Princess [2Yeon]

PARTE XVIII

Nayeon abrió los ojos cuando los rayos del sol golpearon sus párpados, fue una mala idea dormir al frente de la ventana pensó. Miró al alrededor olvidando por un momento que estaba en una casa ajena y se asustó. Escuchó un leve ronquido detrás de su cabeza y sonrió. Jeongyeon dormía profundamente roncando como un pequeño gatito, bajo su vista hacia su vientre y se sonrojó cuando sintió la mano de la rubia en su pecho, debió haberla subido de más sin querer anoche. 

Con cuidado y pena tomó la mano de la chica para sacarla debajo de su camisa de pijama, no le molestaba para nada solo quería ir a hacer pis y volver rápido para colocarla otra vez allí. Al sentarse vió a la rubia dormir con la boca abierta, un pequeño hilo de saliva hacia un camino hacia su mandíbula, sonrió enternecida y lo limpio con la manga de su camisa. Se acercó a darle un beso en la frente y a cerrar su boca con cuidado.

—¿Donde estará el baño?— Murmuró para si misma mirando a todas las direcciones.

Se levantó y observó a los otros invitados dormir. Jihyo y Tzuyu estaba en cucharita solo que había un par de almohadas separando sus cuerpos. Wonho dormía boca abajo todo cubierto por la manta, la modelo no había notado el buen trasero que tenía el chico, quedó impresionada y Somi estaba en posición fetal abrazando un cojín.

Caminó hacia las escalera y subió. Debería haber un baño en la habitación de su novia, detalló los cuadros que habían en el pasillo y paró en uno que le llamó bastante la atención. Era un cuadro de Jeongyeon frunciendo sus labios, en el fondo se podía apreciar la torre Eiffel, la belleza de la rubia hacía irrelevante aquel pedazo de hierro con brillos.

—Que novia tan preciosa tengo...— Sacó su teléfono de su bolsillo y le tomó una foto al hermoso cuadro, seria su nuevo fondo de pantalla. Admiró unos segundos más la foto, suspiró enamorada y se fue a la habitación de la menor.

Entró a la habitación bostezando, tenía mucha hambre, le diría a Jeongyeon que le cocinara algo lo suficientemente rico para no terminar comiéndosela a ella, rio ante su pensamiento y caminó hacia una puerta al otro lado de la habitación. La abrió y se introdujo al baño a orinar, el baño tenía cuadros de Jeongyeon cuando era más pequeña.

—Mi príncipe Jeongyeon.— Dijo después de hacer sus necesidades, se dispuso a tomarle fotos a los cuadros en el baño, cuando fueron suficientes salió rápido para volver con su novia y su traviesa mano. 

Al pasar por el closet de la chica sintió curiosidad así que lo abrió con cuidado sin hacer ningún ruido, la mayoría de la ropa era negra y azul marino. Tenía bastante ropa holgada y muchos trajes elegantes también

— Que sorpresa, rubio.— Dijo buscando una prenda cómoda y linda para ponérsela y presumírsela a Jihyo. Quedó impresionada cuando encontró la famosa peluca con la que Jeongyeon bailaba "guaracha", la tomó y se la puso. Era bastante larga de color castaño oscuro, se preguntó cómo se vería con un traje azul marino bastante elegante y con un buen maquillaje hecho por ella.

Se le ocurrió la grandiosa idea de repente, corrió hacia el piso inferior con la peluca en la mano, cuando estuvo lo suficientemente cerca de Jeongyeon se le lanzó encima del vientre, despertándola asustada y sin aire.

—¡Agh! ¿Me quieres terminar de matar?— Se tapó la cara con una almohada molesta y gruñendo. Su voz de recién despertada era más ronca y profunda, eso le gustó bastante a mayor.

—Ponte tu peluca, rubio. Quiero verte con ella.— La menor al escuchar eso destapó su cara y la miró confundida.

—¿Donde la encontraste?— Trató de arrebatarla de su mano pero Nayeon la esquivó.— No me la pondré, es solo para ocasiones especiales.— Se escusó.

—En tu closet ¿Por que tienes tantos trajes elegantes allí? Quiero verte con ellos, ahora.— Se acomodó sobre ella y le acarició el pelo con dulzura. 

—Yo también quiero ver eso.— Otra voz se metió en la conversación, Nayeon rodó los ojos, no llevaba ni una semana conociendo a Jihyo y ya la quería mandar en un paquete a Wakanda.— ¿Que hora es?— Frotó sus grandes ojos con su mano.

—Es hora de que vuelvas a tu casa, linda.— Usó el apodo con que la chica se dirigió a su novia con un tono burlón.

—No empiecen.— Somi dijo poniéndose un cojín en su oído. 

—No pero enserio, Nayeon ¿Que hora es?— Jeongyeon trató de quitar a la mayor de encima pero esta apretó con sus piernas su cintura.

—Son las 9:30am y es hora de tu medicina.— La tomó de las mejillas y la besó con desesperacion moviendo sus caderas contra las de ella y respirando por la nariz sonoramente.

—Busquen una habitación, conejas.— Un gruñido de Tzuyu más un chorro de agua fría hizo que se separaran.

—Sigue viéndole la pechonalidad a Jihyo y no nos molestes, Annabelle.— Nayeon le dijo molesta a la chica con el vaso de agua en la mano.— Vamos, Jeongyeon.— Se levantó y la tomó en sus brazos para llevársela a su cuarto.

—Llévame a la cocina para cocinar el desayuno ¡¿Quien quiere waffles?!— Gritó entusiasmada para evitar estar a solas con Nayeon.

—¡Yo!— Respondieron todos los invitados a la misma vez.

—Lo siento, princesa. Será para la próxima. ¿Me puede llevar a la cocina?— Sonrió nerviosa señalándola.

—Bien pero después me enseñará cómo bailar guaracha, príncipe.— La llevó hacia una silla en la cocina y la bajó.— ¿Va a necesitar ayuda?— Se puso un delantal y se dispuso a buscar los ingredientes para ayudar.

—Si, yo prepararé la mezcla y tú lo pondrás en la wafflera. Que no se vayan a quemar, princesa.— Se remangó las mangas de su pijama.— A trabajar.

N/A: La Nayelí va a quemar la casa primer aviso.
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