Luhan…. Luhan… aquel nombre pensaba destrozarlo y fundirlo en el abismo mas grande que pueda existir.
Hacía tres semanas que había llegado en ese estercolero de colegio y todo había salido como me lo imaginaba, cuando se dieron cuenta que proveníamos de familias con dinero comenzaron a consentirnos y hacer todo lo que pidiéramos. Mi mejor amigo Kai ya se había acostado con tantas chicas del instituto y del barrio que comenzaba a aburrirse de lo fácil que resultaba conseguirlas, las hipócritas caían como moscas ante regalos caros e incluso las supuestas vírgenes abrían las piernas en menos de veinticuatro horas, mientras que la dichosa pija llamada Jiyeon no hacía mas que seguir insistiendo en ponernos en el mismo estatus social, cuando su estatus ni siquiera alcanzaba a las uñas de la perrita mimi que mama consentía en la casa de campo.
Todo era perfecto menos el dichoso maldito Luhan de las narices. La gente del instituto seguían mimándolo y consistiéndolo más que a mí ¿Cómo podía ser eso posible?, cuando deseaba que alguien me hiciera caso y estaba hablando con Luhan simplemente me ignoraba hasta que terminaba y venían a mi como perritos obedientes moviendo la cola, no podía comprender como aquel mugroso fuera atendido más que yo, ni lo podía comprender ni lo podía consentir.
- Sehun, Baek y Kai. Os toca limpiar la clase al terminar- dijo el profesor antes de irse.
Me giré a mirar la puerta donde había desaparecido, si aquel vejestorio se pensaba que tocaría algo de aquel lugar sería mejor que se siente y espere hasta el final de los tiempos. Luhan estaba sentado al lado charlando con sus amigos animadamente con una sonrisa, comentando lo que acababan de explicar en la pizarra. Me había dado cuenta que siempre que terminaba la clase se acercaban a el para pedirle sus apuntes o comentar las cosas que dijo el profesor, mientras el los escuchaba recogía sus cosas para largarse de clase.
Se me ocurrió una idea que me pareció graciosa para provocar a aquel empollón de clase. Tiré la silla de atrás para hacerme hueco y levantarme, con las manos en el bolsillo me acerqué a Luhan con paso decidido mientras Baek me miraba intrigado. Al llegar frente a el ví a su amigo moreno de pelo corto girarse a mirarme igual de curioso.
- ¿cuánto pides por limpiar tu la clase?- le pregunté.
Luhan que estaba hablando con una sonrisa a su amiga se quedó congelado, la sonrisa que lucía se borró, lo vi girarse lentamente y levantar la mirada hacia mi arrugando el ceño. Tomó aire durante unos segundos antes de conseguir una sonrisa.
- Lo siento pero no soy sirviente de nadie, así que puedes limpiar solito- respondió.
- No me apetece, quiero que lo limpies tu, dime el precio no importa cuanto lo pagaré, todo el mundo tiene un precio-
Por más que insistiera con aquella carita de ángel sabía que todo el mundo caía ante el señor Don dinero y él tenía para dar y regalar. Algo dentro de el deseaba que aquel chico se doblegara ante su poder como el resto, era el único que faltaba para convertir a ese instituto en su parque de atracciones.
Luhan lo miró con asco antes de girarse hacia su pupitre, sacó de su estuche un bolígrafo y escribió algo en un papel antes de doblarlo sobre si mismo hasta que tuviera un tamaño minúsculo y lo extendió ante mi.
- Este es mi precio, no estoy seguro que para ti será fácil conseguirlo- respondió agarrando su estuche y metiéndoselo en la mochila.
Sonreía de satisfacción, entonces no era distinto a todos los de aquel lugar, algo mas cabeza dura que los demás pero no distinto si tenía un precio. Agarré el papel para desdoblarlo, no me importaba la cantidad estaba seguro que podía pagarlo, pero al ver lo escrito la rabia me invadió, levanté la mirada hacia el chico antes de arrugar el papel con un puño.
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HaNeul (HunHan)Wattys2015
Storie d'amoreLos ricos apestan Los ricos siempre traen problemas Los ricos me iritan Ese era el pensamiento que el angelical Luhan escondía tras su máscara de simpatía y amabilidad que mostraba a todos los del instituto. Cuando vio a los nuevos estudiantes compr...