Tú dulce voz

Why Don't You Do Right?

Despertó con dolor en la cabeza horrible a su opinión personal, no había sentido algo así desde que se emborrachó mucho una vez y se metió en una pelea por tratar de defender a Jack. Fue una anécdota divertida, aunque suene lo contrario, sin embargo, no era el momento para recordar aquello. Cuando sus ojos pudieron ver con claridad su alrededor, aun con la dificultad de la oscuridad de la habitación, observó que se encontraba en medio del salón amarrado a una silla sin poder moverse, estaba acomodado en dirección quedando enfrente de la mesa de la cocina, intento zafarse, pero tenía un buen nudo.

- Mierda - Dejo caer su cabeza hacia atrás mirando al techo, cerrando los ojos frustrado, más por tener que afrontar otra vez una situación como esta. La única diferencia era que no fue secuestrado por el bando enemigo, aun así se temió lo peor intentando adivinar quién podría tener motivos para "interrogarlo" de esta manera, tuvo dos sospechosos sin embargo se sorprendió cuando no fue ninguno de los que imagino.

- ¡Ey! ese no es un lenguaje que debe escuchar una señorita - Una voz femenina vino desde la cocina, dirigió su mirada hacia el frente confundido. Una lámpara iluminó parte del lugar donde se encontraba una figura sentada sobre la mesa, revelando a la joven que lo golpeo, Esto es nuevo pensó, por su mente jamás paso que ella sola lo trajo hasta su departamento - Vaya para estar amarrado y sin escapatoria estas muy calmado - Dijo algo curiosa al ver que el mayor ya no tratara de liberarse, sino que se acomodó mejor en la silla para verla.

- ¿Cómo entraste aquí? - Pregunto sin mucha importancia, era mejor mantener la calma para obtener respuestas.

- ¡Yo soy la que hace las preguntas! - Su respuesta sorprendió a la joven, quien se bajó de la mesa corriendo hasta su prisionero, poniendo la linterna en su cara, este cerro los ojos por la luz - ¿De acuerdo?

- Sí, claro - Contesto intentando acostumbrar sus ojos a la luz, aun así estaba tranquilo ¿Qué podría hacerle esa joven para hacerle daño? Claro, sin contar con algo que pueda usar para noquearlo, sin duda nada.

- Y no intentes escapar - Amenazó la pelirroja, alejando la linterna de la cara de Husk, este parpadeo en respuesta - Además de no tener esto - Sonrió sacando una navaja que el mayor guardaba, evitando así su posible escape, pero ahora ya no tenía posibilidad de ello.

- Vaya que mal no tener mi daga conmigo - Su expresión seria cambio a una sonrisa divertida, sabia como salir de esa situación aun sin eso, sin embargo, tampoco quería lastimar a la niña que tenía enfrente solo por hacerse la detective o algo así.

- ¡No te burles esto es serio! - Niffty se molestó, por no obtener lo mismo que en las películas que había visto, había tenido la ilusión que sería más divertido. Lanzo la navaja en modo de protesta, quedando incrustada a una pared cercana, Vaya si tiene fuerza pensó - Hagamos esto más fácil - Dijo soltando un suspiro, intentando buscar una manera de que le siguiera el juego, según Alastor él era muy divertido y ocurrente con algunos de sus comentarios, descubriendo a su parecer lo contrario, ahora creía que el amor hacia ver y creer cosas que no.

- Bueno, si querías hacerlo más fácil no debiste atacarme cuando ya estaba en mi departamento en vez de llevarme desde el bar hasta aquí - Explico sin dejar su sonrisa divirtiéndose con las expresiones de la chica enfrente de él - ¿O me equivoco? - Se rió, al ver la molestia en la joven, quien se cruzó de brazos.

- ¡Oye, sigue el juego! - Dio un pisotón fuerte en modo de berrinche para darle la espalda, enojada - Al menos Alastor si lo haría - Dijo sin pensar, captando la atención del mayor al oír el nombre de quien se dedicó a buscar por todos estos meses.

- Espera ¿Conoces a Alastor, no estas relacionada con Harry? - Pregunto confundido y ahora que la veía bien, tuvo el presentimiento de haberla visto en algún lado solo que no tenía claro en dónde o cómo.