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La señora Kim sonrió mientras organizaba la mesa con una naturalidad que no era común en las cenas familiares de la casa de los Kim. Su voz sonó ligera y curiosa cuando preguntó, con una mirada distraída, si Hyunjin y Seungmin se conocían desde el internado.

—¿Internado? No, no, somos vecinos, a veces acompaño a Minnie cuando está solo. Estudiamos juntos, a veces... —respondió Hyunjin, su tono descolocado ante la idea de un internado, como si fuera una historia que nunca podría encajar con Seungmin, esa mezcla de inocencia y tranquilidad que emanaba de él.

Pero en su mente, Hyunjin ya estaba cuestionándose qué habría sido de Seungmin en ese internado. ¿Qué tipo de persona sería allí? No podía imaginarlo, y se sentía como si algo se estuviera escapando. Agradecía que Jeongin no estuviera allí para interrumpir con su curiosidad.

La señora Kim continuó conversando mientras terminaba de preparar la cena. —Tu hermano me comentó que quería ir a una fiesta, no estaría de más que lo acompañes, sabes cómo se pone a veces, no tiene control —dijo mientras miraba a Seungmin.

Los ojos de Seungmin se encontraron con los de Hyunjin por un momento, esa conexión tácita entre ellos. Algo en el aire se sentía diferente, como si todo lo que rodeaba esa cena tuviera un trasfondo que solo ellos entendían.

La cena pasó sin grandes palabras, solo la habitual calma que los rodeaba. Jeongin estaba más callado que de costumbre, y a pesar de que las risas y las conversaciones eran suaves, había una tensión que no lograba disiparse. Cuando la cena terminó, Seungmin se dirigió a su habitación, seguido por Hyunjin.

—¿Deseas ir a una fiesta? Debo acompañar a Jeongin y no quiero estar solo —dijo Seungmin con una expresión que parecía vacilar entre la duda y la necesidad de compañía.

—No te preocupes, solo iré un poco tarde. Mándame la dirección, ayudaré a mi mamá con algunas cosas e iré —respondió Hyunjin mientras saltaba de un balcón a otro como solía hacerlo. —Ve con cuidado, te veo después, mi cachorro.

Seungmin sonrió al escuchar el apodo, esa sonrisa tonta que no podía evitar cuando Hyunjin lo llamaba de esa forma. Pero algo en su pecho latía más rápido que antes, una sensación incómoda que no se iba. Se metió a la ducha y se preparó para salir.

Poco después, Jeongin estaba en su puerta, ansioso, reclamando por la hora a la que irían. Seungmin salió con un gesto de disgusto, bajó las escaleras, y ambos se despidieron de su madre. Tomaron el dinero de la mesa y salieron al taxi.

—Solo prométeme que lo llevarás tranquilo, Innie. No quiero problemas, no conozco tanto a esa gente —le dijo Seungmin mientras el taxi se detenía en el destino. Jeongin dio la dirección y, mientras tanto, Seungmin aprovechó para enviarle la dirección a Hyunjin.

—¿Con quién tanto hablas? ¿Una chica? ¿O un chico? —dijo Jeongin con tono burlón, intentando ver el celular de su hermano, pero fracasó. —Estoy seguro de que mamá te dijo que me acompañes para que hagas amigos o te diviertas. Siempre estudias, no sales desde lo que pasó.

—Quiere que me divierta también —respondió Seungmin en un tono serio que hizo que Jeongin callara de inmediato.

—Ya llegamos, jóvenes —interrumpió el conductor, y ambos bajaron del taxi.

El ambiente de la fiesta era sofocante, la música retumbaba en sus oídos, el olor a alcohol llenaba el aire, y la multitud hacía que todo fuera aún más abrumador. Seungmin rápidamente perdió a Jeongin de vista, pero no le preocupó, sabía que él estaba con su grupo de amigos. Decidió caminar al patio, buscando un poco de aire. Fue ahí cuando vio a Chan, quien le sonrió ampliamente al verlo llegar.

𝗕𝗿𝗼𝗸𝗲𝗻 ❲ ✻ ❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora