EL TEMPLO DEL DIOS DE LA TIERRA

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Una vez más, mis pasos me condujeron al viejo templo, sentía que debía despedirme de ese misterioso ser.
Cuando descendí cerca del sendero, allí estaba esperándome en su forma animal, su pelaje blanco resaltaba bajo la tenue luz del sol que penetraba la espesura de ese bosque.
Solíamos tener largas conversaciones, era innegable su sabiduría no existía ningún tema del que no pudiera conversar, su apariencia humana era la de un "joven apuesto", de cabellera larga y blanca "demasiado perfecto", sus ropajes se vaían siempre inmaculadas y sin ninguna arruga siquiera, una apariencia que lejos estaba de parecer mundana.
Supongo que su único defecto era tener un poco de vanidad...
En esas conversaciones,
inevitablemente surgía el "tema de los humanos"

_***No todos son iguales, el tiempo se encargará de darme la razón.***

Por algún motivo, la idea de que estuviese equivocado con respecto a la naturaleza humana, despertaba en mi interior una extraña sensación, para nada desagradable, pero aún así. Desconocida, nueva.
Estoy seguro de que ya hemos cruzado caminos, tal vez conoció al Rey Demonio...
La forma en que me miraba era como la de mi compañera, directa y sin un ápice de temor.
Esos ojos misteriosos si los miraba con detenimiento, podía distinguir un reflejo color dorado con las luces del día, era por momentos como si estuvieran salpicados con diminutas láminas de oro, casi hipnóticos.
Ese día se dispuso a realizar el té de forma tradicional.
Me invita sentarme en el suelo en el lugar de siempre, noté que el lugar lucía más reluciente que en otras ocasiones, siempre estuvo limpio, pero todo el templo, el piso lucía nuevo.

_El piso luce como nuevo... hasta hace poco, la madera estaba vieja y crujía.

Comenté extrañado mientras detenía mi mirada en mi reflejo, poco a poco, mis rasgos infantiles comenzaban a desaparecer, apariencia casi adolescente, también el semblante serio podría ser tomado como la típica de esa edad cuando nada parece conformarles.

_Es el piso de siempre, si prestas atención a tu olfato lo confirmarás, sólo que es más joven...no se distinguen rastros de algún producto, verdad?

Me contesta complacido de que lo haya notado.

_Es verdad...es la misma madera, pero el lugar se ve difetente... se siente diferente.

Mi atención ahora se enfoca en todo el lugar, me preguntaba si esto fue tan gradual que casi no lo noté.

_Esto se debe a su presencia, recuerda aquel día, cuando purificó el lago?

_ Ah, si recuerdo.

Contesté sin darle mucha importancia, ya me presentía para donde se encausaría la conversación y no tenía ganas de que comparase con Kamisama.
El anfitrión captó enseguida mi molestia y sonrió levemente mientras continuo con esa ceremonia tan peculiar.
A diferencia de mi compañera, el sabía como utilizar los silencios, este además de no querer decir ciertas cosas, podrían invitar a el pensamiento, a la asimilación de lo anteriormente debatido.
Una herramienta muy valiosa.

Sus movimientos eran agraciados en la preparación de la bebida, armoniosos, en la privacidad del templo, cuando tenía forma humana, solía dejar sus orejas al descubierto, imagino que era para estar atento al exterior.
Un aire fresco que anunciaba lluvia de temporada se mezclaba con el aroma del té que ya estaba listo.
Se esmeró en enseñarme la postura correcta y como evitar calambres o dolores, cosa que para algunos podía resultar algo vergonzoso.

Fue agradable aprender
Algo que no tenía que ver con entrenamiento, eso y leer por supuesto...

_Es un aroma que prefiero al  de la sangre...

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