20. Nueva estrategia

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Inuyasha: Kikyo… -susurro su nombre, pero ya no lo decía con el mismo cariño de antaño- qué haces aquí? 

Kikyo: busco el fragmento de la perla que está en este lugar - después de responder se giró para ver el espíritu del bosque- noble espíritu, yo me encargaré del fragmento si me lo permite

Shinrin: tú ya no perteneces a este mundo -de igual manera una rama se enredó en el meñique de la sacerdotisa- ya veo, te has encargado de la perla en varias vidas,

Kikyo: así es, mis vidas pasadas y yo hemos protegido la perla para que no sea usada para el mal - trataba se sonar segura, que el espíritu pudiera leer su corazón le preocupada-

Shinrin: tu corazón siente amor por el Hanyou, pero tienes que anteponer  tu deber a tus deseos, - sonaba melancólica, como si sintiera pena por la sacerdotisa- te daré la perla a tí, pero debes saber que tú deseo no se cumplirá, su corazón ya no te pertenece, así como tú alma no pertenece a este mundo

La sacerdotisa no dijo nada, solo volteo a ver a su reencarnación que seguía en el piso y la miró con rencor, Shinrin había leído su corazón y sabía que su deseo más grande era poder reunir la perla para llevársela lejos, acompañada de su amado Inuyasha, pero ahora el corazón del Hanyou ya no le pertenecía, el espíritu del bosque le dió el fragmento a Kikyo y desapareció, de pronto ya no estaban en medio de un bosque infinito, sino a la orilla de un lago por donde pasaba un camino

Miroku: qué fue eso? - se relajo un poco al preguntar-

Sango: el espíritu del bosque se encarga de proteger a los seres vivos y plantas de estos lugares, es la primera vez que veo uno -se relajo al ver que eran libres, pero se tensó al ver a la sacerdotisa-

Kikyo: debo irme, la próxima que nos veamos será en la batalla, estén preparados, Inuyasha -se acercó al Hanyou y tomó su mejilla con una mano-

una vez que derrotemos a Naraku, cumpliré nuestro deseo -trato de besarlo, pero por primera vez este no correspondió, dando un paso atrás para evitarlo-

Al ver esto, la sacerdotisa se internó nuevamente en el bosque y se perdió de la vista de todos, pronto el Hanyou dió un paso hacia adelante, dando la impresión de que la perseguirá, haciendo que el corazón de la cazadora sintiera un dolor punzante, que desapareció cuando vio  que solo se acercó a Kagome que seguía inconsciente y la tapó con su Hakama rojo, el atardecer se asomaba poco a poco entre los Montes que los rodeaban, así que decidieron acampar mientras decidían que hacer

Miroku: porque dejaste que se llevará el fragmento? -miraba el fuego de la fogata con un rostro serio, estaba molesto-

Inuyasha: escuchaste a Shinrin-san, Kagome no es capaz de manejar la perla ahora - sorprendió a todos al usar el san-

Sango: es verdad lo que Shinrin-sama dijo sobre Kagome? Trato de hacer, ya sabes…? -le daba miedo la respuesta, por eso titubeó al preguntar-

Inuyasha: si, lo hizo, pero la rechacé, tal vez trate de matarme cuando despierte -sonrió imaginando cómo acabaría-

Shippo: porque se refieren al espíritu del bosque con tanto respeto? -el pequeño seguía impresionado por el actuar del Hanyou-

Sango: los cazadores obtenemos muchos materiales para nuestras armas del bosque, así que siempre ofrecemos ofrendas y oraciones a sus espíritus protectores, en agradecimiento por permitirnos los materiales que usaremos en nuestro trabajo y pidiéndole que sean resistentes para la tarea que les daremos -explicó tratando de que el pequeño entendiera y luego miró a su amado, ya que tenía la misma duda sobre su repentino respeto a la mujer- 

Inuyasha: un antepasado de mi padre fue salvado por un espíritu del bosque, a cambio de esto, hicieron un pacto, el antepasado de mi padre prometió que todos los Inugami (demonios perro) de la familia cuidarían de estos espíritus por la eternidad como agradecimiento por salvarle la vida, a cambio el espíritu prometió que siempre que uno de nosotros estuviera en peligro, nos salvaría si le era posible, yo estoy excento de cumplir esta promesa ya que soy un híbrido, pero aún así le debo mis respetos -la seriedad de sus palabras preocupo un poco a la cazadora, que noto que ocultaba algo, pero decidió no preguntar frente a los demás-.

Shippo: hooo, no sabía que fueran tan importantes, la próxima vez mostraré mi respeto -de verdad estaba impresionado-

Miroku: si lo que Shinrin-sama dijo es verdad, qué haremos? Buscar los fragmentos de la perla sin poder purificarlos es peligroso, la maldad en ellos atraerá a los monstruos y demonios al lugar donde los guardemos, mucha gente morirá -sonaba serio, era una situación crítica-

Inuyasha: llevarlos con nosotros tampoco es una gran idea, pondríamos a los pueblos que visitemos en el mismo problema -incluso el pequeño zorro se sorprendió por esta observación que venía del Hanyou-

Miroku: además aún no sabemos cuántos fragmentos faltan, sólo tenemos localizados algunos -se escuchaba molesto, se sentía impotente y se notaba-

Sango: sabemos que Koga tiene dos, nosotros dos, Kikyo al menos tiene uno y Kohaku uno -de inmediato se puso triste, ya que recordó que al retirarle el fragmento, su amado hermano moriría-

Miroku: odio admitirlo, pero estamos en serios problemas - echó su cabeza hacia atrás para mirar las estrellas-

Sango: pensé lo mismo y tengo una idea, pero puede ser peligroso -no sonaba muy convencida-

Miroku: escuchemosla, es más de lo que tenemos ahora -de inmediato apoyo a la cazadora, esperando ganar su simpatía nuevamente, pero cuando escucho la idea, no pudo ocultar su sorpresa-

El sonido de la noche pareció irse, sus cerebros se bloquearon tras aquella sugerencia, todos pensaron oír mal, pero que reaccionarán igual ante las palabras de la cazadora demostraba que no fue así, pero para confirmar trataron de hacer una pregunta, pero solo el ojimiel fue capaz de articularla por completo

Inuyasha: que fue lo que dijiste? - su ojos abiertos al máximo demostraban que no esperaba por eso-

Sango: puede que sea una locura, pero dejemos que Naraku reuna la perla…

Sango: puede que sea una locura, pero dejemos que Naraku reuna la perla…

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Sango X Inuyasha, Mis verdaderos sentimientos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora