Xiao Zhan siempre estuvo seguro de lo que sentía por Wang Yibo pero este le dejo bien en claro que él ya estaba comprometido y no dejaría a su futura esposa por pasar la noche con alguien que solo creía que era un estorbo, eso era lo que creía Wang...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de haber estado abrazados por un tiempo, ambos se separaron y Yibo saco del bolsillo de su abrigo una cajita para luego entregársela a Xiao Zhan quien al abrirla se llevó una sorpresa ya que aquella cajita en su interior tenía un hermoso collar, el cual Xiao Zhan saco con cuidado y se le quedó mirando para luego mirar a Yibo, ya que no sabía porque le había regalado aquel collar y nuevamente su corazón le decía que no debía hacerse falsas ilusiones y que aquel regalo era una forma de disculparse por lo que le agradeció a Yibo por el regalo y le dijo que lo guardaría para así evitar perderlo, a lo que Yibo sonrió ya que se estaba dando cuenta que Xiao Zhan se comportaba como un niño pequeño cuando le regalaban algo y le pedían que debía cuidarlo como si fuera su mayor tesoro, Xiao Zhan sin previo aviso abrazo a Yibo y le agradeció por el regalo pero se sentía apenado ya que él no tenía nada para darle pero Yibo le dijo que no era necesario, que haber obtenido su perdón era el regalo más grande que había recibido. Estuvieron hablando de cosas rutinarias hasta que llego la hora en la que Yibo debía irse ya que aún tenía compromisos que cumplir, por lo que Xiao Zhan le agradeció nuevamente por el regalo y también por la visita, Yibo dejo un suave beso en su frente antes de salir de habitación lo que había causado un notorio sonrojo en Xiao Zhan, jamás pensó que un chico tan reservado como Yibo haría algo así pero estaba demasiado feliz; Yan Hsieh entro a la habitación de su hijo ya que debía tomar los medicamentos y noto que estaba rojo por lo que pensó que tenía fiebre pero cuando Xiao Zhan le dijo la razón de porque estaba así, se sintió aliviada y acarició suavemente la mejilla de su hijo antes de que esté se tomara los medicamentos.
–Ese chico desde que te habías ido a los Estados Unidos, ha querido pedirte perdón –Hablo Yan Hsieh.
–No entiendo porque me pidió perdón de algo que no recuerdo o no siento que haya ocurrido, quizás lo segundo si paso pero lo que dijo primero quizás no pero después de todo me alegra que todo esté bien ahora entre nosotros –Sonrio Xiao Zhan.
–Asi me gusta, verte sonreír como siempre lo hacías –Dijo Yan Hsieh. –Ahora descansa, luego traeré la comida o más bien prepare lo que más te gusta –Sonrió.
Xiao Zhan sonrió y lentamente fue cerrando sus ojos sin borrar aquella sonrisa que lo caracterizaba de su rostro, aunque su yo interior le decía una y otra vez que no debía ilusionarse pero el lo tenía muy claro así que no había de que preocuparse. Yibo una vez que subió a su auto, no podía dejar de sonreír ya que después de todo las cosas habían salido bien, ahora ya no sentía ningún peso encima ya que se había disculpado con la persona que tanto había querido ver de cerca y que su corazón comenzó a latir fuertemente cuando finalmente lo tuvo frente a él y más cuando esté lo abrazó de la nada, después de todo, nunca debió juzgar a Xiao Zhan sin haberlo conocido primero.