Amigos, que dieron todo, que se mantuvieron juntos hasta el final, pero... ¿vencerán esta nueva amenaza? Aquella completamente inesperada, aquella que jugaba en las sombras, ocultando su verdad.
Adentrate, ahora estos chicos tendrán que unir todas s...
Su voz aun resonaba en mi cabeza, no debía de haberlo hecho, hubiéramos buscado una salida mucho más rápida, más que su muerte. Mi mirada trataba de buscar la suya, sus ojos estaban perdiendo el brillo característico que tenían, la navaja en mis manos se resbalo cayendo al suelo, trate de acercarme hacia ella, necesitaba saber que estaría bien, que en verdad no lo había hecho, que no estaba muriendo. Dos guardias tomaron mis brazos empujándome en k dirección contraria.
—Lo siento —grite en desesperación.
—Todo estará bien —contesto tratando de levantarse, los médicos no se lo permitieron— ESTAREMOS BIEN — grito.
Mi mirada volvió a mis manos, sabía que ocurriría, sabía que me pasaría, empezaba a rezar en espera de un verdadero milagro que me sacara de lo que vendría.
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Abrí la puerta de golpe, el silencio mezclado con la oscuridad hizo que mi corazón palpitara a mayor velocidad. Rápidamente corrí escaleras arriba, esta vez abrí la puerta de su habitación con mayor sutileza, estaba profunda, eso creía. Me acerque a su lado comprobando que respirara, aun estaba viva. Solté un suave suspiro sin despegar mi mirada de su rostro, dejé un beso en su frente realmente tranquilizándome. Me levante en silencio cerrando la puerta tras mío. Un ruido encima mío me dejo paralizada, me acerque a la mesa decorativa tomado el arma que escondía bajo los cajones, revise el cargador de esta "tres balas" pensé.
Miré a mi alrededor, aun no llegaba, no tenía más opción que subir a ver qué ocurría, baje la pequeña escalera que conducía al ático. Con la linterna empecé a iluminar las cosas, seguía sin entender ¿Por qué? Esta situación me estaba sacando de quicio, antes de irme un ruido me hizo girar, apunte con el arma de mi mano viendo entre negaciones quien se ocultaba ahí.
—¿Qué mierda? — pregunte, mi atención se desvió con un golpe en la planta de abajo— mierda
Apunte por unos segundos antes de ver quien era, corrí a sus brazos aferrándome al mismo, solté un suspiro de alivio cuando me envolvió con los suyos de igual manera, me separe del mirándome al instante, lo mire confundida.
—¿Qué hiciste? —pregunte tratando de evitar la sangre que tenía encima.
—Lo que debí hacer hace mucho —contesto acariciando mi cabello con suavidad.
Nuestras miradas chocaron, trataba de entender aun así nada encajaba, el teléfono sonó, trague grueso, el tomo mi mano tratando de darme la fuerza necesaria.
—Bienvenida —murmuro la voz desconocida, al otro lado de la línea.
—¿Quién eres? —pregunte con cierto pánico.
—Su nueva pesadilla
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