12. El Lago Parte 2

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–¡MALDITO PERVERTIDO!

¿Qué carajos estaba pasando?

A ver, creo que la imagen de Jazmine aprisionando a Charlie contra un árbol no era para nada lo que esperaba encontrar.

Voltee a ver a Amara quien se encontraba un poco más atrás con una expresión... difícil de leer.

–¡¿Qué está pasando aquí?! – dije atrayendo la atención de los tres.

Mi inesperada intervención los tomó por sorpresa. Pude ver como dieron un pequeño brinco del susto y todos se detuvieron por un momento, pero la situación no se detuvo ahí.

–¡Este pequeño mirón nos estaba espiando! – gritó Jazmine furiosa.

–Pero yo...

–¡No me mientas! Que te he visto observándonos desde los arbustos – lo empujó aún más contra el árbol.

Pobre Charlie, apenas podía moverse.

–¡¿Qué fue lo que viste?! – reclamaba ella 

Recuerdo haber escuchado que Jazmine podía dar miedo cuando se enojaba. No era mentira. Ella era el vivo estereotipo de una animadora, delgada, bonita y popular, con un carácter fuerte que intimidada.

–¡Espera! – dije antes de que pudiera seguir lastimándolo –conozco a Charlie y sé que él no haría algo así. Debes estarte confundiendo

–Yo sé lo que vi

Fue ahí cuando Amara, quién hasta ahora había estado solamente observando, intervino para separar a Jazmine de Charlie.

–¡Ya déjalo en paz y vámonos! – gritó la rubia.

Ella lo soltó y ambas se fueron, perdiéndose entre la oscuridad de la noche.

Una parte de mí quería detenerla y preguntarle exactamente qué era lo que había pasado allí, pero no reaccioné hasta que se alejaron demasiado.

Me centré en ayudar a mi amigo, quién aún se encontraba de pie apoyado contra el árbol.

–¿Estás bien? – le pregunté

Se dio la vuelta y pude verlo de frente. Estaba temblando, tenía los ojos llorosos y su mirada estaba perdida.

–¿Charlie?

De pronto comenzó a dar bocanadas profundas de aire, como si se le dificultara respirar.

–¡Por Dios!

Parecía que en cualquier momento se desplomaría.

Traté de sujetarlo al mismo tiempo que lo guiaba hasta una posición más segura.

Logré acomodarlo encima de una roca de mediano tamaño y lo observé fijamente una ve más.

La taquicardia, la sudoración, la dificultad para respirar y el comportamiento extraño, creo que por fin entendía lo que pasaba.

–Está bien, todo va a estar bien. Quiero que sigas el ritmo de mi respiración ¿de acuerdo?

Espero saber lo que estoy haciendo.

–¿Recuerdas que hablamos de lo genial que sería tener superpoderes? Creo que me convenciste con lo de la teletransportación. Quiero decir, la supervelocidad es genial pero la teletransportación también es bastante buena. ¿Recuerdas qué fue lo que me dijiste?

Charlie estaba aun notablemente tenso. Levantaba los hombros y apretaba fuertemente los dedos contra las palmas de sus manos.

–Decías que sería genial poder estar en cualquier parte del mundo en cualquier momento. ¿Qué lugar me dijiste que visitarías?

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora