Capítulo 6. Conocerse

330 71 0
                                    

Hola soy yo otra vez ¿Cómo han estado? Si no comentas, vota. 
Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.
Disfrútenlo
YYY
Capítulo  6. Conocerse
─ Osito
Le llamó la querida pelirroja a su adorado Rubén quien estaba sentado al lado del doctor y la miraba atentamente.
─ ¿Qué pasa mi niña?
─ No deberías ser tan desobediente, podrías meterte en líos.
Ella lo regañó maternalmente con una mirada de reclamo adorable que de hecho lucia más preocupada que molesta.
─ ¡El único subnormal que me da problemas es este gilipollas!
Señaló al guapo azabache que le devolvió una mirada de odio.
─ ¡Eh, eh cuida el leguaje cabezón! Más respeto, joder chaval. Yo no te regañaría sino meterías cosas ilegales al hospital.
─ ¡¿Un jodido pastel y unas sopas son cosas tan ilegales?! Ni que metería aquí marihuana o cerveza. Estás loco.
El doctor iba responder pero fue interrumpido por la querida chica ojiazul.
─ Yo creo que por las molestias causadas al doctor De Luque, deberías de prepararle algo especial ¡Un postre delicioso de esos que tanto te gusta hacer y tan deliciosos te quedan!
Ella lucia tan ilusionada ante la idea que ninguno de los dos tuvo el valor de negarse a eso, de verdad no tuvieron el corazón para oponerse; mas sin en cambio, al más alto de los presentes, era muy obvio su molestia. De todos modos, él era el único que no pudo evitar hacer un puchero.
─ Dudo que a don perfección le gusten los dulces.
Refunfuñó en un claro intento de negarse a semejante petición de su mejor amiga y no dejarse engatusar por sus juegos. Solamente que Samuel le miró mal.
─ No hagas conjeturas tu solo, claro que me gustan los dulces ¿De dónde sacas esas ideas?
Eso sí que sorprendió a Doblas, no se lo esperaba.
─ ¡¿Cómo quieres que piense que te gustan los dulces sino haces más que hablar mierdas de mis postres?!
─ Pues aquí hay un malentendido, yo jamás dije que no me gustaran tus postres o que no fueran deliciosos, simplemente que aquí no deberías de traerlos; no es saludable para los pacientes. Yo por lo demás, nunca critique tus creaciones.
Si bien era cierto que esa declaración aligeró el mal ambiente bastante, Rubén no terminó de dar su brazo a torcer. Nieves notó rápidamente que su mejor amigo iba a hacer algo raro, por eso, para evitar que en lugar de dar un paso hacia adelante dieran dos hacia atrás, decidió volver a adueñarse un poco de la conversación.
─ ¿Qué clase de dulces le gustan doctor?
Fue la pregunta de la paciente, quien sonreía suavemente, como queriendo trasmitir confianza y ternura para convencer al hombre de hablar.
─Bueno yo en realidad no soy muy quisquilloso a la hora de comer, puedo comer fácilmente de todo, pero si tuviera que elegir pues creo que serían las chocolatinas y bombones mis golosinas favoritas.
Doblas no estaba precisamente muy interesado en el tema aunque debía de admitir que de hecho, esos eran unos ingredientes muy interesantes en algún postre horneado. La chica que conocía como la palma de su mano a Rubius, sabía que si se trataba de una plática que le diese ideas para sus adoradas creaciones, terminaría invariablemente interesado. 
─ A mí me gusta el pastel de zanahoria ¡Es mi favorito! Por eso Osito suele hacer uno especial en mi cumpleaños; aunque ya ha hecho galletas, panques y otros panes de zanahoria especialmente para mi ¡Eran deliciosos! Mi osito es muy talentoso.
─ ¿A que soy la polla?
Preguntó altanero y el hombre de bata en la habitación torció los ojos con una expresión de flojera.
─ Esa boca.
De nueva cuenta, antes de que pudieran reiniciar con uno de esos pleitos prácticamente de “recién casados” la chica volvió a hablar.
─ ¿No cree doctor que Rubén es talentoso?
─ Bueno se nota que el chaval es un gran repostero.
Admitió algo avergonzado, ruborizando al castaño que incluso sintió su corazón latir desbocado ante tal afirmación. A lo que la paciente pareció resplandeciente y enérgica al asentir con todas sus fuerzas. Dando a entender que estaba completamente de acuerdo con esa afirmación.
─ ¡Mi osito es tan talentoso que es dueño de una repostería!
Entonces Doblas se explotó en colores.
─ ¡No tenías por qué decirle eso!
Samuel se quedó analizando un poco la información recién adquirida. Eso tenía todo el sentido del mundo y explicaba sin duda alguna todos esos postres; además del porque al chico parecía ofenderle sobre manera de que se quejara de sus creaciones, en las que se notaba el esfuerzo y amor.
Se quedaron mirando a los ojos de una manera extraña, como trasmitiéndose algo diferente a lo usual.
─ ¡Con que aquí estabas, Samuel! ¡Te he estado buscando, tienes consultas y yo no voy a andar cubriéndote!
Se quejó en la puerta de la habitación un doctor de cabello y ojos negros, con una barba mucho menos peluda y larga que la de Samuel o menos desarreglada que la de Auron; con un lindo peinado, enormes ojos, piel blanca, una playera negra con un eslogan de la guerra de las galaxias sobre la cual tenía una bata de doctor abierta, una expresión de molestia y una altura que lo dejaba como el más bajito de los ahí presentes.
Su aparición rompió la burbuja de los dos chicos de la habitación.
─Ya voy Alex.
Tras esto, se aclaró que debía irse a trabajar y se despidió amablemente de ambos Doblas; solamente que antes de salir totalmente por la puerta, compartió una última pero fugaz mirada con Rubén, para luego desaparecer.
YYY
¿Qué tal si conocemos a un nuevo personaje? Lo comenzaremos a saber en el próximo capítulo 7.  El chico floral

Las flores bajo la nieve [Rubegetta] (resubida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora