Felicidad Efímera

5 1 0
                                    

Siguieron mis pasos, nos adentramos en el bosque unos 100 metros.

Isel: *tose una vez* y ahora como nos orientamos??

Lax: Je je, tranquilo muchacho conozco este bosque como la palma de mi mano.

Lax se adelantó a nosotros y nos hizo un gesto con la mano para que lo siguiesemos.

Estuvimos andando en línea recta hasta que llegó la noche, llegamos a una especie de posada para pasar la noche y decidimos entrar.

Lax: Hola buenas?

La sala se veía antigua, todos los muebles tenían polvo, parecía como si no viniese nadie desde hace tiempo.

Salió una anciana lentamente de detrás del mostrador.

Anciana: Hola jóvenes *tose tres veces*

Nila: Está bien señora?

La anciana no paraba de toser y cayó de rodillas en el suelo mientras se tapaba la boca, Nila se acercó corriendo.

Nila: Esta usted bien?(la ayuda a levantarse)

Anciana: Si si no os preocupéis, que os trae por aquí aventureros? * Empieza a toser sin parar otra vez *

Nila: Isel, hay que ayudar a esta pobre anciana, no podemos dejarla a su suerte.

Isel: Está bien, no la iba a dejar a su suerte igualmente.

Anciana: De-de verdad que estoy bie..

Isel: Ni una palabra más, necesitas tumbarte y descansar, dónde está su cuarto?

Anciana: Subiendo las escaleras al fondo del pasillo.

Isel: Nila ayúdame, súbela a mi espalda, la llevaré a su cuarto.

Nila: Ok.

Subimos a la anciana a mi espalda y la llevé a su cuarto, abrí la puerta y tumbé a la anciana en su cama, toqué su frente, estaba ardiendo, parecía una gripe común.

Isel: Trabaja aquí sola?

Anciana: No, mi nieto me ayuda en la posada, pero tuvo que salir a por provisiones y a pagar los impuestos a la capital, debería volver en 3 días.

Isel: Y la deja aquí sola?

Anciana: No podía hacer otra cosa muchacho, si no paga los impuestos nos quedaríamos sin donde vivir.

Isel: Como te llamas?

Anciana: Aldia

Isel: Yo soy Isel, la chica se llama Nila y el viejo se llama Lax, Seremos los encargados de la posada y de tus cuidados hasta que venga su nieto.

Aldia: Muchas gracias joven.

Salí de la habitación y me dirijí hacia la parte de abajo donde estaban Nila y Lax.

Isel: Nos quedaremos aquí 3 días hasta que vuelva el nieto de Aldia la anciana.

Los dos asintieron, pasamos los tres días cuidando de Aldia, limpiando el lugar y encargandonos de todo. Nila fue la más aplicada, siempre le hacía compañía incluso las noches, la magia de luz de Nila ayudó a curarla más rápido. Al tercer día llegó su nieto, para mi sorpresa tenía solo 17 años.

Nieto: Eh? Quienes sois vosotros? Donde está mi abuela?!

Lax: Tranquilo chico, tu abuela está en su cuarto hablando con nuestra compañera, la hemos cuidado mientras tu no estabas.

Nieto: De veras? Muchísimas gracias, hace poco enfermó pero no puedo comprarle medicinas, no nos queda apenas dinero y ya no pasa casi ningún cliente.

Isel: Tranquilo, tu abuela ya no está enferma, no significa que no vuelva a enfermar, sobre todo si sigue trabajando con su edad.

Mientras tanto en la habitación.

Nila: Bueno Aldia voy abajo haber si me necesitan para algo.

Aldia: Una última cosa Nila, acércate

Nila:(se acerca) Dime.

Aldia saca un colgante con una piedra gris irregular sin brillo  de su bolsillo.

Aldia: Toma esto, úsalo cuando creas que de verdad es necesario, solo se activará si de verdad estás decidida.

Nila cogió el colgante, no sabía que contestarle.

Nila: Gracias Aldia, lo guardaré

Aldia: A ese chico no le espera nada más que un futuro aciago debéis tener cautela*tose*.

Nila: C-como dices?

Aldia soltó una risita.

Aldia: Nada nada, cosas de anciana, vamos ve abajo.

El nieto de Aldia entró a la habitación.

Nieto: Abuela e vuelto!(se acerca y le da un abrazo)

Aldia: Alex qué alegría verte, pagaste los impuestos?

Alex: Si abuela, nadie molestará hasta dentro de 3 meses.

Lax y yo subimos a la habitación.

Isel: Veo que ya estamos todos, Nila hora de irse.

Nos despedimos de Aldia y de Alex y salimos de la posada para iniciar nuestra ruta de nuevo.

Isel: Oye Lax, sobre lo del otro día al salir de la ciudad.

Lax: Dime

Isel: Podrías enseñarme!?

Lax: Quieres que te enseñe el arte milenario del control total del maná para potenciar tu cuerpo?

Isel: SI!!

Lax: Ja ja ja está bien chico, pero no será fácil te lo advierto.

Anduvimos por el largo bosque durante un mes, aprendí muy rápido todo lo que me enseñó Lax, llegó el día en el que dijo que no tenía nada mas que enseñarme, que ya tenía lo suficiente, su arte marcial consistía en golpes rápidos y potentes a puntos vitales del adversarios más el control del maná sobre tu cuerpo para potenciar tus aptitudes físicas, también afiancé mi relación con Nila, cada vez éramos más cercanos el uno al otro.

Al salir del bosque se topaba ante nosotros otra ciudad la cuál teníamos que atravesar.







El Samurái De Alas Blancas(En Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora