HaNeul (HunHan)Wattys2015

Capítulo 23. Negación, asimilación y aceptación

-------- COMENTARIOS PREVIOS DE LA AUTORA----------------

Anyoooooooo... º3º)/

Kira a medio vuelto. Estoy feliz con mis lectores porque pese a haberme ido un tiempo sin actualizar no me preisonaron. He estado mala desde el día 29 de Diciembre hasta... a saber cuando porque aún sigo enferma :D. Pero ahora ya no sufro ni de fiebre, ni estoy agotada, ni tiritando como un flan en la cama, solo tengo el resfriado en fase destroza narices :D por eso me animé a continuar escribiendo. 

He tardado como 4 días en escribir este capítulo por culpa de la fiebre (Cada día escribía un poco de cada fanfic), pero ya lo terminé y espero que disfruten ¿si?

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<By Luhan>

Mi vida se estaba convirtiendo en un auténtico caos desde que Sehun salió del hospital.

Habíamos tenido que contarle a mis padres la decisión de intentar tener al bebe hasta cuando yo pudiera y la reacción de mamá fue casi traumatizante. Después de gritar, llorar e intentar convencerme de lo contrario casi se desquitó con Sehun, si papá no hubiera estado en medio estaba seguro que no lo contaba, él había recibido unos cuantos rasguños y se había ganado dormir en el sofá durante dos semanas seguidas. Mi madre hizo voto de absoluto silencio cuando estaba en casa, con su típico “Hacer lo que os de la real gana, ya que mi opinión no importa en esta casa” al contrario que la tía Dara que parecía vigilarme las veinticuatro horas haciendo dueto con Sehun.

—CL ¿No estás exagerando un poco? —le preguntó mi tía mientras desayunábamos.

Mi madre había aparecido sin siquiera mirarnos, se sentó en el otro extremo de la mesa alejada de papá, tía Dara y de mí. Abrió el periódico mientras daba sorbos de su café con el rostro oculto tras la noticia de un policía muerto en la primera sección.

—Haces que tu hijo se sienta mal por su decisión, CL—insistió mi tía con la voz suave.

De nuevo el silencio que me rompía el corazón, era la primera vez que mi madre me quitaba la palabras, ella me gritaba, me castigaba y alguna que otra vez había recibido un coscorrón por no estarme quieto pero nunca me quitaba la palabra, podía jurar que era más doloroso que todo lo anterior junto, sentía como si no me apoyara, como si no aceptara las decisiones que tomaba. Sabía de su miedo a perderme pero podría ganar a un nieto, a un miembro más de la familia ¿Es que eso no la animaba?

—Mamá…—murmuré dejando la tostada en el plato—.Yo…

—Déjalo Luhan, ya os lo dije a ti y a tu padre. Hagan lo que les plazca—nos miró de reojo cerrando el periódico.

—Pero…—agarró su taza de café y se dirigió hacia la terraza que daba con el salón de casa.

Una desagradable sensación invadió mi pecho, parecía como si se hubiera encendido una hoguera bajo mi corazón y comenzaba a quemarse poco a poco, podía sentir el ardor recorrer cada arteria abrasándola por completo. Tragué con fuerza cuando el nudo se formó en mi garganta y aspiré para no tener que llorar, los hombres no lloran, yo no lloraba, yo nunca lloraba, pero las ganas de hacerlo eran tan grandes que parecía como si me amenazaran con una katana en el cuello para que lo hiciera.