Después de lo sucedido con David, el señor Cowell nos llevó a un partido de soccer.
Jugaba el equipo de los gemelos. Si ganaban este juego pasarían a la final del torneo, por lo que toda la familia fue a apoyarlos, yo aún no podía recordar sus nombres.
Estábamos todos viéndolos desde las gradas junto a una multitud de padres que también apoyaban a sus hijos. Amara, Ezequiel y yo estábamos sentados uno junto al otro, mientras que el señor Cowell y la señora Hanna cuidaban de la pequeña Hanna (sí, ellas tienen el mismo nombre) justo un escalón arriba de nosotros.
Para ser verano, el calor ese día estaba soportable, el cielo estaba algo nublado, pero sin dar señales de lluvia y el aire soplaba fresco. Era un perfecto día para estar al aire libre.
–Oye Nick, me enteré de que pronto será tu cumpleaños. ¿Quieres que hagamos algo? – me dijo el señor Alex
Con tantas cosas que estaban pasando me había olvidado por completo que faltaban solo dos semanas para mi cumpleaños.
–Oh no, no es necesario – respondí a su oferta
–¿Seguro? Podrías usar la casa e invitar a unos amigos si quieres
–No, de verdad no hace falta nada eso. Le agradezco mucho de todas formas
–Está bien. Avísame si cambias de opinión – terminó de insistir
Realmente apreciaba mucho las intenciones del señor Alex, pero nunca fui mucho de hacer fiestas o celebraciones. Mi tradición para ese día era jugar todo el día en el parque con David y comer un pequeño pastelito que Esmeralda me regalaba. Además, no tenía muchos amigos a los que invitar, corrección solo tenía a David cómo amigo y con todo esto de la adopción y su nueva familia, muy probablemente esté ocupado este año.
El partido iba bastante parejo, el marcador estaba cero a cero hasta que Daniel (creo que era él) logró llegar hasta el área de la portería para patear el balón y anotar un gol en la esquina del arco.
Toda la tribuna de nuestro lado se levantó de golpe y gritó de la emoción.
No era demasiado fan de este deporte, pero la alegría de todos era bastante contagiosa.
Me paré de mi asiento buscando otro lugar donde perder mi tiempo. No dije nada, con suerte creerían que solo iba al baño.
–Oh Nick ¿Puedes hacerme el favor de traer una botella de agua? – le dije que sí antes de tomar el billete que me daba.
Tenía planeado solo dar un par de vueltas antes de volver.
Los últimos días no habían sido los mejores, sentía que necesitaba un respiro de todo lo que conocía. ¿Es normal querer estar solo?
Caminaba mirando a mis pies sin prestarle atención a lo que me rodeaba. Iba tratando de no pisar las grietas del suelo, ya saben, aquel tonto juego que todos habíamos intentado en algún momento, no lo pueden negar.
Iba tan distraído en lo que hacía que no me di cuenta de que iba directo a estrellarme contra un tipo parado de espalda hacia mí. Terminé chocando contra aquel sujeto, haciéndolo caer de cara al suelo.
–¡Fíjate por donde caminas! – sonaba furioso
–Lo lamento, d-de verdad lo siento
–¿Estás ciego o q...? Oh, eres tú – y ahí fue donde vi aquella cara ya conocida, se trataba del chico con el que ya me había estrellado dos veces.
Le ayudé a ponerse de pie.
–Comienzo a creer que lo haces a propósito
–¿Qué? No. De verdad fue un acciden...
–Es broma – dijo riendo fuerte –Pero en serio, deberías de mirar bien por donde caminas. Vas a terminar lastimando a alguien así. Y por alguien me refiero a mí, obvio – que confianzudo era –Te llamas Nicolas ¿cierto?
–Sí – cielos, yo no recuerdo su nombre
–Si querías conocerme podías hablarme como una persona normal – ¿de que diablos hablaba? –te estoy vacilando tío – notaba cierto acento en su manera de hablar... ¿español?
–¿Estás bien? Te ves algo decaído
–Sí - le dije algo brusco y cortante
–¿Y qué haces por acá?
–No es tu asunto
–Vale – sonaba afligido –Cuidate. Supongo
Se dió la vuelta y se marchó.
¿Qué me pasaba? Yo no era de tratar así a las personas.
–¡Espera! – grité antes de que se alejará demasiado -Lo lamento, no sé qué me pasa
–Va, no importa. De todos modos ya tenía que volver – hablo con más seriedad que al comienzo
–¿Vienes a ver a alguien?
–Sí, mi hermanito está jugando – dijo ya sonando normal. Vaya tipo. -¿Y tú?
–Solo acompañaba a alguien
–Parecía que querías estar solo
–Algo así... – le dije sin ganas
–¿Mal día?
–Más bien "días"
–Que mal... ¿Quieres ir a otro lado?
Terminé siguiéndolo a un hueco debajo de las gradas desde donde se podía ver el partido tranquilamente. El tipo irradiaba una vibra muy positiva, no era común ver a alguien así.
–Ese de ahí es mi hermano – señalaba a uno de los niños que jugaba –¿Quién es el tuyo?
–Los gemelos de allá – le respondí
–¿Primos?
–Solo... conocidos – que pesado era tener que explicar aquello
–Tio, siento que eres todo un misterio. Cuéntame algo sobre ti – sonaba interesado. No sabía qué cosa contarle.
–No soy nada interesante – trataba de desviar el tema –Mejor dime sobre ti. ¿Eres español?
–No en realidad. Mi padre es italiano pero yo y mi madre somos de aquí. Aunque sí viví en España por un tiempo. Creo que aún me queda algo del acento – claramente así era –¿Qué hay de ti? ¿De dónde eres?
–Yo... solo estoy de visita
–¿Visita? – asentí con la cabeza –¿Por cuánto tiempo?
–Unas dos o tres semanas más
–Cool
Y así continuamos hablando de un par de tonterías más.
Nos habíamos olvidado del partido hasta que la gente comenzó a hacer un escándalo de nuevo. El equipo de los gemelos nuevamente había anotado. El marcador ahora iba dos a cero, siendo casi imposible que los remontarán ahora.
–Parece que tendré que consolar a mi hermanito después del partido – su hermano era del equipo contrario al que apoyaban los Cowell.
Hablando de ellos, aún tenía la botella de agua que debía entregarle al señor Alex.
–Me tengo que ir – le dije apresurado
–Vale. ¿Te veo en la escuela?
–Claro... – respondí antes de marcharme
El partido ya casi terminaba, por suerte la familia aún estaba en el mismo lugar.
Subí las gradas para regresar a mi asiento, parece que no les había molestado mi ausencia.
–Buenas noches – dijo Ezequiel sarcásticamente. Simplemente lo ignoré.
–Aquí está el agua – dije antes de entregarle la ya no fresca botella y el cambio.
–Oh, si. Muchas gracias Nick – parece que lo había olvidado.
Me senté en mi lugar para seguir viendo el resto del juego...
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Una nueva vida
Novela JuvenilNicolas es un chico huérfano de 15 años, reservado y bastante amable. Su vida parecía estar estancada cuando por diversas circunstancias termina viviendo con una familia temporal. Las cosas cambian para él y para los que le rodean mientras emprende...