[T.H] There Will Always Be You And Me, Somewhere. [2]

Capítulo Diecinueve

— No creo que vaya a funcionar.

— Se te pegaron las malas vibras del doctor.

Discutían Sam y Hazza mientras Harry y yo mirabamos desde el sillón.

— Baja la voz, podrá escuchar Tom  — advirtió Hazza — no seamos pesimistas.

— No funciono con la casa del árbol, ¡y el mismo la construyó para Darcy! ¿Que nos hace pensar que todo lo demas lo hara recordar?

— Sam ¡es Darcy! — volvieron a alzar la voz — Tom estaba, esta enamorado de ella a pesar de que le ocultó que estaba embarazada y que literalmente lo dejo persiguiendola por toda la ciudad de Nueva York, ¡tenemos que ayudarlos! 

— Harrison su relación los estaba ahogando a ambos...-

— ¡Suficiente! — me puse de pie — ya basta — sus ojos se posaron en mí con sorpresa, como si no recordaran que yo estuve ahi todo el tiempo — sigamos con el plan hasta el último lugar de Inglaterra, la esperanza es lo ultimo que muere ¿no? — Sam me dirigió una mirada arrepentida — se que no quieres exigirle tanto a Tom, Sam, nadie de nosotros lo queremos, pero si esta es la única oportunidad, tenemos que hacerlo.

Me dirigí hacia las escaleras cuando escuche a Harry hablar.

— Chicos creanme que ella sabe que tal vez nunca la recuerde, no tienen que decírselo todo el tiempo. Lo ama, siempre ha sido así, y nunca se rendirá con el, ayudemosla en esto, somos sus mejores amigos, no podemos dejarla abajo, mucho menos en algo tan delicado como Tom, asi que solo... callense. 

Aspiré hondamente y termine de subir las escaleras, antes de llegar a mi habitación pare frente a la de Tom, se encontraba sentado en su cama con un marco de fotos en las manos, me recargue en el marco de la puerta.

— París — dije yo a lo que él levantó la mirada — fue un viaje que hicimos nosotros dos hace unos años, lo planeaste todo... — me acerque a él admirando la foto, eramos nosotros dos en el parque de Disneyland, el me cargaba sobre sus hombros mientras giraba — visitamos el parque el segundo dia que estuvimos ahí, incluso nos quedamos en el hotel con el que siempre había soñado en quedarme, fue de los mejores recuerdos que tengo contigo.

— Desearía tambien recordalo... — sonrió en mi dirección — nos vemos muy felices.

— Lo éramos... — coloque mi mano sobre su hombro — lo somos.

[...]

La cápsula del tiempo. La idea se le había ocurrido a Harry después de una clase de artes de la cual escapó. Todos decidimos guardar algo dentro de ella. Nos llevamos una sorpresa cuando al llegar al lugar Charlotte se encontraba con una pala en la mano y Violet junto a Alex estaban a su lado.

— ¿Creyeron que harían esto sin mí? — preguntó clavando la pala en el suelo — ni en sueños.

— Vamos que me intriga — chillo Alex.

Ella y Harry comenzaron a cavar, Tom estaba en leyendo la placa con una sonrisa en sus labios.

— Bueno... — dijo Sam cuando escuchamos que la pala golpeaba con algo, la caja de metal.

Terminamos de sacarla y nos sentamos a su alrededor, no creo que estuviéramos listos, pero aquí estamos.

— Yo inicio — dije yo al ver que nadie quería tocarla. La abrí cuidadosamente y admire su contenido, tomé aquella hoja de maple, seca, un poco rota y doblada.

— ¿Qué es eso? — preguntó Tom con una sonrisa.

— Una hoja, tu... — suspira con nostalgia — hicieron un viaje a España, te pedí que me trajeras una hoja, la primera que encontrarás en el suelo. Es esta. — dije mostrandosela, el la tomo en sus manos con cuidado, viendola con admiración.

— Creo que... — la tocó suavemente — lo recuerdo.

Todo fue silencio después de suspiros de exclamación.

— Íbamos caminando por el museo del Prado en Madrid cuando esta hoja cayo sobre mi cara.

— Yo recuerdo eso — rió Harry.

— La guarde en uno de mis bolsillos y nunca la solté hasta dartela — continuo el — ¿no es así? ¿por eso esta doblada?

Recuerdo que eso mismo fue lo que él me dijo cuando llegó de aquel viaje,
"lleva en mis bolsillos por dos semanas lamento que parezca libro"

— Si...¡Si! — exclamamos todos.

Tom recordaba eso.

Continuamos sacando cosas de la cápsula. Harry había puesto una instantánea de nosotros seis en la casa de navidad, Sam un carta para su yo actual, Charlotte un cupón de comida gratis, lo cual no lo pensó bien por que ya habia expirado, Hazza un par de brazaletes para él y nosotros. Y Tom...

— ¿Llaves? — exclamaron Violet, Alex y Harry mientras Tom las veía con cuidado.

— Déjame ver — me senté a su lado y tomé las llaves entre mis manos, no era cierto. — eres un mentiroso Holland — dije entre risas. Esa llave que había guardado, era la de nuestro candado en el puente de París. Junto a ella había una nota, que citaba: "tenemos que tirarla desde el empire state cuando estés en Nueva York"

— ¿Qué es? — preguntó emocionado — dime.

— Cuando fuimos a París... colocamos un candado — puse la llave en sus manos — tu yo del pasado quiere que arrojemos esto desde el empire state.

— Hagámoslo cuando volvamos — sugirió.

— Claro.

No podía creer que Tom guardará aquella llave, mas aun el por que no podía decirle que habíamos salido. 

[...]

— Bueno recordó la hoja — dijimos al llegar a mi habitación — es un gran avance.

— Lo es — dijo Sam mientras se metía mas palomitas con m&ms en la boca — ¿no creen que Tom debería saber bien que hacemos?

— ¿No le estaríamos obligando a recordar en vez de que salga por si solo? — preguntó Harrison poniendo un par de cervezas en la mesa — olvidenlo no se que acabó de decir — me extendió una botella de limonada — no había té — dije con una mueca, yo sonreí quitándole importancia.

— Ire por Tom para la noche de películas.

— ¿En serio veremos eso? — pregunto Charlotte

— Enredados es una obra cinematográfica no se de que hablas — dijo Hazza.

Subí las escaleras hacia la habitación de Tom, pero no se encontraba en ella, me dirigí a la mía y ahí estaba el.

— Hey ¿esta todo bien? — pregunté cruzandome de brazos.

— Si, yo... solo — se sentó sobre la cama y comenzó a rascar su cabeza — odio dejarte abajo — soltó — se que en un pasado nunca habría echo eso, y trato de no hacerlo ahorita, pero — pude ver como una lagrima se escapaba de sus ojos.

— Oye — la limpie con mi pulgar  — no lo has hecho y no lo haras ahora... — sonrió mientras sujetaba mi mano contra su mejilla.

— De acuerdo.