Pequeñas historias de Chris y sus personajes.
Ninguno de los personajes que aparece es de mi propiedad,excepto los personajes femeninos en los que se centra la historia.
Ni siquiera el propio Chris Evans me pertenece,por mala suerte.
La portada fue...
Pedido de: No lo recuerdo y no llegué a encontrar su perfil :c
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Caminé hacia la playa seguida del grupo de huéspedes que se alojaban en el hotel que actualmente tenía a mis espaldas,todos con una lona para practicar una serie de ejercicios de yoga,además de que a esta actividad se había unido Ari y Sammy mientras que Rachel junto a los demás chicos se encargaban del hotel que nos habíamos montado desde hacía unas semanas.
Cuando Ari acudió en mi ayuda para la gran idea que le había venido a la mente me negué en rotundo a ayudarle.Había ido a mi casa a las cinco menos veinte de la mañana,teniendo en cuenta que trabajaba al día siguiente,con una gran mochila en su espalda con diversos mapas y papeles que explicaban el gran plan que tenía para salvar a la pobre gente por la que tanto luchaba ese hombre.
¡Flashback!
El telefonillo sonaba repetidas veces,despertándome de mi sueño en el que...la verdad es que no me acordaba qué estaba soñando.Me levanté bastante somnolienta de la cama y me dirigí con los ojos cerrados,como los solía tener si me sentía en la necesidad de salir de la cama ya fuese para ir al baño como para ir a beber algo,con el ceño fruncido y el flequillo alborotado.Una imagen digna de ver para que la gente hiciese burla de ello.
En cuanto llegué al telefonillo,cruzando antes el largo pasillo que separaba la entrada de mi casa de mi cuarto,pulsé un pequeño botón para escuchar los jadeos propios del hombre de barba.
— ¿Podrías abrirme? Empieza a hacer frío — dijo rápidamente,además de que su voz sonaba alegre.
Pulsé brevemente el botón de al lado que dejaba entrar a todo aquel que estuviese tras la puerta del portal.Pasé una mano por mi pelo,el cual notaba enmarañado,me bajé un poco la camisa y me subí el pantalón propios del pijama que llevaba puesto.
No pasaron ni dos minutos cuando escuché dos golpes en la puerta,era obvio que era él.Solté un suspiro y de mala gana le abría la puerta.Tenía una gran sonrisa en el rostro y jadeaba suavemente al mismo tiempo que su ancho pecho subía y bajaba por sus rápidas respiraciones.
— Buenas noches princesa,tengo que enseñarte algo — entró rápidamente,dejando un beso rápido en mi frente para luego caminar por el pasillo hasta mi salón.
