Capitulo 2:

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Capítulo 2:


*Regalos insignificantes como un beso en un momento inesperado o un papel escrito a las apuradas, pueden ser valoradas más que una joya*


POV EDWARD 

Sentí como Alex terminaba con un sonoro gemido, y poco después yo lo imité. Aún sin salir de dentro de mí, me beso una última vez a lo cual yo correspondí. 

Todas las veces que él venía a mí era porque había peleado con Anna, su novia y prometida. Llegaba, pagaba cualquier cantidad a Madame para que fuera yo el único que lo atendiera y cuando ya estábamos en la habitación comenzaba a llorar. 

Anna y él se habían conocido hacía ya seis años, pero su relación nunca fue fácil. Las familias de ambos, rivales en todos los aspectos posibles, se habían enfrascado tanto en su odio, que no podían ver el amor que Alex le tenía a su diva, como él llamaba a Anna. 

Entonces Harry comenzaba a consolarlo, pero cuando las palabras no eran suficientes, Edward terminaba llevándolo a la cama para que se olvidara un rato de todos sus problemas. 

Alex siempre me trataba con delicadeza, era como si le estuviera haciendo el amor a Anna... Sólo que yo no soy rico, a mí no me pertenece el corazón de Alex y no soy Anna.

El sale de mí y se queda acostado unos momentos en mi cama mirando al techo. 

-No me gusta que alguien tan bueno como tú, esté en un lugar como este Edward- murmura Alex.- Pero tampoco quiero que te vayas, porque si te vas ¿Que voy a hacer yo?- Alex me mira y sonríe triste- Es un pensamiento egoísta por mi parte, lo sé. 

-Un día no me necesitarás más Alex, Anna y tú se casaran y tendrán una linda familia que nadie podrá destruir...- Personalmente no creo en finales felices, pero Alex ha pagado por sentirse bien, y eso es lo que estoy intentando hacer. Puede que yo no lo crea, pero el necesita oírlo. 

-Como me gustaría hacer algo más por ti Edward...

-Ya lo haces. Haces bastante por mí al recibir a Gemma en la escuela de tus padres y además darle una beca del 50%

-Pero no es suficiente... 

-Lo es para mí, y no tengo como agradecértelo- el me mira comprendiendo que en nuestra situación lo que él hace por mí ya es demasiado, así que sólo me sonríe y se levanta de la cama. 

Un momento después él ya se está vistiendo y yo lo imito. Él es mi último cliente del día, tengo tres horas antes de comenzar mi turno nocturno y quiero estar un rato con Gemma, desde hace días que no estoy mucho en casa y aunque sé que ella entiende la situación, me siento culpable por dejarla sólo tanto tiempo. 

Alex termina de vestirse y se acerca a mí mirándome a los ojos. 

-Cuídate mucho Edward- dice antes de besarme en la frente yo asiento, ambos sonreímos antes de que el salga de mi habitación. 

Entonces saco un cigarrillo de la mesa que hay al lado de mi cama, me tumbo en el viejo sofá y aspiro el tabaco que aquel pequeño objeto me ofrece. 

Gemma no sabe que fumo, de hecho ese es otro secreto más que tengo que ocultarle. Secretos y más secretos, mi vida es una completa mentira para cualquiera; para cualquiera menos para Niall.

Pero es que en este lugar, un cigarrillo es lo único que mantiene tu alma atada a la cordura.

Miro la cama que sigue revuelta, esa cama por donde han pasado más hombres de los que me gustaría admitir y donde acabo de entregarme a Alex. Entonces recuerdo la primera vez que tuve que hacer esto por dinero. 

Cuando los ángeles lloran (Larry Stylinson) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora