Es una historia alternariva con una pareja poco común, Sango comienza a dudsr de su relación con el monje Miroku, mientras Inuyasha ya no esta agusto con el modo en que lo trata Kagome
Tres días antes de que llegarán Kagome y Miroku, Sango llego muy feliz a su cuarto, no sólo se había confesado a Inuyasha, este le correspondía, así que lucharía para estar con él, con ese pensamiento se fue a dormir, ya entrada la noche, Inuyasha entro a su habitación con mucho cuidado de no despertarla, tomó los trozos de Hiraikotsu y se fue, tomó caminó a un volcán algo lejano, así que se fue lo más rápido posible, tardó toda la noche, pero al fin llegó, era temprano, pero ya se escuchaba el golpeteo que se producía al chocar dos metales, esto hizo sonreír al muchacho, así que entró a una cueva, donde fue recibido por el creador de colmillo de acero, el anciano Totosai
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Totosai: hola chico, qué haces aquí? Puedo sentir que tu espada está bien -cuestionó sorprendido de la visita-
Inuyasha: tengo un favor que pedirte anciano -dijo mostrando los pedazos del boomerang-
Totosai: vaya, esa es un arma interesante, es de la cazadora que viaja con ustedes verdad? -mientras preguntaba ya estaba examinando los pedazos del arma-
Inuyasha: asi es, quedo asi en la última batalla -se sentó frente al anciano mientras contestaba-
Totosai: es un arma hecha por humanos, puedo arreglarla, pero será tardado, además necesito materiales especiales, como con tu espada -explicó bastante serio al Hanyou-
Inuyasha: dime qué materiales y donde encontrarlos, los traeré tan rápido como pueda -respondió seguro de sí mismo-
Totosai: está hecho con huesos de monstruos que desaparecieron hace años, pero tal vez pueda usar esto -tomo la mano de Inuyasha y revisó sus garras-
Inuyasha: pensé que sería más difícil, si quieres mis garras tomalás -todavía no terminaba de decirlo cuando unas pinzas tomaron sus uñas y las arrancaron de raíz, haciendo que gritara por el dolor-
Totosai: escucha chico, modificar un arma humana así tiene consecuencias, recuerda que las armas que hago tienen voluntad, dependiendo del dueño de los materiales es cómo afecta el arma, -se volteo a su fragua para comenzar el trabajo- esta es un arma que usará un humano, su voluntad debe ser la misma que la tuya o le será imposible usarla, entendido?
Inuyasha: qué quieres decir con eso? - preguntó con miedo-
Totosai: puedo sentirlo, en este momento tú voluntad es derrotar a ese monstruo llamado Naraku a cualquier costo, si ella no tiene esa misma voluntad, no podrá usarlo -finalizó el herrero-
Inuyasha: entiendo -respondió tragando saliva-
Totosai: tardaré dos días, puedes quedarte aquí si quieres -tras estas palabras, la cueva comenzó a llenarse nuevamente con el sonido del martillo-
Así pasaron los dos días, cuándo Totosai le entregó el boomerang al Hanyou, este lo sintió más ligero que antes, así que lo tomó con su mano aún vendada, ( sus garras volverían en otra semana más) y partió de vuelta con una gran sonrisa en su rostro, esperaba sorprender a Sango, que en ese momento estaba recibiendo a Kagome y a Miroku que se encontraron en la entrada del pueblo y caminaban juntos
