Capitulo Treinta

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Darcy

¿Saben como se siente que te arranquen una parte de ti? ¿Que te quiten de tus manos a unas de las personas mas importantes de tu vida? Yo si, lo se, y duele, duele demasiado.

— Tienes que comer, anda — rogó Tom mientras ponía una bandeja de comida frente a mi rostro, la observe con cuidado solo para recostarme nuevamente — Jones...

— Tienes que comer, hermanita — dijo Josh con tono preocupado — No haz comido bien estos últimos días desde el funeral de nuestros padres y no esta bien.

— No tengo apetito.

— Darcy, por favor.

— Estaré bien Josh — dije dándole la espalda y limpiando una de mis lagrimas.

— Hola querida...— la voz familiar de la mamá de Tom resonó en la habitación — hice lasaña, de tus favoritas, te traje un pedazo, — me senté en la cama para verla acercarse con un plato de la comida en el — extra queso para ti.

— ¡Hey! — reclamo Tom, reí suavemente, causando una punzada en mi cabeza pero una sonrisa por parte de el.

— Come, ¿si? — pidió con ojos tristes.

Tome el plato entre mis manos, partiendo la pasta para tomar un bocado con cuidado, no quería, pero tenia que. 

Así que con valor, abrí mi boca y comí el alimento que ella había preparado para mi, tiempo después llego Dominic con un vaso de limonada entre sus manos.

— Toma Darcy Dash.

— ¡Zara! — recordé asustando a el resto de la habitación — Zara Cardiff, tu novia, Josh — dirigí mirada hacia el — ¿donde esta?  ¿por que no esta aquí?

— Yo... — una mirada de enojo y dolor cruzo por sus ojos — termino conmigo, en el aeropuerto.

— Creo que tenemos otra cosa en común — el y yo reímos mientras los ojos de Tom saltaban de sus cuencas y negaba con una tenue sonrisa avergonzada — pero ¿por que?

— No le dije el motivo del viaje, se enojo y termino todo, ya habíamos tenido peleas anteriormente, nuestro inicio no fue bueno, no podía esperar mas.

— ¿Por que no le dijiste? 

— Me tendría lastima, no quiero que lo haga, de por si me trataba como un plato de cristal que se rompería en cualquier momento. Solo quería subirme a ese avión y venir acá, no quería dar explicaciones.

— Meh, no estaba tan linda como decíamos — rió bajo mientras asentía.

— Tom — hablo Nikki — ¿nos dejan hablar con Josh y Darcy, por favor?

— Claro — asintió con una sonrisa y se acerco a mi, plantando un beso en mi frente y acariciando mi espalda, — volveré en cuanto acaben.

Lo vimos desaparecer por el pasillo del apartamento y cerrar la puerta tras el con cuidado.

— Bueno, Dominic y yo queríamos hablar con ustedes chicos.

Josh y yo asentimos con cuidado.

— De verdad lamentamos lo que paso con sus padres, ellos... ellos eran nuestros mejores amigos, desde que tengo memoria, no había un solo sábado en el que Christopher y yo no jugáramos golf.

— Su madre estuvo ahí para escoger mi vestido de graduación, mi tacones para mi ceremonia de la universidad, mi velo para mi  boda y mi manta para Tom. Estuvieron ahí cada que lo necesitábamos, cada vez que Amanda dejaba a ustedes dos en nuestra casa para pasar el fin de semana o cuando me llamaba por que, oh sorpresa, Tom se ha caído haciendo una maro-meta — reímos suavemente —, fueron nuestra familia, son y seguirán siendo nuestra familia, sobre todo... nuestros mejores amigos — dijeron juntos esas ultimas tres palabras — la lamento tanto chicos.

Josh y yo derramábamos lagrimas silenciosas mientras escuchábamos sus relatos y memorias sobre nuestros padres, como se conocieron, como llegaron a ser amigos y sobre todo familia, como Amanda y Nikki habían estado mas que emocionadas de que por fin había una nueva chica en la familia, yo.

Nos contaron  recuerdos que no habíamos escuchado antes, sacándonos sonrisas, lagrimas y risas. Como cuando nuestra mama se puso feliz de que le hubiéramos dicho "tía" y "mamá" a Nikki cuando eramos pequeños, ya que había prometido que si una de ellas tenia hijos, serian como hijos para la otra. O como Dom y mi padre habían estado emocionados de que Josh había acertado su primer hoyo en uno después de tardes y noches jugando golf. Entre muchas mas.

Nos dimos cuenta, que nuestros padres dejaron mas que dolor después de su muerte, si no también alegría, alegría al recordarlos, no solo dolor y tristeza, si no también alegría y risas, y eso era... era hermoso.



Era noche, después de la charla que tuvimos con los padres de Tom me senté frente a mi ventanal a admirar las estrellas, Tom estaba a mi lado, ambos en silencio, solo contemplando.

No habían palabras, y no eran necesarias. No era necesario que hablara para saber que el estaba para mi.

Y ese, ese es uno de los sentimientos mas poderosos que podía existir en este planeta.

— Son hermosas. — dije.

— Lo son.

— Las estrellas casi no se ven en Nueva York.

— Tal vez... es una señal.

— ¿De mis padres?

— Tus padres son estrellas, y se observas con cautela, veras que esas dos — apunto al cielo — brillan mas que las demás — dirigió sus ojos hacia mi con una sonrisa, le sonreí de vuelta para después estrecharlo entre mis brazos, el haciendo lo mismo.

— Sabes...

— Lo se.

— ¿Lo haces?

— Si — me abrazo aun mas fuerte — lo se.

— Que bueno, por que es toda la verdad.

Sabia que sonreía, simplemente lo sabia.

Nos dirigimos a la cama minutos después, lo sostenía entre mis brazos y el hacia lo mismo. Nuestras emociones se sentían a flor de piel, con solo su tacto sentía que tenia las respuestas a las preguntas que tenia, con un solo abrazo sentía el calor que necesitaba exactamente, y con un solo beso y una mirada sabia que todo era cierto. 

Era simplemente poderoso, en muchas ocasiones imperfecto y se veía un desastre, pero era nuestro desastre, era nuestro. Era nuestro desastre perfectamente imperfecto. Y eso era lo mas importante de todo...




[T.H] There Will Always Be You And Me, Somewhere. [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora