7. Melancolía

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-¿Nick? ¿Qué haces aquí? - volteé en cuanto escuché mi nombre

-¿David? - dije al ver que había encontrado a quien buscaba -Vine a buscarte, me tenías muy preocupado

Y ahí, después de decirnos cuanto nos alegraba ver al otro, fue que David finalmente comenzó a explicarme lo que estaba pasando.

-Hace unos días me llamaron a la oficina del edificio - comenzó - Lo primero que pensé es que habían descubierto una de mis bromas, ya sabes, cómo en los viejos tiempos - sonrió

Lo cierto era que mi amigo tenía un largo historial de eso

-Luego recordé que no había hecho nada malo últimamente. No sabía lo que estaba pasando y nadie me había dicho nada aún - hizo una pausa para aclararse la garganta -Cuando entré ahí estaba Esmeralda esperándome junto a la directora

Comenzaba a ponerme nervioso por el rumbo de esta historia

-Hicieron que me sentara y comenzaron a hablarme de un montón de cosas que ni recuerdo. Honestamente no estaba presentando mucha atención y creo que hice que la directora que se enojara - dijo entre risas

¡Dios David! Termina ya con esta historia

-En fin. Me dijeron que había alguien que quería verme

-¿Y?

-Era una pareja Nick. Ellos quieren adoptarme

Estoy seguro de que mi cara era de sorpresa total

-Necesitaban mi consentimiento primero claro, pero ¡Al fin tendré una familia! - gritó mientras daba un pequeño salto de alegría

-¡Eso es genial! - le dije antes de abrazarlo

Aquello parecía tan surrealista. Desde que le conozco siempre había fantaseado con lo genial que sería este momento, y ahora que sucedía simplemente no había palabras para describirlo. Si alguien merecía algo así era él sin dudas.

-No te había dicho nada porque tenía miedo de que se arruinara. Estos días he estado pasando tiempo con ellos para conocerlos. ¡Dios! Deberías de ver el cuarto que me han preparado

-No sabes lo mucho que me alegro por ti - dije antes de volver a abrazarlo

David y yo estuvimos charlando un rato más para ponernos al día. Me contó todo, desde su apariencia física hasta su personalidad, incluso sobre aquel perro Golden Retriever que tenían como mascota.

Estaba seguro de que nunca había visto a mi amigo tan contento

-Te lo juro Nick, los vas a amar demasiado. Les he hablado mucho de ti y quieren conocerte

-¿Les hablaste de mí?

-Claro tonto, eres mi mejor amigo, no hay nadie más importante para mí

-Que cursi eres - ambos reímos.

Por un momento había olvidado lo bien que me la pasaba con David. Más que un amigo, era como un hermano. Desde que lo conocí nos volvimos prácticamente inseparables.

-Yo puedo ser tu familia

-No seas tonto, nosotros no podemos ser familia - le dije con la cabeza baja

-¿Y porqué no? - me preguntó mientras se sentaba a mi lado

-Pues... por qué no tenemos dinero o una casa...

-No necesitamos esas cosas. La familia son las personas que quieres con el corazón - dijo con seguridad entre una enorme sonrisa

-¿Y porqué quieres ser mi familia?

-No lo sé. Te vi solo y pensé que debía cuidarte.

Jamás en mi vida había escuchado a nadie que hablara de esa manera. Fue la primera vez que me sentí protegido.

-Soy David ¿tu cómo te llamas?

-Nicolas

-Que feo nombre - me dijo, lo que lejos de molestarme me hizo sonreír.

-Y entonces... ¿Cuándo te vas?

-Creo que aún deben terminar con algunas cosas pero, si todo sale bien, podré irme en unas dos o tres semanas

-De verdad no sabes lo feliz que me hace el escuchar todo esto

No estaba mintiendo, realmente me alegraba por él, pero, al mismo tiempo, no podía evitar pensar que ya no tendría a mi amigo siempre conmigo.

-Lo sé Nick, yo también me siento muy feliz.

Después de hacer todo un espectáculo y ganarnos una advertencia por alborotar los pasillos; finalmente tuvimos que despedirnos, no sin antes prometer que hablaríamos todos los días por teléfono.

-Cuídate mucho, ya verás que todo saldrá bien para ti también - se despidió con un último abrazo antes de que yo volviera por donde había llegado.

Hasta ahora caía en cuenta de que Amara me había estado esperando todo este tiempo. Ojalá no la haya hecho enojar por tardar tanto.

Al volver a la recepción del edificio no pude ver a Amara por ningún lado. Algo extrañado salí del edificio por completo pensando qué tal vez había salido por algo de aire fresco.

Sin duda ahí estaba, pero no se encontraba sola. La acompañaba un sujeto desconocido. No me daba una buena impresión.

Esperé hasta que terminaron de hablar y a que el sujeto se alejara para acercarme. Amara me vio y se acercó hasta mí.

-¿Ya terminaste? - me preguntó aún algo lejos

-Sí - le respondí

Tenía curiosidad por saber quién era ese tipo y porqué parecía que ella lo conocía, pero no quise parecer entrometido por lo que me quedé callado.

En el taxi no pude evitar volver a pensar en que las cosas ya no serían iguales sin David en el orfanato. Fue ahí cuando sentí algo que hace mucho no experimentaba.

Soledad...

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora