16 de Noviembre de 2020
Adam
Estoy en un avión rumbo a Carolina del Norte ya que mi madre me echaba tantísimo de menos que no pudo esperar hasta Acción de Gracias, tuvo que hacerme venir desde Las Vegas 10 días antes de la fiesta, diciéndome que en Las Vegas no me echará nadie de menos y bla, bla, bla... Y la verdad, es que yo no voy a quejarme, a mi me encanta estar en casa con mi madre, pero me termina aburriendo, a mi me gusta la vida en Las Vegas, nadie me molesta y puedo hacer lo que yo quiero.
Además, salir de fiesta allí es lo mejor del mundo. Y eso es lo que a mí me interesa.
Si os preguntáis qué pasó con la universidad, la dejé. Creo que, en realidad, ser veterinario no era mi vocación, eso se lo dejamos a Scott McCall, que le apasionaba bastante más.
Ahora soy algo que me gusta mucho más: dibujo cómics. Cómics para niños, jóvenes y adultos, soy bastante friki, he de admitirlo. Pero no por eso he perdido mi encanto, eso lo puedo asegurar.
Mis cómics se han vuelto bastante famosos, al menos, todos los ejemplares que imprimo se publican y siempre piden más.
--------
En cuanto pongo un pie en el aeropuerto, puedo escuchar a mi madre gritando mi nombre como loca y, al levantar la cabeza, la veo dando saltitos y sacudiendo la mano como si no se la notara ya lo suficiente. Con una pequeña sonrisa levanto la mano yo también y acelero el paso.
Me encanta que sea así de efusiva.
-¡Ay mi amor, cuánto te he echado de menos!- me dice, dándome un abrazo que me deja sin aire
-Mamá, creo que no hace falta que se entere todo el aeropuerto- intento acallarla, respondiendo a su abrazo
-Claro que hace falta, ¡hace 4 meses que no te veo! No te lo voy a perdonar nunca- me dice y, dándose la vuelta fingiendo indignación, empieza a caminar a paso ligero
Yo la sigo, sabiendo que su sonrisa radiante ya estará presente en su cara, pero que no quiere que yo la vea.
----------
-¿En serio no me vas a dejar ir a casa a descansar antes de ir a comprar la comida?
-¿Para qué quieres descansar, si seguro que te has pasado todo el vuelo durmiendo?
-Exactamente por eso, porque he tenido un vuelo largísimo y me duele todo.
-¡Patrañas!- fue lo único que dijo antes de que el semáforo se pusiera en verde y siguiera conduciendo
No seguí discutiendo con ella, ya que todo lo que tiene de cariñosa lo tiene de cabezota.
---------
-Yo voy a ir a comprar las verduras y tú vete a mirar dónde puedes comprar un helado porque me estoy muriendo de calor.
-Mamá, estamos en noviembre, no puedes estar muriendo de calor, es físicamente imposible.
-Que te vayas he dicho, qué vas a saber tú de cosas físicamente imposibles si no pasaste ni medio curso estudiando salud.
Me doy la vuelta con una cara de ofendido muy exagerada y un puño en mi pecho para darle dramatismo, y la muy insensible solo se ríe.
Estoy seguro de que solo quiere librarse de mí, para eso que me hubiera dejado en casa durmiendo y así no tendría que estar por todo el centro comercial tratando de encontrar un puesto de helados abierto en pleno noviembre.
---------
Después de recorrer el centro comercial por 40 largos minutos- con alguna parada en tiendas de decoración para encontrar regalos de Navidad para mi madre -conseguí avistar una heladería al final del pasillo en el que estaba entrando. Avanzo a grandes pasos en dirección a ella y, cuando ya solo hay un par de tiendas separándome de la heladería, un pequeño tirón en mi pantalón me hace parar en seco.
No se que le pasa a mi cerebro, pero por alguna extraña razón, no quiero mirar hacia abajo.
"No seas idiota y mira hacia abajo, ¿qué crees que te vas a encontrar en un centro comercial?¿Un Hobbit?", me digo
Lo primero que veo al mirar hacia mi pantalón, es una pequeña y regordeta mano y, siguiendo el brazo unido a ella, me encuentro con la cara de un niño de no más de 3 años. Tenía unos ojos de un color gris muy claro, pero casi opacado por las gruesas lágrimas que se acumulaban encima de su párpado inferior, que amenazaban con seguir a las que ya habían caído. Tenía el pelo rubio y lleno de rizos y unos labios gorditos que temblaban casi teatralmente. No me hubiera extrañado nada si me hubieran dicho que era el niño que salía en los anuncios de pañales.
-¿Mami?
-Ehh, no..., yo, yo no soy tu mami.
-¿Dónde mami?- preguntó ahora el niño levantando los hombros, a punto de empezar a llorar otra vez, creo que con eso entendí lo que quería decir
Me agaché hasta estar a su altura y le miré a los ojos para intentar que no se pusiera a llorar de nuevo.
-¿Estás perdido?- le pregunté con voz suave
El niño asintió.
-Y Hannah- dijo él, con los ojos ya secos, se podía apreciar el color tan bonito que tenían
-¿Quién es Hannah?
-Mi hermana- dijo con obviedad
Lo recogí del suelo y lo senté en mis hombros, ya que, con tanta gente, para su madre sería más fácil encontrarle si iba más alto. Echamos a andar, no estaba muy seguro de si esa era la dirección que debía tomar, pero no parecía que el niño fuera a decirme mucho, debido a lo pequeño que era y lo poco que sabía hablar.
-¿Cómo se llama tu mami?
-Sophia
-Entonces tendremos que llamarla para que sepa donde estamos, será como un juego, el que la encuentre antes gana, ¿te apetece jugar?
-¡Si!- dijo ahora con notable entusiasmo
-¡Sophia!
-¡Hannah!¡Mami!
No pasamos mucho tiempo buscando hasta que el pequeño señaló a una chica pelirroja con una niña también pelirroja en brazos que iba preocupada parando a todas las personas que veía, supuse que preguntaba si habían visto al niño. Cuando éste gritó un último ¡Mami! la chica pelirroja levantó la cabeza y fue corriendo hacia donde nosotros estábamos.
Me quedé parado en medio del pasillo pensando: Sophia, pelirroja...No, no podía ser. Desheché esos pensamientos absurdos y seguí caminando hacia la preocupada madre.
El niño sobre mis hombros estaba removiéndose tanto que tuve que bajarlo al suelo, y él empezó a correr hasta que se fundió con su madre en un abrazo digno de película dramática.
Cuando la chica miró hacia arriba y pude ver por fin su cara con precisión, me quedé totalmente helado.
Y ella también.
ESTÁS LEYENDO
Aquella Noche Borrosa
RomanceCuando Adam volvió a la ciudad donde nació y encontró aquel niño pequeño buscando a su madre y su hermana, no esperó que pasara lo que pasó, no se imaginaba lo que aquello podía significar y, definitivamente, no contaba con lo mucho que su vida camb...