Pequeñas historias de Chris y sus personajes.
Ninguno de los personajes que aparece es de mi propiedad,excepto los personajes femeninos en los que se centra la historia.
Ni siquiera el propio Chris Evans me pertenece,por mala suerte.
La portada fue...
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El día para tí había empezado bien, demasiado bien a tu parecer.
Te despertaste sintiendo los fuertes brazos de tu novio alrededor de tu cintura, acercándote más a él hasta el punto en que tu espalda estaba pegada a su ancho pecho. Sonreíste levemente al notar su pulgar acariciar lentamente tu vientre, pellizcándote suavemente para molestarte como solía hacer cuando él se encontraba de buen humor.
— Deja de hacer eso — exigiste cogiendo su mano y apartándola de tu vientre.
— ¿O qué? — Te dijo para luego besarte el hombro varias veces, hasta lamiéndolo de forma juguetona sabiendo que muchas veces te molestaba también eso.
Soltaste un suspiro y frunciste tu ceño lo máximo posible para mostrar tu enfado, pero al girarte para verle el rostro sonreíste ampliamente. Sus ojos azulados brillaban intensamente aún sin haber ningún tipo de luz dentro de la habitación, pero esas perlas siempre tenían algo que le hacían brillar, y, en este caso, todo era gracias a ti por lo que Chris estaba tan animado ese día.
El doce de septiembre se volvió una fecha especial para ambos después de haber empezado a salir tras su ruptura con Jenny, apareciste tú como su pequeño rayo de esperanza para salir del agujero que se volvió su vida con la ida de Slate por todos los insultos que había recibido ésta por ser "fea" o "mala actriz" cuando a ti no te parecía nada de eso, además, tú tampoco podías criticarla porque tú tampoco es que fueses la mejor actriz o la más guapa, muchas veces considerabas que eras demasiado inferior al mundo de Chris, pero él siempre te hacía ver que eras mucho mejor que una actriz y la mujer más bella de todo el mundo.
Los recordatorios de cómo os conocisteis pasaron por tu mente rápidamente. Recordabas haber estado trabajando ese día en tu panadería, desde hacía años te habías vuelto una trabajadora autónoma y poder hacer tus propios panes, pasteles, bollos y demás dulces esponjosos era el trabajo ideal que se te presentó, pero no esperaste que un torbellino peludo todo empapado entrase en tu local y se sacudiese por todos lados, siendo el dueño quien se disculpase contigo y te invitase a una cena para pagar lo que había hecho su perro.
Por un momento no le reconociste, la barba espesa te dificultaba verle con claridad, pero al ver aquellos ojos tan azules supiste que era Chris. Tu modo fan apareció de repente, te pidió discreción para que nadie saltase la noticia con que estaba en Boston otra vez, pero hiciste lo que él te pidió y rápidamente entablasteis una conversación mientras acariciabas a Dodger, no podías negar que era más suave de lo que parecía en las fotos, era un pequeño peluche vivo.
