila de que había hecho lo correcto.
Pero, ¿Y Ron? ¿Por qué en esta línea de tiempo no tenía ninguna atracción hacia él? Por lo que había leído, era exactamente igual, el mejor amigo de Harry, hermano de su novia Ginny, gracioso, amable, hijo de una familia numerosa y humilde. Aunque siempre a la sombra del gran Harry Potter. Me dio un poco de pena viéndolo así desde afuera, pero no parecía pasarla mal.
Y así, de repente, luego de llorar y llorar, decidí que quería acercarme de nuevo a mis amigos. Y eso iba a hacer.

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Harmione One Shots
Fanfiction¿Una romioner escribiendo Harmione? Puede sonar raro, pero es posible. Empecé a leer más sobre esta pareja, y sé que yo defendí Romione a muerte en otros tiempos, pero poco a poco me fui enamorando de la idea de que Harry y Hermione fueran más que a...