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Ya estoy cansada... agh~ necesito salir de esta clase... ¡Pero yaaaaa!, no aguanto una palabra más de esta maestra que enseña la famosísima materia de Historia. No me malinterpreten, no es que no me guste la materia ni nada parecido, pero es que esta maestra aburre con cada palabra que sale de su boca. Aunque debo ser muy paciente, ya que esto me servirá para algún futuro no muy lejano, como por ejemplo los “maravillosos” exámenes que todos queremos.
Puede que sea una chica muy aplicada y tenga una de las mejores calificaciones de la escuela, pero eso no significa que no me aburra y no quiera irme corriendo a la cafetería para comprarme mínimo un chocolate. Mejor pon atención Yashiro Nene y deja de estar pensando de cosas. . . . .
¿A quién engaño? Estoy a segundos de que se me cierren los ojos, siento que ya han pasado años... ahora que lo pienso, ¿qué hora es?
Volteé a ver el reloj que se encontraba colgado en la pared, justamente arriba del pizarrón, marcando las 10:15. ¡¿Pero qué?! Aún falta mucho para que sea el receso, vale me rindo si no salgo de esta clase... Juro que voy a...
Toc~ Toc~
La maestra dejó de hablar por la repentina interrupción del sonido de la puerta, y fue directamente a esta mientras lanzaba pequeños quejidos. Esto es algo gracioso, ya que a Maiko-sensei no le gusta que la interrumpan mientras está dando clase. Ahora me pregunto... ¿Quién es él o la valiente que está al otro lado de la puerta?
Maiko-sensei abrió la puerta y de ella apareció Yako-sensei. Que con una pequeña reverencia se disculpó por la interrupción, pero que tenía que dar un aviso muy importante del director, así que a Maiko-sensei no le quedó más que dejarla entrar y echar su discurso.
—Buenos días, chicos— saludo Yako-sensei con una pequeña sonrisa.
Yako-sensei es una de las maestras más jóvenes que hay en la escuela; es muy hermosa, atenta, ordenada e inteligente, no por nada es la ayudante del director, se podría decir que es algo como su mano derecha, ella me cae muy bien; he tenido la oportunidad de hablar varias veces con ella, es un amor de persona, y puedo decir que tengo el descaro de llamarla Nee-chan.
—Buenos días Yako-sensei— contestaron todos en mi salón, incluyéndome.
—Espero que todos estén muy bien chicos— dijo con una hermosa sonrisa— ahora a lo que venía, por ahora se preguntaran el motivo de mi visita, pues vine para informarles sobre los futuros eventos que tendrá la escuela en este segundo semestre.
En mi salón empezaron a escucharse murmullos animados, sobre la reciente noticia.
Yo miré a Aoi desde su lugar y ella hizo lo mismo conmigo. Con nuestras miradas nos comunicábamos.
