[T.H] There Will Always Be You And Me, Somewhere. [2]

Capítulo Veintiuno

No sabia como reaccionar, estaba feliz, demasiado, pero no sabía cómo le explicaría todo.

Lo pusimos de pie y nos dirigimos a la cama, los chicos salieron lentamente con una gran sonrisa en sus labios. "Misión completa" articularon con los labios, después, la puerta se cerro.  

— Yo... ¿como?

— Me golpeó como una ola, un mar de recuerdos llegaron a mi mente, — sus ojos subieron nuevamente hacia los míos — tú estabas en cada uno de ellos. Desde la primera noche en el campamento, hasta nuestros días en París, Nueva York — oh no — todo. 

— Tom...- 

— ¿Por qué no me dijiste antes? — no había ni una pizca de enojo en su rostro, si no dolor — pude recordar todo mucho antes ¿no?

— Yo... — el trataba de leer mi rostro — no lo sé — solté — creo que seria mejor si olvidabas esos recuerdos. Los malos recuerdos que nos causamos.

— Jones — sonrió incrédulo — nunca, jamás, me gustaría olvidar ni un solo recuerdo tuyo, claro, tuvimos unas malas rachas, pero no quiero olvidarlos si eso significa olvidar quién tu eres. 

— Pero...-

— No hay peros — interrumpió — si, ese día en Nueva York fue difícil, no quería explotar más así que huí, nunca debí hacer eso. Pero, me entere que pude haber tenido un hijo, eso me hizo feliz aun que no esté aquí, y claro, no hablemos de la noche anterior — mi mano golpeó su hombro, él sonrió inocentemente mientras jugaba con sus manos — no puedo negar que lo nuestro fue, es difícil, pero es real. Duele tanto por que es real, ¿que seria un amor sin obstáculos y peleas? no sería verdadero. Y todo lo que siento por ti es mas que real.

— Tom...— sus ojos volvieron a los míos — yo...-

¿Si tan solo son cinco letras por que son tan difíciles de decir?

— Yo te amo — su sonrisa se hizo más grande lo que pude haber esperado. Me envolvió en sus brazos y me sujeto fuertemente.

— No sabes cuanto llevo esperando para escucharte decir esas palabras de nuevo.

Nos alejamos pero nuestros rostros estaban demasiado cerca, ya no podía negarlo, ya no quería negarlo. Amo a Tom, con toda mi alma, y lo haré hasta que mi alma deje esta tierra. 

Acerque mi rostro al suyo, nuestras respiraciones comenzaron a aumentar al igual que nuestros latidos, su mano se escabulló detrás de mi cabeza y nuestros labios por fin se tocaron.

— Tampoco sabes cuanto llevo esperando para hacer eso — reímos mientras nos ponemos de pie, su manos bajo hasta sujetar la mía — ¿sabes? creo que si no hubiera recordado — abrí la puerta de la habitación — aun así me hubiera enamorado de mi mejor amiga, de nuevo.

Entre risas bajamos a la sala donde estaban los chicos, sus ojos se iluminaron al ver nuestras manos.

— ¡Tomarcy is back in town! — grito Hazza, estábamos a punto de sentarnos con ellos en el sofá cuando todos nos empujaron lejos, los observamos confundidos — ah no, apenas están... — nos señaló con sus manos confundido — de vuelta  a lo que sea que sean ahora, no se queden aquí sentados haciendo nada, salgan, hagan más recuerdos que Tom tenga que recordar si vuelve a perder la memoria. Creo que ya tuvimos un gran susto de muerte para darnos cuenta que el tiempo nunca parara, un día dejaremos esta tierra y solo nos quedaran los recuerdos que hicimos en ella así que largo de aquí.

— Odio a Hazza el filósofo — dijo Tom abriendo la puerta de la casa — ¿Vamos? — pregunto con una sonrisa, la misma del jardín de niños, traviesa, esperando una nueva aventura. Ese era el Tom que me cautivo, del cual me enamore. 

— Vamos.

Salimos y nos subimos a su preciado auto, el cual años atrás había robado con los chicos y sabíamos que estaría molesto. Podía dar toda una vuelta a su casa y encontrar millones de recuerdos diferentes, desde cuando rompimos los patos de ceramica de su madre cuando Tom hizo un mortal hasta la noche de la fiesta donde todo comenzó.

La lluvia de Inglaterra no tardó en comenzar a caer, reconocí al instante el lugar donde nos dirigimos cuando sentí ese mareo por las mil vueltas que teníamos que dar, cuando vi la cafetería rápida por la que habíamos pasado esa vez, simplemente, no había manera de olvidarlo. 

— Esto será divertido. 

— Si, dile eso al carro cuando termine vomitando en el. 

— Hehe, en mi carro no, ni se te ocurra — lo mire seriamente y el comenzo a reir. Baje la ventanilla del auto y saque la cabeza por esta, estirando mis piernas esta que quedaran sobre las de Tom, las acarició suavemente. Las grandes gotas de lluvia caían sobre mi rostro y el fresco aire soplaba mi rostro. Estaba en casa.

— Bienvenida.

Bajamos del auto cuando estuvimos en la cima de la montaña.

— ¿Recuerdas lo que sucedio aqui?

— Que si no, claro, — comenzó a caminar alrededor, a este punto ya estábamos acostumbrados a  la lluvia — después de días de pedirte que salieras conmigo y planear la primera cita con GRAN ayuda de Harrison, — extendió sus brazos — nuestra primera cita se dio aquí, como tú siempre habías soñado. 

Ese era mi Tom.

— Muy buena primera cita debo admitir.

— Duh, yo la hice — rei con la boca cerrada y me acerque a el, rodeando su cuello con mis brazos — ¿tendré que volver a conquistarte cierto? — preguntó rodeando mi cintura.

— No lo se, ¿tienes?

— Si con eso logró volver a estar contigo, lo hare — sonreir.

— Tu ya tienes mi corazón Holland, eso nunca cambiara, y de verdad, después de todo, no puedo imaginar una vida sin ti en ella.

— Quiere decir que...-

— Que te amo loca, desesperada y catastróficamente. 

— Que bueno que lo dices, novia — reí suavemente — por que no me imagino a otra chica en mi camino — mis ojos se perdieron en los suyos — te amo Darcy Jones, cada partícula de ti, de tu alma, me tienen locamente enamorado, y no creo que eso haya cambiado en los últimos cuatro años, y no creo que nunca lo hará. Simplemente, te amo.

En la casa Holland...

— ¡Lo logramos chicos! — gritaron todos con emoción mientras los señores Jones, Holland y Osterfield estaban al teléfono — Lo logramos...