Es una historia alternariva con una pareja poco común, Sango comienza a dudsr de su relación con el monje Miroku, mientras Inuyasha ya no esta agusto con el modo en que lo trata Kagome
El viaje en bote había comenzando, algo que debería ser divertido, pero no lo era, llevaban casi dos horas en silencio, solo Shippo estaba alegre, disfrutando del paisaje, era realmente un dia hermoso, pero nadie parecía disfrutarlo, así que Kagome decidió romper el silencio
Kagome: dime Sango, qué tal tu paseo esta mañana? -se dirigió con ternura a su amiga-
Sango que estaba perdida en su pensamiento, recordando la hermosa noche que pasó, sólo puedo contestar un bajo "bastante bien, gracias", mientras se giraba para que no notaran su sonrojado rostro
Kagome no estaba dispuesta a dejar que la incomodidad siguiera, así que Ahora se dirigió al mitad demonio
Kagome: Inuyasha, no sabía que podías manejar un bote, cuando aprendiste? -se dirigió con un tono amable que hace días no usaba con él, sorprendiendo un poco al semi demonio-
Inuyasha: ya tiene mucho que aprendí a hacerlo, es algo sin importancia -respondió con su habitual tono mal humorado-
Parecía que estaba dando resultado
Kagome: vaya, y porque aprendiste si tu puedes moverte más rápido que el bote? -insistió ya que parecía que podrían salir de ese silencio que la molestaba-
Inuyasha: eso no importa, -trato de cortar el tema, ya que sabía que la respuesta no le agradaría nada y él no mentiría sobre su pasado antes de ella, jamás lo hacía-
Kagome: anda, cuéntamelo, quiero saber -insistió con tono suplicante, a lo que no pudo resistir -
Inuyasha: bueno, yo -su rostro y su tono de voz cambiaron a uno melancólico- aprendí, cuando quería convertirme en humano
Estas palabras sacaron a Sango de su trance, quería escuchar ya que era buena oportunidad para conocer mejor al ojimiel
Kagome: vaya, eso no lo sabía, tenías planeado volverte pescador? -seguía insistiendo sin saber que pronto se arrepentiría de preguntar-
Inuyasha: no -bajó el tono de voz aún más- aprendí porque a Kikyo le gustaba ir al lago cercano, yo la llevaba a veces
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Kagome ya no pregunto más, estas palabras la dejaron en shock, solo pensaba cómo es que su amado aprendió algo asi por esa sacerdotisa, mientras por ella no podía ni comer con propiedad, así que agacho su mirada, mientras que sango se sorprendió de lo romántico que podía ser el Semidemonio, aprender a manejar un bote para llevar a pasear a su amada, mientras el monje que era su prometido no podía llegar a un pueblo sin desviar la mirada por las chicas que ahí se encontraban, estuvo a punto de voltear a ver al ojimiel, pero noto la tristeza de su amiga, así que mejor no lo hizo, así que el viaje continuó en silencio un par de horas más.
