Dejando mis traumas de lado, pude sobrevivir el resto de la semana sin ningún inconveniente. Era el segundo fin de semana que pasaba con los Cowell.
En fin, ese día particularmente no tenía nada por hacer (que sorpresa) así que me puse a ayudar al señor Cowell con la limpieza de algunas zonas de la casa.
Ahora que había pasado más tiempo aquí podía decir que la casa no era tan grande como yo pensaba. Es decir, sí, la casa es enorme, más que la mayoría de las casas, pero no lo era tanto como imaginé la primera vez que la vi.
El lugar completo consistía del vestíbulo, la sala, la cocina, un comedor principal pequeño y otro comedor de mayor tamaño; el patio trasero con piscina y claro los dormitorios que, contando los cuartos para invitados, daban un total de ocho recamaras.
Cualquiera pensaría que eso era demasiado, pero los Cowell no era precisamente una familia pequeña, ni siquiera me atrevería a decir que eran una familia normal.
Si no los conociera juraría que formaban parte del elenco de uno de esos shows noventeros de la televisión. Admito que ese sería un programa muy divertido de ver.
Cerca de medio día llegó la señora Hanna que traía a los gemelos de su práctica de soccer.
Estuvieron un rato por ahí los cuatro juntos hablando sobre como estaban emocionados por partido final del torneo en el que estaban participando, el cual jugarían en un par de semanas.
-¿Irás a vernos jugar, Nick? - me preguntó Pablo con un tono tímido.
Físicamente ambos hermanos eran prácticamente idénticos, pero sus personalidades eran muy diferentes. Daniel era el chico estrella, el capitán del equipo que los demás chicos consideraban como "genial" y admiraban. Pablo en cambio, es algo más callado y tímido. Personalmente, me agradaba más Pablo.
-Claro campeón - mentí. Ni siquiera sabía si para ese entonces seguiría ahí. Por suerte no volvió a preguntarme del tema.
Al día siguiente era Domingo, y yo tenía aún menos planes.
Estaba sentado en la cocina comiendo un plato grande de cereal cuando escuché a alguien tocar la puerta desde fuera. El señor Alex procedió a abrirla y Esmeralda entró a la casa.
Por un momento había olvidado que ella existía y que había prometido venir a verme.
-¡Hola Nick! ¿Cómo has estado? - me saludó y preguntó la mujer.
Luego de interrogarme por un par de minutos, finalmente me dejó en paz y fue a charlar con Alex. Recuerdo que ella había mencionado que ambos eran viejos amigos o algo así. Me preguntaba de dónde se conocían.
No pasó mucho tiempo antes de que Esmeralda se fuera, no sin antes despedirse de mí y decirme que nos veríamos pronto.
Al terminar mi desayuno, limpié y recogí lo que había usado.
Cómo no tenía nada que hacer me acerqué al señor Alex para preguntarle si había algo en lo que pudiera ayudar (limpiar, barrer, etc).
-¿Eh?... Pues no, creo que no - hizo un gesto de rascarse la cabeza como si tratará de recordar -Como me encantaría que mis hijos fueran más como tú - dijo mientras reía un poco.
Supongo que se refería a que ayudara con las labores. Amara me llamaba raro por hacer eso, decía que normalmente la gente de nuestra edad no se ofrecía a hacer esas cosas.
-Pensandolo bien. Sí hay algo en lo que puedes ayudarme. Necesito ir a comprar unas cosas y me vendría bien una mano más para ayudarme a cargar - me dijo y así fue como lo acompañé en un viaje en su carro.
Llegamos a una tienda de esas de deportes de una cadena muy conocida.
Tenían de todo, desde lo normal como soccer, tenis y béisbol; hasta algunos no tan comunes como alpinismo, esquí y golf.
-¿Qué venimos a comprar? - pregunté tan pronto estabamos en la entrada.
-Solo algunas cosas de pesca. Ya sabes, algunos anzuelos y carretes más que nada - dije mientras localizabamos el área donde se encontraban esas cosas.
-¿Usted pesca?
-Sí. Desde niño en realidad. Era una de las pocas cosas que hacía con mi padre - dijo él mientras se formaba una pequeña sonrisa en su rostro
-Que genial - le dije
-Sabes, he intentado llevar a Ezequiel y Amara conmigo a ellos simplemente no les interesa. Creo que a ustedes simplemente les aburre este tipo de cosas - rió un poco
-Yo creo que es divertido
-¿En serio? - preguntó sorprendido
-Sí, bueno... realmente nunca lo he hecho, pero creo que debe ser genial... ya sabe... relajarse un rato y esperar el momento en el caiga un pez. Además de que sirve para que las personas conecten - le respondí y parecía que no esperaba una respuesta así de mi parte, ni siquiera yo sabía lo que había dicho.
-Sí, así es - terminó de decir.
Me dejó solo en lo que él buscaba lo que necesitaba. De vez en cuando me hacía ver las cosas que había escogido, incluso me preguntó si creía que sería una buena idea comprar una caña nueva, a lo que le respondí que si la quería y le gustaba pues la comprara, después de todo, nunca está de más tener alguna extra.
-¿Por qué no vas y buscas algo para ti? - me dijo amablemente
-Oh no, no es necesario - le respondí mientras agitaba mis brazos
-Anda, consideralo un pago por tu ayuda
Esta vez no tenía ganas de hacerme el difícil, así que me puse a recorrer el resto de pasillos de la tienda.
Realmente no había nada que quisiera en especial, hasta que recordé que mi viejo balón de baloncesto se había ponchado luego de tantos juegos con él.
Fuí hasta la sección de baloncesto y tomé el balón más económico que encontré, tenía un letrero que decía que estaba al cincuenta por ciento de descuento así que sería perfecto.
-¡Hey Nick¡ - voltee a dónde me llamaban y vi a aquel chico de ojos verdes cuyo nombre aún no recordaba.
Se acercó rápidamente hasta mí cuando confirmó que era yo y no un desconocido.
-Te veo en todos lados tío - dijo muy animado
-Sí, bueno...
-De seguro ahora me dirás qué estás acompañando a alguien - diablos, era listo.
-En realidad trabajo aquí, pero acaban de despedirme por jugar con los balones - traté de sonar gracioso pero en lugar de eso conseguí una cara de confusión de su parte -es broma
Creo que no era muy bueno siendo gracioso.
-Como sea. ¿Irás al viaje del lago?
Amara había estado hablando mucho de eso. Sería el próximo viernes e irían los alumnos de mi curso y superiores. Los que pudieran costearlo, claro.
-Sí, creo que sí
-¡Genial! Dicen que este año habrá muchas actividades increíbles - Amara también había hablado sobre eso, pero siendo sincero, no le había prestado mucha atención.
-También escuché eso - le dije al final.
Ambos nos quedamos simplemente ahí parados sin decir nada más hasta que una mujer lo llamó y se fue tras de ella.
-Te veo luego - se despidió antes de desaparecer.
Finalmente, volví hasta donde estaba el señor Cowell quien me preguntó si había encontrado algo que me gustara y fuimos a las cajas para pagar lo que llevábamos. Le ayude a cargar las bolsas al carro y emprendimos el viaje de regreso...
Hola:D
Un capítulo un poco flojo pero prometo que ya vienen cosas interesantes;)
¿Qué les pareció?
¿Quién es su personaje favorito hasta ahora?
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Una nueva vida
Подростковая литератураNicolas es un chico huérfano de 15 años, reservado y bastante amable. Su vida parecía estar estancada cuando por diversas circunstancias termina viviendo con una familia temporal. Las cosas cambian para él y para los que le rodean mientras emprende...