Es una historia alternariva con una pareja poco común, Sango comienza a dudsr de su relación con el monje Miroku, mientras Inuyasha ya no esta agusto con el modo en que lo trata Kagome
Una vez Sango dejo de llorar, alzó la mirada para poder agradecer a Inuyasha todo lo que estaba haciendo por ella, pero cuando sus miradas se encontraron, de nuevo sus labios se unieron, esta vez no importandoles que el beso fuera eterno, Miroku no estaba y Kagome tampoco, el sentimiento de estar traicionando a su amiga desapareció de la cazadora, ahora estaba claro, no era imaginación suya, si estaba enamorada del Hanyou, así que cuando se separaron de ese beso, otro lo siguió y después otro, hasta que poco a poco pararon, para mirarse y sonreír, ambos querían seguir, pero había que aclarar algunas cosas primero, así que pescaron algo y prepararon una fogata para cocinar, ahí hablarían
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Sango: esta bien lo que estamos haciendo? -pregunto con algo de remordimiento-
Inuyasha: no entiendo, a qué te refieres? -respondió con la boca llena-
Sango: pues a que parece que ahora somos pareja -dijo como si fuera lo más obvio del mundo-
Inuyasha: por supuesto que esta bien, quiero estar contigo -le dijo mirándola a los ojos, haciendo que se sonrojara-
Sango: qué hay de Kagome y Kikyo? Ellas también sienten algo por ti -preguntó algo molesta-
Inuyasha: Kikyo está muerta, recuerdas que la vi hace unas semanas? -miró a Sango asentir y continuó- trató de matarme, dijo que nuestro destino era estar juntos siempre y me besó, pero esta vez al fin me di cuenta, su beso era frío, no se sentía como hace 50 años, la Kikyo que ame murió - una mezcla de nostalgia y tristeza inundaba cada palabra que decía-
Sango: y Kagome? Ella te ama, si matando a Naraku decide quedarse aquí qué harás? -preguntó con miedo a la respuesta-
Inuyasha: cuando vuelva le diré de lo nuestro, asi no se quedara, le diré que la quiero, pero sólo eso, pensé que la amaba, pero me doy cuenta que solo era por su gran parecido a Kikyo, cada vez es más obvia la diferencia entre ambas -dijo algo triste-
Sango: no le digas nada, creo que aún no sabes lo que quieres, pero si me esforzare para que me elijas a mi, porque hace mucho que estoy enamorada de ti -dijo sonriente para después besarlo-
Continuaron comiéndo y después la cazadora de demonios decido ayudar al Hanyou a continuar con la construcción de su cabaña, entre los dos pudieron avanzar bastante en la construcción, dejándoles claro a ambos algo que ya sospechaban, en equipo eran sorprendentes, no importaba que estuvieran pelando, pescando, cocinando o construyendo, se complementaban fácilmente, cuando comenzaba a ocultarse el sol, decidieron parar.
Inuyasha: debemos irnos, se está haciendo tarde, por cierto, sólo tú sabes de esta cabaña, no se lo digas a nadie -la miró y sonrió- si en algún momento necesitas estar sola o cualquier otra cosa, puedes venir - la miraba a los ojos como si pudiera leer su alma-
Sango: gracias -dijo bastante sonrojada-
Así partieron rumbo al pueblo de nuevo, donde Shippo los interrogó preocupado por la demora, pero ambos lo ignoraron, Sango se fue a su habitación e Inuyasha a dormir en el bosque como le gustaba. A la mañana siguiente Sango despertó y tras vestirse fue a buscar al Hanyou, quería aprovechar que Kagome no estaba para poder estar con él, pero no pudo encontrarlo, fue a la cabaña esperando que estuviera ahí construyendo, pero por más que busco, no lo vio en todo el día, ni al siguiente, se había ido, al tercer día llegaron Miroku y Kagome, pero Inuyasha seguía desaparecido, lo que puso triste a la cazadora, se sentía engañada otra vez, solo un pensamiento cruzaba su cabeza "debió irse con Kikyo"
