PESADAS CADENAS

74 12 0
                                    

Los días se trancurrían sin cambios, el maltrato a ambos iba aumentando en intensidad, llegado a un punto que ya no pudo obtener reacciones de nosotros, ella soportando el dolor y yo me esforzaba por no reaccionar con lo que presenciaba, ésto le provocaba gran frustración, a ella se le acababa el tiempo, las cadenas pesaban cada vez menos, cuando escuchaba que el monstruo salía, entre los dos tratabamos de forzar el gancho que estaba soldado al piso reteniendo mis cadenas. con perseverancia lo logramos, sólo teníamos que esperar el momento oportuno.
Durante una noche en que el sujeto estaba muy ebrio, bajo con la idea de hacerme partícipe de sus maltrato hacia la niña.
Baja las escaleras tambaleándose, hubiera sido hermoso verlo rodar por ellas y romperse el cuello.
Pero no sucedió.
Cuando estaba más cerca me levanté del piso.

_Santos cielos, si que has pegado un estirón!.
Por que sonríes criatura?.

Me interroga mientras me pone en la boca mi dulce favorito, lo hacía cada vez que me a obligaba a hacer algo "malo", al parecer era un "refuerzo positivo", como hacen con los perros mientras son amaestrados, siempre me los daba al final de sus actos repugnantes, hace tiempo no me recompensaba por que no lograba ser complacido con mi falta de reacción, pero esta vez me lo dio antes como para congraciarse, para intentar negociar con mi voluntad, mi sonrisa se hizo más grande, tanto que éste retrocede intimidado.
Esta vez el sabor se me hizo más intenso, más sabroso que nunca por la inminente sensación de revancha.

_Gracias Daddy...

_PERO QUÉ DEM..!

Utilicé las pesadas cadenas para azotarlo, el primer golpe fue a sus piernas regalándome una hermosa fractura expuesta, los gritos me llenaron de un placer indescriptible, era dicha pura, primero maldecía babeando de dolor, señalandome con su mano temblorosa, hablaba de como iba a matarme y lo ingrato que había sido, yo lo observaba mientras caminaba al rededor de él, ya no me parecía tan grande, luego asesté mi primer golpe en su cuerpo, como era de esperarse, intentó escudarse con sus brazos, más fracturas... la niña y yo comenzamos a reír enajenados.

_Por que lloras no duele verdad?
Verás que comenzará a gustarte, te lo juro.

La niña reía más fuerte aún por lo que dije.

Esto es lo que querías enseñarme?
el placer de lastimar a alguien más débil?.

El llanto y las súplicas por que lo deje vivir, sus ridiculos intento de negociación...
Me causaba mucha risa.

_Sabes pequeño?
Tengo hambre... realmente voy a extrañar sus guisados, tal vez deba intentar copiar la receta se cocinar un poco...

Murmura la niña pensativa mientras se rasca su mejilla llena de moretones.

_Esa es una buena idea! aquí tenemos mucha carne...

Continúo golpeando sin pausa, una lluvia de sangre adorna los muros y piso del sótano hasta que el tipo deja de retorcerse y chillar.
La sangre gotea de mi cuerpo tan cálida... trato de recuperar el aliento con una gran sonrisa.
Desde ese momento, no puedo evitar llenarme de gozo cada vez que pruebo uno uno de esos caramelos.

RECUERDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora