Capítulo III: La Boda

85 7 5
                                    

...Corona...

Llegó el ya esperado día, los invitados arribaron tanto en mar como en tierra dirigiéndose al mismo punto de encuentro, todos estaban preparados en sus respectivos puestos, pero, faltaban las dos personas más importantes de esta ceremonia.

¿¡Dónde estaban los novios!?

La reina Arianna, fue a la habitación de la novia a buscarla y la encontró con algo en sus manos, era aquel diario que ella le regaló para que llenara esas páginas con sus aventuras y experiencias. "Plus est en vous" era la frase que la madre le dedicó a su hija en la primera parte del diario, la joven hojeaba cada página recordando lo que vivió hace tiempo con sus amigos y su muy pronto esposo. Ya casi era hora de que empezara la ceremonia, no debía llegar tarde.

──Rapunzel, hija, todos te están esperando, ya es el momento ¿Qué haces? ──dijo la madre acercándose a su hija── no te has terminado de arreglar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──Rapunzel, hija, todos te están esperando, ya es el momento ¿Qué haces? ──dijo la madre acercándose a su hija── no te has terminado de arreglar... Déjame ayudarte.

──Gracias mamá, yo... yo estaba mirando el obsequio que me diste antes de mi coronación, recuerdo que estaba asustada por todo, creía que nunca estaría lista y me aterraba en llegar a ser reina algún día ──con melancolía, la princesa acariciaba el diario──. También sentía que no estaba lista para casarme, le pedí a Eugene que fuera paciente y lo fue, nunca se rindió ni dejó de amarme. Ahora, ya no tengo miedo, este es mi destino.

──No pienses que es el final de tu historia, hija mía, tu boda es el inicio de algo extraordinario y  fantástico, ya verás ──dijo terminando de ayudarla con el vestido──. Te ves hermosa ──manifestó con ternura a su hija, pero notó que faltaba algo──. ¿Dónde está el velo? ──la joven le señaló donde se ubicaba aquella tela, la reina se sorprendió al ver que era muy extensa, pero no le tomó mucha importancia y le ayudó a Rapunzel a colocarla, después notó otra pequeñez── ¿No te vas a colocar los zapatos?

──Ya me conoces mamá, como dijo la tía Willow: ¿Cómo puedes saber dónde estás parada si no puedes sentir la tierra que pisas?

──Si, tu tía es muy sabia. Rapunzel, quiero que sepas que estoy orgullosa de ti, tu padre y yo te amamos demasiado, no importa que pase, hoy es tu día perfecto. ¿Estás lista, cariño?

──Estoy lista.

La novia se aproximaba a su puesto, pero aún no sabían en dónde estaba el novio. Eugene se encontraba en las mazmorras, dos guardias lo intentaron convencer de no ir, le dijeron que sus dos invitados irían pronto, pero él no los escuchó. Les pidió que los dejaran a solas un momento y fue a ver a esos dos criminales.

──¿No vas tarde a tu boda Rider? ──dijo uno de los hermanos── o ¿también la vas a dejar en el altar?

──Muy gracioso Sideburns, muy gracioso ──soltó con ironía, el ex-ladrón── solamente vine a verlos, ya deben de saber que están invitados, los guardias los sacarán cuando sea el momento, después volverán a la celda y si se portan bien les traerán un poco de pastel.

──Lo tienes todo planeado, ¿no? No sabía que eras un hombre de planes ──bufó.

──¿A qué te refieres?

──No has cambiado, sigues queriendo la corona, no a la chica.

──No, te equivocas de sujeto. Yo si he cambiado, soy Eugene ahora.

──Flynn... Eugene... ¿Cuál es la diferencia? ──Sideburns se levantó y se dirigió a ver frente a frente al novio──un ladrón siempre será ladrón; debes recordarlo, tú mismo lo dijiste. Un simple nombre no te cambia por completo.

El castaño y el alto pelirrojo tuvieron la mirada fija, uno con un gran enojo de querer reventar a golpes y otro igualmente, pero sabía que sus palabras le llenaron su mente y con eso tenía un triunfo, por ahora.

