Capitulo 15

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– Un monstruo, eso es lo que eres Samantha Luthor. – dijo entre risas. – ¿Cómo es posible que no te guste? ¡Solo míralo! – hasta el momento la ida al café no estaba tan mal como habían pensado las dos, después de mucho tiempo de no hablar entre ellas, las cosas seguían igual.

Se habían puesto al día con las cosas más importantes de sus vidas en los años de ausencia de cada una. Justo después del primer capuchino y un expresso acompañados de unos cuantos panecillos dulces, la conversación paso del nuevo empleo de Sam en la academia al nuevo miembro de la familia Danvers, la pelirroja le contaba a la morena mientras le mostraba fotos, como es que había llegado a la decisión de adoptar a un cachorro que vio en la calle mientras se dirigía a su departamento. El cachorro de no más de dos meses se había ganado su corazón en cuanto la miró en busca de cariño y alimento, al parecer había sido abandonado o en el peor de los casos, había perdido a su madre.

La mayor de las hijas Danvers no era alguien fanática de los animales, sin embargo, Sam, cuyo nombre eligió de forma divertida para su nueva responsabilidad, logró traspasar esa barrera ganándose un nuevo hogar.

– Sabes que no soy muy fanática de los animales, tienen mucho pelo y es mucha responsabilidad. – contestó Sam. – Pero si, admito que es muy... lindo. – cedió ante la mirada que le dedico la pelirroja, la cual era una muy parecida a la de Sam en la última fotografía que le había enseñado – ¿Ya le pusiste nombre?

Alex logro suprimir una carcajada ante la pregunta. La verdad era que había decidido esperar hasta regresar de su viaje para nombrarlo, pero después de reencontrarse con la morena, le pareció divertido en cierta forma nombrarle igual que ella. Sin embargo, una sonrisa se asomó en su rostro cuando alejo su capuchino de sus labios habiéndole dado un sorbo disfrutando del dulce sabor.

– Sam. – contesto lo más seria que podía en el momento, pero la morena lo hacía muy difícil, pues al escuchar su nombre, confundida ladeo un poco su cabeza, haciendo que la pelirroja recordase al cachorro que la estaba esperando en casa de su madre.

– ¿Sí? – preguntó la morena con el ceño fruncido.

No resistiendo más ante la respuesta de su exnovia delante de ella, estallo en risas, dejándola más confundida que antes.

– ¿De qué te ríes, cabezota?

– Perdón, pero es que.... tu... tu rostro. – apenas pudo contestar mientras intentaba recuperar la compostura. – Listo, ya... ya estoy bien. – dijo cuando finalmente se tranquilizó. – Su nombre es Sam.

– ¿Es una broma? – Alex negó. – ¡¿Le pusiste mi nombre a tu perro?! – exigió una respuesta tratando de sonar lo más ofendida posible. – ¿Por qué?

– No te enojes, ¿necesito sacar de nuevo la fotografía? Es que sus ojos me recordaron mucho a ti.

– Muy bien, Danvers, no sé si sentirme ofendida o halagada porque un perro hizo que te acordaras de mí. ¡Un perro! Y deja de reírte, no es gracioso.

Dentro de la habitación que funcionaba como calabozo en la nave, se encontraban tres personas, separados por unos barrotes y un pasillo, cada rubio se encontraba en su respectiva cama, ninguno de los dos hablaba y le daban la espalda a la tercera figura que se encontraba vigilándolos. Era de extrañar que la figura más grande dentro de su celda se encontrase callado, pero lo estaba, después de la descarga que recibió en el cuerpo, cortesía de sus captores, no le quedaban energías para discutir y lo que menos quería era una segunda ronda de dolor en sus entrañas. Habían pasado bastantes horas ahí dentro, ninguno de los adultos encargados de ellos les había dicho cuanto más estarían detenidos, sin duda sería un viaje muy incómodo y solitario para los dos de quedarse ahí por el resto del viaje.

A través de las estrellas [Supercorp] AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora