012. confusión infernal

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꒰ 𝐒𝐄𝐄𝐋𝐈𝐄 ꒱ؘ࿐ ࿔*:

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—Adios rubio.—Salgo de su habitación tras haber enviado el mensaje de fuego para Magnus Bane. Camino por los pasillos del instituto encontrándome con Isabelle mirándose en su espejo mientras se probaba vestidos para la fiesta subterránea.

—¿Se puede?—Pregunto golpeando la puerta de su cuarto y entrando a este, después del asentimiento de la morena.

—Te iba a ver, te quería dar algo.—Ladeo mi cabeza por la duda e Isabelle camina hasta su joyero, de este saca un precioso anillo plateado que se adaptaba a una serpiente. Da unos pasos hacia mí y lo extiende sobre mis manos.—Te lo regalo, no es igual de bonito que el que tú tienes pero para mi tiene un valor muy especial.

—No puedo aceptarlo Isabelle.—Niego mientras rechazaba el precioso anillo. Era muy bonito pero si tiene un valor muy especial, se lo tenía que quedar ella.

—Si puedes y debes Lucie, mira te contaré la historia tan bonita que tiene. Cuando recibí mi runa angelical hace años en Idris debíamos escoger un arma cada uno, Jace escogió el cuchillo serafín, mi hermano el arco y yo el látigo. Mis padres nos lo obsequiaron.—Hace referencia a su mítico brazalete de serpiente.—Y cuando Alec y Jace se hicieron parabatais me regalaron este anillo, pero no para mí, con la esperanza de que algún día pudiera encontrar a mi comparñera de aventuras.

—Isabelle es precioso, gracias por contármelo.— Me quedé sin palabras ante la historia de la menor de los Lightwood. No me esperaba que Isabelle tuviera la confianza de contármelo y mucho menos regalármelo, cosa que le agradecí.

—Solo te pido que lo lleves contigo y peleemos juntas en las batallas. Aparte ¿Te imaginas la cara de felicidad de los chicos al saber que tú lo llevas? Te vi pelear con las dagas y eres demasiado buena en eso.—Señaló al anillo y me dio a entender que este se convertía en una daga, al igual que su brazalete se convertía en látigo y una vara.

—Isabelle.—Le entrego el anillo para que ella misma lo coloque sobre mi meñique y con un simple anillo forjemos nuestra futura amistad.

—Lucie.—Nos abrazamos y le agradecí el bonito detalle. Nos sonreímos y me explicó por algunos minutos como se utiliza. Era muy parecido a su brazalete, por no decir idénticos. —¿Cómo sabes que soy yo Isabelle?

—Cuando tienes delante tuya por primera vez a la persona que se convierte en tus sentidos y ella pelea de una forma tan idéntica a la tuya, no hace falta una explicación ni una mirada, ni si quiera es cuestión de entender las cosas. Conectan y ellas se dan cuenta, llámame Izzy.

✓ | 𝒔𝒆𝒆𝒍𝒊𝒆, shadowhunters Donde viven las historias. Descúbrelo ahora