──Búrlense todo lo que quieran, yo soy el que está del otro lado de la celda ──dijo mientras se alejaba del lugar── sabía que era un desperdicio de tiempo venir aquí.

──Entonces ¿por qué viniste?

El novio se detuvo, lo pensó dos veces y se fue de las mazmorras dándole la señal a los guardias que iban a escoltar a los hermanos para después encontrarse con Edmund, su padre, diciéndole que iba a llegar tarde si no se daba prisa y le entregó aquella banda real que le regaló hace tiempo a su hijo. Ya estaba listo, el día más esperado de su vida ha llegado, nada podía salir mal. ¿Verdad?

El más grande evento que tuvo el reino dio inicio, el novio estaba en su lugar junto al cura, Pascal, el camaleón de la novia, se encargaba en tirar las flores, mientras el caballo, Maximus, llevaba los anillos hacia el altar, era un trabajo importante y no debía perder los anillos o algo malo podría pasar. La presencia de la novia se dio a conocer, llevada por su padre, El rey Frederic.

──Te ves muy hermosa y tu sonrisa resplandece el lugar ──dijo el rey mirando a su hija── estoy orgulloso de ti Rapunzel, llevarte al altar es un sueño hecho realidad para mí.

──Por favor no me hagas llorar ahora papá ──la novia le dio una cálida y emocional sonrisa a su padre.

Rapunzel llegó al altar, le dedicó una sonrisa al novio y dio comienzo oficialmente la ya muy esperada ceremonia nupcial. El cura dio ese discurso que dura como una eternidad, nadie se había dado cuenta de que dos animales se fueron deprisa para traer de vuelta los anillos que acababan de perder, ya deben de conocer esa aventura y no me tomaré la molestia en volver a contarla.

En el momento en que la pareja terminó en otorgar los votos matrimoniales mutuamente, el cura terminó el discurso y pidió los anillos, todos los presentes se sorprendieron en cómo se presentaban el camaleón y el caballo, al menos llevaban los anillos a salvo. ¿Qué rayos les ocurrió?, pero eso no importaba ahora, dieron el permiso de "ya se pueden besar" y Rapunzel tomó la iniciativa para ser la primera en llevar a cabo el acto.

Los invitados aplaudieron y felicitaron a los recién casados, el novio para celebrar dijo: ¿Quién quiere un trozo de pastel?, para después darse cuenta de que el pastel no estaba, pero ese pequeño problema no arruinó la boda, de todos modos, había...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los invitados aplaudieron y felicitaron a los recién casados, el novio para celebrar dijo: ¿Quién quiere un trozo de pastel?, para después darse cuenta de que el pastel no estaba, pero ese pequeño problema no arruinó la boda, de todos modos, había otro pastel de boda, un regalo por parte del pastelero. La feliz pareja dio un desfile por el reino, todo era mágico y uno que otro lugar raro, no sabían qué pasó, pero había mucho desastre en algunos sitios, sin embargo, no le dieron mucha importancia, era el día especial para ellos.

Al llegar la noche, en el castillo se estaba celebrando la fiesta nupcial, donde había numerosos invitados de todas partes, especialmente los que representaban la alianza de los reinos: la reina Elinor, la reina Anna y su prometido, el rey de las Islas del Sur, el duque de Weselton. Para la sorpresa de algunos, no se encontraba el rey Eric. En cambio, se había presentado un no muy querido príncipe ya convertido en rey de otras tierras, nadie le tomó mucha importancia, él era de la realeza y actuaba como tal. Pero, la única que sospechaba era la reina de Arendelle, ella quería saber qué hacía él ahí, sí, ya uno de sus hermanos representaba las Islas del Sur (pues ella no sabía que él era el actual rey que faltaba en la ceremonia).

Cuando Hans por fin se libró de toda la gente (más bien por fin se libró de Anna), encontró el mapa del castillo para escabullirse y dar inicio a su plan que había estado preparando hace mucho tiempo. Un día perfecto de bodas se convertirá en una noche muy inesperada.

👑⚔The Battle of Seven Kingdoms⚔👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora