Capítulo. 21. Puedo estar sola

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Hola soy yo otra vez ¿Cómo han estado? Espero se estén cuidando en esta pandemia.
Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.
Disfrútenlo

YYY

Capítulo. 21. Puedo estar sola

Nieves estaba en el hospital riéndose de los obvios intentos de Raúl porque ella formara parte de la apuesta que estaba armando con Alejandro; donde uno apostaba a que el par de lentos que estaban en su cita no cita, no se besarían y el otro a que aparte no haber beso, uno saldría herido.
Ella los observaba con esa sonrisa enorme en los labios, y riéndose de su discusión que ahora por lo que alcanzaba a entender, era sobre Auron burlándose de Alex por ser un terco obstinado de mal carácter y no aceptar al pobre de David al tiempo que le presumía que él más sin en cambio, ya hasta una cita con Luzu había tenido. Diciendo que no era un gilipollas bruto como ninguno de sus amigos.
Todos estaban en eso, al tiempo que Alex había llevado unos sándwiches para que comieran los tres, que por cierto estaban deliciosos; cuando por la puerta apareció Rubén y Samuel, sobre saltando a todos los presentes.

─ ¿Qué demonios hacen aquí?

─ ¿Pasó algo malo?

─ ¿Están bien?

El noruego ignoró a Raúl y Alex, para dirigirse a Nieves directamente, quien intentaba ver si estaba todo en orden.

─Nada, solamente que ya estaba preocupado por ti, bobita ¿Te cuidaron bien esos brutos?

Contrario a lo esperado, ella no sonrió cálida, como siempre hacia cuando el regresaba.

─ ¿Al menos te quedaste a comer o ver los postres nuevos que Luzu quería meter antes de volver?

Ese tono dejó en claro que era una pregunta seria, Doblas sintió un escalofrió recorrerle.

─ Bueno… no me dio tiempo, ya era tarde y yo bueno quería venir a verte, coño.

Ella se puso visiblemente muy mal.

─ De nuevo descuidaste el local y una cita, ¿por mí?

─ Yo no le diría cita…

─ ¡No cambies de tema y respóndeme!

Gritó ella ofuscada entre lágrimas.

─Mi-mi niña n-no llores…

Intentó tocarla, pero ella lo apartó.

─ Dime ¿Por qué no puedes disfrutar ni un día sin venir aquí?

─Mi niña porque yo te cuido, eres lo más importante en mi vida…

─ ¡Soy tu excusa para evadir las cosas!

─ ¡No es cierto!

─ No puedes sentir que estas a gusto en otro lado porque en automático, debes volver aquí para esconderte en tu zona de confort. No me digas que es por mi cuando es obvio que te asustó algo que sentiste  ¡Y viniste a esconderte, usándome de pretexto! Yo solo quiero que hagas una vida…yo moriré eso es algo que deberás enfrentar porque no estaré ahí y sin mí, no tendrás nada porque huyes de todo…

Ella seguía llorando a cantaros al tiempo que se notaba que estaba a punto de tener una crisis por lo mal que se veía, los otros 3 no sabían a donde esconderse, Raúl creía que todo lo que decía Nieves no era más que la verdad, al tiempo que Samuel se sentía mal por ver ese pleito y no ayudar a evitarlo, aunque no sabía qué hacer mientras que Alex planeaba las mejores palabras para calmar los ánimos.

─ Mi niña no me digas esas cosas…

─ ¿Sabes lo culpable que me siento cuando te veo aquí, todos los días? No sales, no cuidas tu trabajo, no haces amigos fuera del hospital. No te enamoras, no haces nada. Solo cuidarme y no gozas nada de la vida. Por más que yo intento ayudarte no me lo permites, me alejas y te cierras a las cosas que te asustan. Ya no sé qué hacer. Soy una inútil y una carga en tu vida…

─ ¡No digas eso ni de coña!

─ ¡Así me haces sentir cuando me usas de pretexto para no vivir tu vida!

─ Ya vale, intentemos calmar los ánimos…

Por fin, Alejandro se metió pues aquello iba a ponerse muy mal, Nieves parecía a punto de tener un ataque por lo pálida que se puso junto con la tos que comenzó a darle por el esfuerzo de la pelea; con eso, Samuel salió disparado a revisarla para ver que estuviera bien. Rubius cuando la vio así, se sintió terriblemente culpable, intentó acercarse pero ella no parecía querer tenerlo cerca; por lo que Raúl lo tomó del hombro para arrastrarlo con fuerza afuera pese a los reclamos del noruego que seguía gritando “Déjame puto calvo, ella me necesita, coño” aun así, el psicólogo se lo llevó alejándolo de la habitación donde aún afuera se podía aun medio escuchar la tos y llanto de la pelirroja que estaba ahí; siendo atendida, cuidada y consolada por Samuel y Alex.
Dejándole el corazón roto a Doblas por ser tan bruto y herirla de esa forma.

YYY
¿Qué pasara? Lo comenzaremos a saber en el próximo capítulo 22. Fue duro

Las flores bajo la nieve [Rubegetta] (resubida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora