ꕥONE-SHOTS SHIRBERTꕥ [✓]

Jugando a la botella

Cómo hubiese reaccionado Gilbert al ver que Anne y Cole se daban un beso (y algunos cambios)

——

—El... ¿Qué? —preguntó Anne al ver a Josie reuniéndolos a todos.

—El juego de la botella —bufó con obviedad—, ¿acaso no había de eso en el orfanato?

Se escucharon algunas risas en lo bajo. Gilbert, que presenciaba la escena sin un mínimo de interés, no se veía preocupado al respecto. "Anne no jugaría", pensó.

Maquillen a Gilbert Blythe de payaso, porque Anne Shirley Cuthbert estaba entre la ronda de juego.

Si bien los demás habían pedido que se les uniera, él se rehusaba a pararse de una de las sillas de allí. Mientras los demás se besaban, él releía uno de los últimos textos que la señorita Stacy les había dado para que representaran en clase. Pero era obvio que por lo bajo Gilbert se fijaba en todo lo que ocurría.

No le sorprendió que Diana y Moody se besaran, es más, hasta sonrió con eso. El problema radicó en otro momento.

—Vas tú —Josie se acercó peligrosamente y dejó la botella frente a Anne, quien la recibió dudosa. El pelinegro no evitó acomodarse en su lugar y mirar expectante a lo que la chica hacía, deseando en sus adentros porque decidiera salir de allí.

Error.

La botella giró, el cuerpo de Anne se tensó y Gilbert contuvo la respiración. Maldijo en sus adentros cuando vio a quien señalaba el vidrio.

"Mierda"

—No voy a besar a la huérfana —pronunció Billy Andrews, tan patético e insoportable como siempre (n/a: imagínense que en esta escena es a Billy a quien le toca besar a Anne y no a su amigo)— ¡GUAF! ¡GUAF!

Gilbert apretó los puños, pero esperó a que Anne dijera algo antes de que se metiera y luego se enfadara con él.

—Oh, cuando se le pone roja la cara es como si tuviera todo rojo —se burló Josie y Gilbert se propuso a levantarse en aquel preciso momento. Pero alguien le ganó.

—Yo beso a Anne —Cole dijo aquello de tal forma que todos en la habitación se sorprendieron y, aunque Anne se ubicaba de manera que le daba la espalda al pelinegro, este dedujo que ella se sentía aliviada e indecisa.

Posiblemente uno de los momentos más tensos para Gilbert fue ese en el que ambos se acercaban.

—Bien, que se besen los adefesios —Josie ignoró lo maravillada que se veía Ruby al acto de Cole y todos los demás apoyaron aquella descripción.

—¡Beso adefesios! —comenzó Billy y sus amigos, como buenos perros falderos, siguieron el canto al igual que Josie. Las chicas intentaban callarlos, pero era en vano. Ahora Anne y Cole miraban a su alrededor sin poder contener la incomodidad.

—Billy, es suficiente —Gilbert habló al fin, parándose y mirando de manera amenazante al rubio—. Deja de molestarlos —las voces bajaron, pero eso no detuvo a la pareja del centro.

Anne tocó el hombro de Cole, quien se fijaba por sus espaldas. Cuando se volteó, ella lo tomó de manera que pudiera llegar a su altura y planeó dejar un beso en su mejilla, pero el chico corrió la cara y al final fueron sus labios los que se chocaron.

Ambos se sorprendieron y al separarse todos se impactaron, en el fondo ninguno creía que aquello ocurriría. Gilbert sólo alzó una ceja y asintió mirando hacia otro lado.

—Bueno, creo que no les molestó tanto —le dijo Billy para fastidiarlo, con una sonrisa burlona.

Gilbert ni siquiera respondió, y cuando volvió la vista hacia Anne esta estaba muy ocupada observando al otro chico, quien sonreía con timidez antes de volverse a su lugar. La pelirroja hizo lo mismo, pero al fin reparó en el pelinegro, gracias a la ayuda de Diana.

Cuando sus ojos se encontraron la tensión entre ambos pudo sentirse sin problema, pero él no dijo nada. Le sonrió discretamente y asintió de una manera casi imposible de notar. Ella lo captó con confusión y cierta desilusión antes de volver a prestarle atención a la ronda en lo que él le daba pequeños golpes indecisos al libro que llevaba entre sus manos. Luego se marchó sin más.

¿A caso debía decir algo? Anne podía hacer lo que quisiera y él no era nadie para prohibírselo.