26.

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Una sonrisa se dibujó en el rostro del monje, no podía creer lo que la cazadora le decía y sus siguientes palabras lo demostraron

Miroku: es verdad lo que me estás diciendo? -apenas pudo articular las palabras-

Sango: es verdad, -fue lo único que pudo decir sin quebrarse-

El monje trató de besarla, pero ella no lo permitió, acto que el monje pasó por alto, ya que la joven de inmediato se explicó

Sango: creo que debemos esperar a que Naraku sea derrotado -trato de sonreír-

Miroku: por supuesto, esperaré, pero debo decírselo a la anciana Kaede y a todos -se levantó muy feliz y salió de la habitación-

Sango: espere!! -trato de evitar que saliera, pero no logro sujetarlo-

La joven trató de levantarse para alcanzarlo, pero una mano la sujeto impiedienlo, de inmediato volteo a ver a la sacerdotisa, ya que era la única persona que estaba con ella, y efectivamente, la mano que la tomó salía del futón y la dueña de está miraba el techo, Sango retomó su lugar al lado del futón y ambas chicas se miraron a los ojos, pero nadie dijo nada, cuando el silencio fue roto por Kagome podrían haber pasado unos segundos o varias horas, para ambas era difícil de decir

Kagome: entonces, volverás con Miroku? -sonaba neutral, como si no sintiera nada-

Sango: así es -la respuesta fue seca-

Kagome: por qué? Me dijiste que pelearías por Inuyasha, que querías estar con él -su voz se mantenía igual-

Sango: creo que es lo mejor, -sonrió lo más natural que pudo-

Kagome: lo mejor para quien? -sono algo molesta-

Sango: para mí -se levantó y se dirigió a la salida, siendo detenida por una última pregunta-

Kagome: lo amas? Amas a Inuyasha? -se sentó tratando de levantarse, pero su tobillo no se lo permitió- 

Sango siguió su camino y se detuvo en la puerta, sin girar a verla contesto con un simple "no" después salió dando paso a la anciana Kaede, que trató de hablarle, pero fue ignorada.

Kaede: Kagome, me alegra que despertarás, cómo te sientes? -se sorprendió de encontrar a la sacerdotisa sentada-

Kaede: sabés qué le pasa a Sango? Vine a felicitarla por reanudar su compromiso con Miroku, pero no se ve muy feliz -se acercó al futón para revisarle el tobillo-

Kagome: no lo sé… hay!!! -se quejo al sentir la mano de la anciana revisandola-

Kaede: está muy inflamado, estarás en cama al menos una semana, mañana que Inuyasha vuelva le pediré que esté al pendiente de ti -puso una compresa húmeda en el tobillo para tratar de bajar la inchazon - 

Kagome: dónde está? -quería verlo, saber cómo tomó lo de Sango-

Kaede: es noche sin luna, debe estar resguardandose, -se levantó para salir de la habitación- te traeré algo de comer, ahora regreso

Kagome: dónde estarás, Inuyasha? - miró al techo mientras meditaba-

Al mismo tiempo, en el bosque, el Hanyou corría a toda velocidad, el sol no tardaba en ocultarse, se suponía que se ocultaria en el pueblo y Sango lo cuidaría, pero los planes cambiaron después de su plática con la cazadora, ella incistía en cuidarlo aún así, pero él no accedió, así que corrió hacia el único lugar en el que sentía seguro, un lugar al que dijo no volvería hasta derrotar a Naraku, su cabaña, una vez ahí se oculto en el lugar más oscuro que encontró y se sentó a esperar que llegará el día siguiente. Pasaron unas horas y el cielo oscureció por completo, dando lugar a la ya común noche más oscura del mes, el ahora pelinegro tomó su espada por el mango y se mantuvo en posición para desenvainar lo más rápido posible de ser necesario, pocos minutos después de que se ocultara el sol, el Hanyou pudo ver por una pequeña rendija entre las tablas de una pared que una luz se acercó a su escondite, poniéndolo alerta, pero no entró por él, así que muy a su pesar se quedó ahí toda la noche, esperando no ser descubierto.

Sango X Inuyasha, Mis verdaderos sentimientos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora