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Después de los "felices para siempre" en los reinos de Arendelle, Berk, Corona y Dunbroch, aparece un ya conocido príncipe convertido en rey con sed de venganza, reclamando su final feliz con ayuda de sus aliados para derrocar a la reina de Aren...
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──Recuerden con valor debemos luchar, no peleamos solamente por nuestra tribu, peleamos por todo el archipiélago sin importar si el contrincante es de nuestra misma sangre, no existe otra arma más letal que nuestra unión y estoy orgulloso de acompañarlos hasta Valhalla ──dijo el líder.
──¡SOMOS VIKINGOS! ──gritaron en unísono todos los presentes listos para pelear saliendo con emoción al campamento de reunión y seguir en lo suyo, dejando solos a dos personas.
──Tú sabes tanto como yo que no somos los únicos que pelean en contra de los Berserkers ──dijo el más bajo de los dos presentes.
──Y eso es lo que me preocupa Bocón, pero estamos en ambos bandos, aunque ninguno lo sabe.
──Oh, eso cambia las cosas ──soltó sarcásticamente.
──Los líderes no pueden morir, sé que podemos llegar a un acuerdo.
──¿Un acuerdo? ¿Con Oswald y los clanes?
──Con todos Bocón, con ellos y los demás reinos.
──Eres el líder Estoico, es un honor llamarte mi amigo ──dijo el joven rubio── cambiando de tema, hay alguien en el campamento que tal vez no te agradaría saber cómo llegó.
──¿Qué? ¿Quién?
Ambos vikingos salieron del campamento para encontrarse cara a cara a aquella presencia no esperada por parte del jefe, al frente suyo estaba una joven castaña de ojos cuál zafiro entrelazando mirada con los ojos esmeraldas del más alto hipnotizándose mutuamente por unos pocos segundos hasta que volvieron a la normalidad por la interrupción del rubio.
──Yo... Creo que me necesitan por allá, luego los veo ──soltó Bocón mientras se alejaba lentamente.
──Val, ¿qué haces aquí? Tu trabajo era estar en Berk a salvo y ayudando a los otros ──dijo el joven pelirrojo.
────Spitelout me cubre y los demás del consejo no tienen idea de que estoy aquí ──sonrió un tanto nerviosa jugueteando con su medallón de compromiso que le brindó su amado hace más de seis ciclos lunares──. Tenía un mal estado de ánimo y quería venir para ayudar, no quiero perderte Estoico, no me lo perdonaría ──la joven observó al suelo a punto de sollozar──. Lo siento.
──Tampoco quiero perderte Valka ──con su mano, le levantó la mirada a su prometida para luego besarla con ternura en los labios── agradezco que vinieras para luchar a mi lado.
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