El día en que nací

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La gira está yendo bien, muy bien, la mayoría de conciertos llenos, sin un solo asiento vacío, mentira, solo uno, el que él debería ocupar. Ahora mismo se encuentra en Barcelona, la penúltima parada, ya no puede ocultar a nadie su notable embarazo, ya no es un secreto ni para la prensa, ni para las personas más cotillas, en cuanto lo hizo público la voz corrió rápidamente, Anne Lukin estaba en cinta pero, ¿dónde se encontraba el padre, ese hombre con el que la habían visto tanto últimamente? Muchas respuestas antes las cuales la artista se negó, y sigue negándose, a dar una respuesta. Deberían preguntarme por mi carrera musical y no por mi vida privada, ha repetido en innumerables entrevistas.

Ahora se encuentra enfrente del espejo probándose ropa, no hay nada que le siente bien a su parecer. Estás preciosa, diría él. Cuanto le echa de menos, aún no ha despertado, los médicos dicen que sino lo hace en las próximas semanas no creen que lo haga. No puede ocultar la pena así como tampoco puede ocultar la barriga que ya le sobresale, la ropa de premamá no ayuda, aparte de que no le agrada como le queda, le hace sentir gorda y eso, para una persona con la constitución tan delgada, no resulta agradable. Cuanto más se mira, más defectos se saca, que si los dedos, que si los tobillos, que si las ojeras, que si la voz, ese embarazo se le está yendo de las manos. Y ya no solo el primer trimestre lleno de náuseas matutinas y mareos varios, todo había sido un desastre, sin embargo, eso solo hace que Anne tenga más ganas de conocer a sus dos bebés.

Un pitido

Dos pitidos

-Anne, querida, qué alegría que llames.
-Ambas sabíamos que iba a llamarte, solo que ha sido más tarde de lo esperado, hemos desmontado lo del concierto de ayer y se nos ha ido el santo al cielo.

Silencio.

Anne llevaba llamando a Mimi cada día a las siete de la tarde durante más de tres meses, a veces pregunta por Gèrard, siempre habla con Aba y, de vez en cuando, cuenta algo de la gira del demonio esta que está acabando con su paciencia. Viajar por toda España con una bolsa y dos bebés a bordo es algo que, al principio pensaba que no, pero está acabando con ella y con la poca calma que aún alberga su cuerpo.

-Voy hoy a Valencia.
-Estamos deseándolo, te veremos todos en el concierto.
-¿Todos?
-Aún no ha despertado, lo siento.

Una lágrima se deja ver en la cara de Anne, y detrás otra, y llora, llora por todos estos meses en los que no ha derramado una sola pena en gota de forma de agua, llora despidiéndose, porque en algún momento debe hacerse a la idea de que muy posiblemente Gèrard no despierte y ella debe continuar.

-¿Cuánto tiempo más le dan los médicos?
-Un par de semanas.
-Si no despierta en dos semanas, diles que lo desconecten, sé que no estarás de acuerdo y que es un gesto egoísta, pero no puedo criar a tres hijos con la esperanza de que su padre despierte, pendiente de alguien.
-¿Y prefieres que muera?
-Sé que no suena bien, que no soy yo quien debe decidirlo, esto también es duro para mí, sí, lo prefiero.

Al otro lado de la línea, Mimi calla, la entiende, claro que la entiende, sin embargo sería muy duro para toda su familia perder al más joven porque su novia no ha sabido llevar la situación.

-Pásame con mi hija.

Se escuchan unos pasos energéticos que recorren toda la estancia valenciana.

-Mami.
-Hija.
-Tengo muchas ganas de tu concierto, va a ser impresionante y con la bien que cantas tú será super mega guay.
-Seguro que sí, cariño.
-¿Puedo hablar con los tetes?
-Claro.

Era algo a lo que la niña se ha aficionado últimamente, su madre pone e teléfono en su barriga y ella empieza a hablar y contarles a sus futuros hermanos su día a día. Así que su madre hace caso a sus súplicas y se coloca el teléfono en el vientre, justo delante del ombligo, no sabe muy bien dónde y ahí le gusta y le resulta cómodo, no cree que le importe mucho a su hija, tampoco está ahí para saber dónde le dejan, por primera vez decide ver qué es lo que Aba tiene tanto afán por decirles a las dos personitas que lleva dentro, así que pone el altavoz y espera.

Jamás me olvidé de Ti [Geranne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora