RECUERDOS

HOMBRES BESTIAS

Llegamos una mañana a ver al jefe para el siguiente encargo, el trabajo abundaba y el remordimiento no era problema en cuanto nos enterábamos del tipo de maleantes con que lidiaríamos.
El jefe ya asumia que no debía temernos, sólo por que recibíamos su dinero, es más eramos de las pocas personas en las que aún confiaba.

_Bienvenidos mis pequeños, como les fue en el viaje?

_Bien jefe, los días cada vez son más cálidos...

Respondió mi compañera, ella era la que hablaba y negociaba el precio.

_Caramba, han crecido bastante desde la ultima vez que nos vimos.
Ya eres toda una señorita.

Le hizo una seña a su empleado para que nos sirva una bebida refrescante.
Yo, como siempre, rechace el ofrecimiento.

_He, he, tal vez deban llamarme Sta. "Ma" de ahora en adelante.

Contestó con una sonrisa de lado mientras se inclinaba a oler unas rosas blancas.
Nos recibió en su jardín, sentado en un lugar especialmente arreglado para distenderse, un puñado de sus hombres armados estaban ubicados vigilando el perimetro.
Dudaba que pudiera disfrutar plenamente de sus riquezas si estaba constantemente mirando sobre su hombro desconfiado, sospechando de todo el mundo, pero no notó cuando nosotros cruzábamos miradas cómplices.
Fue cuestión de tiempo para que empeorara su paranoia con supuestas conspiraciones para tomar su imperio, supongo que los años también afectaron su juicio casi nadie en este negocio llega a viejo y en cierto modo, era triste ver que no era ni la sombra de lo que alguna vez fue.
La desconfianza fue como un potente veneno, que poco a poco comenzó a empañar su desempeño en los "negocios" haciéndolo cada vez más vulnerable ante su competencia, irónicamente seguía en los negocios gracias a nuestros trabajos eliminando la competencia.
La mafia de las bestias cobraba cada vez más fuerza, es más, ya nos habían contactado para persuadirnos de trabajar para ellos, nosotros teníamos una idea más interesante.
Mi compañera bebió hasta el fondo y posó el vaso en la pequeña mesa de jardín, haciendo sonar el hielo del fondo.
Ese día estaba muy alegre, no pudo ocultarlo.
Hay todo un mundo secreto, brutal, inmisericorde que la gente común ignora, con sus propias reglas.
Los hombres bestia lo conocen bien, a pesar de estar a primera vista incluidos en la sociedad, con los mismos derechos y oportunidades que los humanos, siempre fueron relegados, sus cargos son carentes de poder o importancia, salvo que se tenga un poco de ayuda extra y allí es donde interviene dicha mafia.
El Rey de las Naciones (国王, Kokuō) un hombre bestia

es el actual rey de la Tierra, su cargo es el supuesto pináculo del los triunfos de los de su clase sobre cientos de años de injusticia, el rey tiene cierto poder y autonomía, pero no es la excepción a esa regla, la cual es "todos pueden triunfar, tener fama y fortuna, pero no deben estar por encima de un humano", es algo implícito, incluso el benevolente rey, debe mantener conformes a sus subditos humanos, aunque sea cuesta de su "propia gente".
El ser constantemente juzgados por su supuesta violencia innata, los del tipo depredadores son los más perseguidos.
Esto ha sido así antes de que yo naciera y supongo que así seguirá el día que muera.

Cosas como esas, impedían que el ser que anhelaba ser el siguiente Kamisama, no pudiera alcanzar la serenidad y deshaserse del el rencor que había en su corazón.
Sufrir y presenciar tantas injusticias, dio como resultado el nacimiento de El Rey Demonio en primer lugar.
Debo admitir que ese día también estaba de buen humor, tanto que no me fastidiaba el acostumbrado discurso del jefe, acusando, maldiciendo a sus enemigos como un demente, justificando sus actos y  "lloriqueando" por lo  incomprendido que era.

_Yo le les di una advertencia, pero ellos se creen que pueden manejar un negocio tan importante!?, son un puñado de animales que no saben nada!.

_Imagino que usted piensa que los que no somos humanos no podemos lidiar con cosas de importancia... me considera inferior?

Comenté de manera casual mientras caminaba lentamente, no notó lo cerca que estaba hasta que le hablé.
No le gustó que le sonriera, mis colmillos lo ponían nervioso.

_Yo creo que son muy capaces, además, no creo que su trabajo sea muy difícil...sólo es cuestión de organizarse...

Comentó mi amiga, volteó a verlo de brazos cruzados.

_Ya lo creo, si no, no se llamaría "crimen organizado".

Bromeaba estando ubicado detrás de el posé mi mano derecha sobre su hombro, el sabandija se sobresaltó.

_Ya les dije hace tiempo, que si intentaban eliminarme, duplicaría o triplicaría lo que les llegaran a ofrecer.

Mi compañera se acerca mantiene sus brazos cruzados y esa mirada altanera.

_Eso lo sabemos jefe, pero el dinero no lo es todo, me gusta mucho, de veras, pero creo que el poder nos gustará más...

_Usted no es el jefe que esta organización merece, no sabe negociar cuando está en desventaja.

Murmuré en su oído.

_Eliminar y atentar tan abiertamente contra todos no es una buena estrategia.

_Si, no se puede confiar en nadie, es verdad, pero creo que debería al menos intentar negociar con los hombre bestia, es estúpido sacrificar a sus propios hombres en una guerra que perderá de todos modos.

_Ok, ok!, Negociaré con ellos, podremos compartir, la zona norte, acordar los términos.

_No se preocupe por ello, nosotros ya nos encargaremos de el asunto, verá, estamos a cargo ahora, todos sus hombres están de acuerdo con ello.

El clan completo se presento, todos sus hombres, desde los más importantes hasta el más novato.
El hombre se quedó inmóvil, estaba furioso, pero también muy asustado.
Sólo volvió a hablar cuando un grupo de hombres bestia se abrió paso entre el gentío.

_MALDITOS MONSTRUOS!.

_Gracias por la invitación Rey Demonio...

El jefe nos saludó con una respetuosa reverencia, no fue para nada un acto de sumisión, fue cortesía.
Una de las reglas inquebrantables en el mundo salvaje fue y siempre será el más fuerte devora al más débil.

_Hey!, que hacen!?, ALEJENSEN!, NO!, NOO!!

El hombre continúa gritando y gritando mientras el ritual de toma de poder da a lugar, las rosas se salpican con el líquido rojo sus hojas verdes y pétalos, el piso se vuelve rojo, todos presencian el evento en silencio fascinación y miedo se mezclan.
Los dos devoramos la parte superior, no queda nada de su rostro.
Sentí que era lo más delicioso del mundo, el líquido rojo, la carne y huesos, era lo que mi cuerpo necesitaba para alcanzar la madurez, mi compañera me ayudó con gusto a dar un espectáculo inolvidable.
El mensaje quedó claro, tanto entre los humanos como en los invitados, nadie se atrevería a cuestionar nuestra posición los dos compartiríamos el poder.
Luego nuestros invitados, terminaron el festín, era nuestra forma de crear lazos.
Una poderosa alianza daba comienzo.