Cumpleaños, aquel mágico día en el que podemos fingir que somos un poco más importantes que el resto.
Dependiendo de cómo lo veas, puedes creer que tienes un año más de vida o por el contrario que te queda uno menos.
Para mí, este día era uno más del montón. Un pastelito, una vela y un poco de atención extra era lo que apenas lo diferenciaba.
Pero este año claro que era diferente.
No solo porque lo pasaría en casa de los Cowell, sino también porqué no tenía a David que me hiciera compañía.
Mi viejo amigo estaba pasando por todo un proceso justo ahora y apenas y había sabido de él en los últimos días.
Me alegraba demasiado, pero quería seguir pasando tiempo con él.
Lo último que le escribí fue un mensaje de texto invitándolo a mi "fiesta" de cumpleaños.
Porqué sí, al final he terminado cediendo ante las insistencias de Amara y Ezequiel por celebrar mi cumpleaños.
Parecían estar más emocionados que yo por esto, algo que yo no entendía del todo.
Y es qué por más repetitivo que suene simplemente perteneciamos a mundos diferentes. Cómo con esto del cumpleaños, en mi mundo esto de las fiestas y las celebraciones no tenía cabida mientras que para ellos seguramente era una fecha sumamente especial llena de atención y regalos.
Es curioso ¿no? Cómo algunas personas tienen hasta para tirar mientras que otros pelean por las sobras. Aunque bueno, los Cowell no parecían ser así. Pero saben a lo que me refiero ¿verdad?
Cosas mías quizá.
Al principio no me convencía mucho la idea, pero después terminé aceptando. Después de todo
¿Qué tan malo podría ser?
Escribí el mensaje con la ubicación y la hora a la que se celebraría. Espero que lo vea a tiempo.
No iba a ser un gran evento, por supuesto que no. Solo una tarde de pizza después de la escuela.
Aburrido seguro, pero que importaba. No era como si buscara ser el tipo más genial y popular. Después de todo, en unos pocos días volvería al orfanato.
Las reparaciones ya habían terminado y el domingo a más tardar estaría allí de regreso, en el mismo lugar en el que había estado encerrado por casi quince años.
Siempre supe que esto no era para siempre. Al menos sé que siempre tendré mis recuerdos de estos momentos.
Cómo invitados a mi cumpleaños estaban David, Charlie y claro, toda la familia Cowell.
También estaba Paolo. Desde lo sucedido en el lago lo tenía más pegado a mí que mosquito hambriento.
El italiano es una persona amable y atenta. Aunque aún no sé muchas cosas sobre él, la mayor parte del tiempo se la pasa haciendo preguntas sobre mi vida, como si hubiera muchas interesantes que contar.
Lejos de molestarme, me parecía divertido. Sus gestos y actitudes me recordaban a un pequeño niño con demasiada curiosidad.
Supongo que también debía invitarlo ¿no?
Gracias a que ahora estaba más tiempo con Charlie, y ahora también con Paolo, pude distanciarme un poco de Amara.
No me malentiendan, adoro a Amara, es solo que estar con ella y Jazmine mientras hablaban de ropa, chicos y maquillaje no estaba entre mis pasatiempos favoritos. Además, seguía creyendo que había algo escondido entre ellas dos y después de cómo reacciono la última vez no me animaba a seguir preguntando.
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Una nueva vida
Novela JuvenilNicolas es un chico huérfano de 15 años, reservado y bastante amable. Su vida parecía estar estancada cuando por diversas circunstancias termina viviendo con una familia temporal. Las cosas cambian para él y para los que le rodean mientras emprende...