ꕥONE-SHOTS SHIRBERTꕥ [✓]

Hacemos un buen E-Q-U-I-P-O

La puerta se abrió y de la casa de la señorita Stacy salió Gilbert, animándose por fin a hablar con Anne.

—Saliste con la tuya —le dijo a modo de saludo y se sentó en el escalón de entrada a la casa, al lado de la pelirroja fija en la noche estrellada.

—Todos —le corrigió Anne, mirando cómo se acercaba— ¿Qué le dijiste a todos en la clase para que cambiaran su opinión sobre mí?

—Les recordé que tú siempre haces lo correcto.

Anne casi rió, creyendo que eso no era tan obvio para las circunstancias.

—Aunque creo que la historia sugiere lo contrario —ambos lo dieron por hecho— Hablando de eso, ¿no deberíamos estar discutiendo por algo?

Gilbert asintió. De hecho, llevaban mucha tranquilidad.

—Probablemente —la respuesta hizo que Anne suspirara, mirando al frente al notar que no tenía por qué pelear— ¿Quieres empezar?

—No se me ocurre nada —aceptó luego Anne, buscando entre la oscura naturaleza una manera de esconder su sorpresa. ¿Cuándo había cambiado así su relación? Parecía ayer que lo golpeaba con una pizarra.

—Ni a mí —comenzaron a reír, incrédulos ante ese largo tiempo en paz—. Después de tantos años —ahora Gilbert era quien miraba entre los árboles, lanzando un suspiro antes de seguir hablando—, ¿quien diría que haríamos un buen E-Q-U-I-P-O?

Ese fue, quizás, el momento más confuso de la noche. Después de enfrentarse en el ayuntamiento, demostrar que tenían una voz y merecían ser escuchados, luego de su rebelión y de la celebración, otra vez se sentían confundidos entre sí.

Gilbert la miró de esa manera que no sabes a qué se refiere. Tal vez sólo quería decir "gracias" o quizás moría por besar a Anne. De hecho, ella tampoco lo entendía a veces.

Aquel momento provocó que la pelirroja lanzara lo primero que se le vino a la mente, entre el pánico de estar a solas con Gilbert.

—Winifred es muy afortunada —opinó, tratando de mirarlo con aprobación y un deje de "soy tu amiga, me alegro por ti"—. Gracias por lo de hoy y por todo.

Simplemente se miraron, sin saber qué decirse, como siempre. Esas palabras desanimaron a Gilbert, en quien menos pensaba para entonces era Winifred.

—Debería volver —avisó luego, creyendo que aquello era suficiente por la jornada.

—No —habló sorpresivamente Gilbert al ver que Anne comenzaba a levantarse. Ella lo miró con sorpresa y confusión—. No te vayas, por favor.

Anne volvió a sentarse, con cierto desconcierto en cada facción de su rostro, y esperó a que Gilbert dijera algo más. Aunque eso no pasó.

—¿Y...?

—Es confuso

—¿Confuso? —siempre eres confuso, Gilbert.

—Con Winifred —se sinceró mirando hacia la oscuridad, haciendo entender a Anne que se quedara a escuchar lo que su amigo tenía para decir acerca de sus sentimientos, a pesar de que se refiriese a otra chica—. Nunca he... cortejado... a alguien —buscó las palabras para explicarse, entrecortándose en el camino. Ciertamente, ¿estás hablando con la chica a la que amas en secreto, sobre la otra chica con la que estás saliendo? Sí— y ella es...