Basado en Hechos Reales ~Itachi o Shisui~

Capítulo 22: Quédate.

-____ chan... - dijo Itachi mirando a la chica y moviendo su hombro con suavidad. - ____ chan, nos quedamos dormidos.

-Oh, es tarde ¿no? – dijo la chica viendo como todo a su alrededor estaba oscuro, la luna brillaba sobre ellos. – Deberíamos irnos.

-Si, vamos. – dijo el chico ayudándola a levantarse, ambos ordenaron las cosas que estaban en el suelo en la canasta de mimbre. - ¿Te aburriste mucho?

-No, para nada. – dijo ella con una sonrisa. – Hacía mucho tiempo que no me sentía tan calma, me relajé mucho, realmente me sentí muy en paz, gracias. – dijo la chica, Itachi sonrió para si mismo, siguieron ordenando. – De hecho, hace mucho tiempo que no dormía así de bien.

-Me alegro de saber que estuviste a gusto. – dijo Itachi mirándola con una sonrisa. – Esa era la idea principal de esta salida, quería despedirme de ti, quería hacer que te sintieras a gusto.

-Gracias...

-Realmente no quiero que... - dijo el chico, pero se paró en seco al ver las pequeñas luciérnagas comenzando a brillar, ____ sonrió sorprendida mirando el espectáculo natural. – Que bonito...

-Si, son hermosas. – dijo ella dirigiéndose a estar entre ellas. – Realmente creo que podríamos estar aquí un rato más ¿no?

-Supongo que si. – dijo Itachi sentándose en el piso mientras la miraba. – No tengo nada más que hacer de todos modos.

-Siendo sincera, me ha estresado un poco estar en el estudio, así que no quiero llegar tan pronto. – dijo ella con una gran sonrisa mirando a los pequeños insectos, luego miró al chico detrás de ella con una sonrisa. – De verdad, muchas gracias, Itachi san.

-No pensé que realmente estuvieras tan estresada escribiendo. – dijo Itachi sin dejar de mirarla, sonrió unos segundos. – Realmente pensaba que era todo mucho más sencillo de lo que es, pensé que era escribir alguna historia que se te ocurriera en algún momento y ya.

-Pero tienes que extender y detallar mucho esa idea. – dijo la chica mirándolo. – Tienes que desarrollar una buena historia, una buena trama, para lo que son necesarios unos buenos personajes con buenas personalidades.

-Supongo que es un poco complicado...

-Es por eso que decidí inspirarme en ustedes. – dijo la chica mirándolo con una sonrisa nuevamente. – Parecían tener una gran historia, personalidades muy distintas, pensé que para que tantas chicas los siguieran debían ser interesantes de alguna forma, así que decidí entrevistar a las chicas y a ustedes, para saber cómo desarrollar los personajes.

-Se llaman Shisui e Itachi ¿verdad? – la chica negó con la cabeza riendo un poco.

-Tu nombre es Sata en la historia. – dijo la chica con una sonrisa mirándolo y sentándose junto a él. – Eres un chico de cabello rojo, muy serio y callado, tu personalidad es la misma.

-No soy tan así. – dijo el chico con una sonrisa. - ¿Y Shisui?

-Kakeru. – dijo la chica mirando las luciérnagas. – Tiene el cabello de color blanco... oh, espera, esto es como los personajes de una serie y no lo noté, demonios. – dijo la chica arrugando la frente y pensando un poco. – Pensándolo bien, Entonces tu tendrás el pelo rojo y él tendrá el pelo negro.

-Pero a mi me gusta el cabello negro. – dijo el chico mirando su cola de caballo mientras se la tocaba. – No quiero el cabello rojo, no me quedaría bien.

-El personaje no se parece físicamente a ti. – dijo la chica y luego se levantó. – Es muy lindo este lugar, pero creo que Kakashi san se molestará conmigo, ahora que lo pienso, estaba muy celoso cuando salí del estudio.

-¿Celoso?

-Bueno, él es muy celoso. – dijo ____ comenzando a caminar. – Siempre se está quejando que no le presto atención, pero es él quién no presta atención, parece muy desinteresado en todo, pero es realmente muy celoso.

-Ya veo... - dijo el chico y la miró de reojo, soltó un suspiro caminando a su lado. – Realmente no quiero que te vayas. – dijo el pelinegro sorprendiendo a la chica, quién se detuvo en seco. – No puedo darte una razón explícitamente, pero... no quiero que te alejes de mi, quiero tenerte cerca, siempre.

-Itachi...

-Hablo muy enserio. – dijo el chico sonrojándose un poco. – Ni siquiera pude invitarte a comer dangos. – dijo el chico, sacó un frasco vacío de la canasta y atrapó unas luciérnagas con facilidad y calma, siguió caminando junto a la chica sonrojada, eran guiados por el sendero, iluminado por las luciérnagas del frasco. – Es mas o menos esto.

-¿Cómo? – el chico señaló las luciérnagas.

-Están iluminando todo. – dijo el chico con una sonrisa y un leve sonrojo en los pómulos. La chica frunció el ceño confundida. – No puedo decir exactamente lo que siento, no sabría describirlo con palabras, y no es mi fuerte expresar mis sentimientos. – Itachi volvió a mirar hacia el frente, la chica lo miraba sorprendida. – En medio de toda esta oscuridad, las luciérnagas nos dan su luz, iluminan mi camino. A donde voy, a donde quiero ir ¿entiendes? Eso eres para mi.

-Bueno... - dijo ____ un poco complicada al respecto. – Yo realmente, no quiero responder a eso, sé que te has esforzado mucho para decírmelo, pero me voy a ir ¿sabes? Y no quiero sufrir cuando me vaya.

-¿Realmente te quieres ir? – preguntó el chico mirándola en cuanto salieron del bosque, _____ asintió con la cabeza e Itachi abrió el frasco de las luciérnagas. – Bueno, supongo que después de todo, todo vuelve a su estado natural ¿no?

-A qué te refieres.

-Aunque me cueste aceptarlo, ____... – dijo el chico alejándose un poco. – Tu siempre has sido libre, siempre, hasta donde se, has perseguido ese sueño, y aunque no quiera que te vayas, aunque quiera que te quedes conmigo, eres libre de hacer lo que quieras.

-Realmente... lo siento.

-Está bien. – dijo el chico con una sonrisa y se aceró a la chica. – De alguna manera estaba preparado para esto, pero... - el chico se acercó a la chica, le dio un beso en la mejilla y le revolvió el cabello. – Realmente me va a costar un poco aceptarlo.

-Itachi yo... - el chico la detuvo empujando su frente con dos de sus dedos y mostrándole una sonrisa mientras comenzaba a alejar, hizo con su mano una señal de adiós.

-Lo siento, pero no puedo soportarlo.