PELEA CALLEJERA

43 7 0
                                    

Llegando a la ciudad, nos empezamos a mover entre el gentío haciendo nuestra rutina de hurtos.
Llegando la noche, la enorme ciudad que en el día era vibrante y bulliciosa, cambió a una atmósfera mucho más siniestra, peligrosa.
No tardamos en dar con el bajo mundo.
Zonas de retorcidas y malolientes callejuelas.
En ellas, fácilmente podríamos perdernos, encontrandonos con un callejón sin salida y ser atacados por peligrosos malvivientes.
El recorrido a nuestro objetivo fue bastante peligroso... para ellos.
Ella hacía las preguntas, Yo propinaba el dolor.
Las locaciones donde se reunían esta gente, cambiaba constantemente para evitar ser encontrados por la policía.
El cuarto y último interrogado, nos dió la información que tanto buscábamos.
El lugar donde sería esa noche, era un estacionamiento
que solía pertenecer a un gran Supermercado "abandonado".
En ese barrio ocurrían tantos robos que la empresa no dudó en cerrar
ese local.
Comenzamos a abrirnos paso entre los espectadores para disfrutar del espectáculo.
Música estruendosa, gente animada e intoxicada apostando, alguna que otra riña por estupideces.
El lugar olía a alcohol y sangre, sin mencionar un desagradable humo que casualmente no era tabaco.

_No respires ese humo pequeño, es muyyy malo...

Me advierte ella mientras aprieta fuerte su nariz.

..Vallamos por allí!.

Me dijo señalando un extraño vehículo de dos pisos mientras jalaba mi capa con entusiasmo.

...Subamos al techo de ese bus...

_EY! QUE HACEN UN PAR DE NIÑOS AQUÍS!
VALLANSEN POR DONDES VINIERON O LES DARÉ UNA PALIZAS!.

Ambos nos miramos divertidos largando una carcajada por la torpeza al hablar del matón.
Con el pasar del tiempo, noté que era un acento, como el de Mr Popo.

_Oh no señor!
No nos haga daño!
Estamos perdidos y no sabemos como regresar a casa...

Contesté en forma sarcástica apretando los dientes en una sonrisa cínica.
En esa época no podía resistirme a ningún tipo de provocación.
Mi compañera ríó negando con la cabeza mientras posaba sus manos en la cintura.

_Eres todo un caso... de verdad eres una criatura indómita...

Estuve a punto de perder mi apuesta con ella, me desafió a que sólo luchara contra los contrincantes de ese "torneo clandestino".
Por acto reflejo, siempre reaccionaba buscando pelea.
Me acerqué hasta pararme frente a él y me crucé de brazos.
No estaba dispuesto a que nadie me humillara o me dijera que hacer.
Esperaba con ansias que el hombre musculoso atacase,
Sólo un ademán bastaría para nosotros, pude notar como ella sujetaba su cuchilla escondido en la parte de atrás de su cintura, que cubría convenientemente con su abrigo oscuro, mientras su otra mano aún posaba en su cintura, sentí como se ponía tensa, su respiración cambiaba, como la de esas bestias que solía enfrentar en las montañas.
Nada me agradaba más que provocar a alguien más grande que yo.
El sostenerle la mirada evidentemente le advirtió que no debía tomarme a la ligera.
Cuando parecía que se pondría divertido, el sabandija se acobardó y se fue fingiendo que nos restó importancia.

_Maldito cobarde...

Murmuré con fastidio.

_Je je... el tipo resultó listo después de todo...

De un salto subimos al techo y nos sentamos a observar.
Las peleas estaban a punto de comenzar, dos enormes individuos sin camisa hacían un precalentamiento.
Daban gopes y patadas al aire como ejercicio y para demostrar su talento a los apostadores.

RECUERDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora